Del gimnasio a la fiesta nocturna más exclusiva sin cambiar un solo elemento de su vestimenta, así se las gastan los adeptos a la nueva tendencia que debes conocer: el Health Goth. Enfundados en prendas deportivas en blanco y negro firmadas por Alexander Wang, con tejidos de última generación y el último modelo de Nike, los seguidores del health goth parecen recién llegados de una distopía digna de la genial serie británica "Black Mirror". Su estética, a un tiempo minimalista y futurista, es una perfecta fusión entre las oscuras creaciones de Rick Owens y la asepsia de un cyborg. ¿Quién podría haberse imaginado que la estética dark iba a llegar hasta las prendas deportivas?
Todo comenzó en Portland, en abril de 2013, a través de una página de Facebook creada por el videoartista Chris Cantino junto a Mike Grabarek y Jeremy Scott -que juntos forman el dúo musical Magic Fades-, dedicada a compartir imágenes de una estética oscura y sporty que cada día se hacía más poderosa. Pero sin duda, el otro gran impulsor de esta tendencia, y el artífice de su conversión en un auténtico estilo de vida ha sido Johnny Love, -DJ y productor musical de Chicago, también conocido como Deathface- creador de la web HealthGoth.com.
Love rinde culto a lo que ha denominado como la “Biblia del fitness”, un compendio de consejos sobre cómo debe entrenar un buen health goth, entre los que se encuentran no mirarse al espejo durante el ejercicio, entrenarse hasta la extenuación -pero olvidándose del running y del yoga, dos actividades que considera más bien para yupies- y, sobre todo, salir de fiesta con la misma ropa que llevarías al gimnasio -que ha de ser rigurosamente negra y blanca-. Además nos sorprende con toda una oda al tupperware, al considerar la dieta el segundo pilar tras el ejercicio. En su web recomienda dedicar dos días por semana a preparar la comida, haciendo de ello todo un ritual acompañado de la lista de Spotify adecuada -con la electrónica oscura de Deathface como banda sonora obligatoria- y la ropa de su propia línea.
Sin duda, el cambio respecto a la estética habitual asociada al mundo del deporte es más que evidente. Atrás quedaron las cintas VHS de aerobic protagonizadas por modelos con mallas fucsias, calentadores en tonos neón y cintas multicolor en el pelo. Una nueva forma de entender el fitness ha nacido, y se abre ante aquellos que están interesados en la cultura dark, pero no por ello renuncian a mantener en forma su cuerpo, aunque reconozcan su irremediable final. Las zapatillas ideadas por Yohji Yamamoto y su Y-3 en colaboración con Adidas, los diseños de Nike o la manera de entender la moda de Rick Owens y Ann Demeulemeester son el mantra de este colectivo, que ha encontrado toda una declaración de intenciones en las creaciones de Alexander Wang para H&M. Pero estas prendas no les acompañan sólo al gimnasio, sino que se convierten en la piel perfecta para su pasatiempo nocturno favorito: el clubbing y las raves a ritmo de electro-hardcore y las performances artísticas, con el net art como religión -un arte creado por y para internet, con nombres como el del artista Gergo Kovacs a la cabeza-.
Sin embargo, el mayor drama del health goth es su inevitable camino hacia lo mainstream, del mismo modo que ha sucedido con el normcore. Su vinculación con nombres como Kat von D., Jessie J. o Kylie Jenner ha supuesto su presentación en sociedad ante millones de ojos, ávidos de nuevos dictados a los que venerar. La mecha del cohete ha sido más corta de lo esperado, explotando hasta llegar al mundo entero, pues, ¿qué tendencia resiste sin volverse masiva hoy en día?
Por Arancha Gamo