El 1 de enero es un día que muchos borrarían del calendario y olvidarían para siempre. No es el momento de pensar en los buenos propósitos y en las metas que quieres alcanzar a lo largo del nuevo año porque, lo más probable, es que pagues caro los excesos de la noche anterior y sea un día que pase por tu vida con más pena que gloria, y eso en el mejor de los casos. En el peor, querrás desaparecer entre tus sábanas y solo saldrás para pedir comida a domicilio. Vale. Pero a día 9 de enero ya no hay excusas para deshacerte de los restos de turrón y de cualquier miga de polvorón que se resista en el rincón de cualquier bandeja, así que ármate de valor, visita el supermercado con una gran sonrisa (y el estomágo lleno) y llena tu nevera de alimentos saludables y bajos en calorías. Es el momento de empezar la vida healthy que habías planeado. He aquí las claves para que la vuelta a la normalidad sea lo más llevadera posible: adios_excesos_navideños2_vanidad 1. Recupera tus rutinas. Aunque te parezca genial tener un plan diferente cada día (que si cena con amigos, aperitivos, vinos con los compañeros del trabajo), tu cuerpo reclama a gritos la vuelta a sus horarios, a sus rutinas de sueño y a las horas de descanso a las que está acostumbrado. De esta manera, procesará mucho mejor la comida, las digestiones serán más livianas y pronto dejarás atrás esa sensación de hinchazón que se produce cuando comemos y bebemos a deshoras (y a todas horas). 2. No dejes de comer. Siempre es un error, perderás kilos, sí, pero los recuperarás infinitamente más rápido que si haces una dieta moderada y con cabeza. La cuestión es llevar unos horarios regulares y dividir la ingesta en cinco comidas principales, desayuno, comida (la más importante) y cena (ligera) y dos tentempiés ligeros y nutritivos como una pieza de fruta, un yogurt o una tostada integral con algo de proteína y una infusión, que, además, ayudará a depurar tu organismo. Si dejas pasar muchas horas entre comida y comida, tu cuerpo recibe la señal de alarma y comienza a acumular reservas para cuando no haya, con lo que la pérdida de peso resultará más difícil. 3. Modera las cantidades. Olvida los excesos del mes de diciembre y come con cabeza. Mastica despacio, siéntate relajadamente y tómate tu tiempo. Si comes muy rápido, tu cerebro tardará más en recibir la señal de que estás lleno, por lo que comerás más. Y recuerda que lo ideal es no quedarse completamente lleno, es decir, levantarte de la mesa con el estómago al 80%. adios_excesos_navideños5_vanidad 4. Bebe agua. A estas alturas ya sabrás que el gua por sí misma no adelgaza, pero sus bondades se cuentan por decenas: hidrata por dentro y por fuera, ayuda a depurar el organismo, mejora el tránsito intestinal, reduce el riego de sufrir enfermedades cardiovasculares... Si además eres capaz de beberte cada día, en ayunas, un gran vaso de agua templada con un limón exprimido, tu cuerpo y tu piel lo agradecerán infinitamente. 5. Madruga. Y tómate tu tiempo para preparar un buen desayuno y degustarlo con calma. Intenta ir caminando al trabajo o, al menos, haz así una parte del camino bajándote del metro o del autobús un par de paradas antes. Si, además, tienes la posibilidad de salir a correr o ir al gimnasio por las mañanas, tu día cambiará radicalmente de color y descubrirás una energía inusitada en tu día a día. 6. Sustituye un par de cenas por zumos detox. Hay infinidad de sitios donde puedes comprarlos frescos y recién exprimidos, aunque si prefieres prepararlos tú misma, elige frutas y verduras de alto poder descongestionante como la piña, el apio, el jengibre o el pepino. Además, los frutos del bosque (arándanos, fresas, frambuesas y moras) aportan un gran valor de antioxidantes y una dosis extra de sabor a los zumos y licuados. adios_excesos_navideños4_vanidad 7. Planifica los menús semanalmente. Incorpora a tu rutina un momento en el que puedas planificar los menús de cada semana, así podrás hacer la compra de forma mucho más eficiente, sin pasarte y sin ceder a la tentación de caprichos. Además, te resultará mucho más sencillo llevar la cuenta de todo lo que comes que si improvisas cada comida. 8. El deporte es la clave. Es imprescindible para sentirte mejor física y psicológicamente, para tonificar y para esquivar enfermedades asociadas al sedentarismo. Existe un catálogo amplísimo de actividades para todos los gustos: desde practicar deporte al aire libre, bailar, nadar o, lo más simple y siempre efectivo, caminar. Eso sí, no sirve pasear miras miras escaparates, el ritmo ha de ser rápido y constante y debes mantener las pulsaciones en la zona de quemar grasas, el cuello erguido y la zona del abdomen apretada para que sea realmente efectivo. Otra norma básica: practicarlo, al menos cuatro veces por semana durante una hora. Por Vanessa Santos