Es una cuestión de centímetros. Los tacones pueden convertirse en una auténtica tortura si no estás acostumbrada a ellos, o si te espera una jornada interminable. En un mundo idílico, un coche te recogería en la puerta de tu casa y sólo tendrías que dejarte llevar, pero en la vida real tienes que subir y bajar las escaleras del metro, correr cuando pierdes el autobús, permanecer de pie en esa cita de trabajo ineludible y demás situaciones de ensueño. Sin embargo, y por mucho que las sneakers estén viviendo su momento cumbre, hay momentos en los que estás dispuesta a hacer de tripas corazón y soportar los tacones. Un momento, ¿soportar? No necesariamente. Desciende varios centímetros o apuesta por tacones de forma cuadrada para que el peso de tu cuerpo quede más equilibrado. Ahí esta la clave, y además, te prometemos que no dejarán de ser bonitos:   Arancha Gamo