¡Al fin podemos decir orgullosos que hemos superado la infernal barrera del “40 de mayo”! Y ahora, con la euforia que caracteriza este momento y sin el más mínimo reparo, llegó la hora de “quitarse el sayo “, -las lluvias de estos días no van a durar mucho, créenos-, guardar a buen recaudo cualquier prenda de abrigo o semiabrigo y vestir solo con lo estrictamente necesario. He aquí el gran dilema al que nos enfrentamos año tras año con la llegada de estas fechas: de una sola pieza, con aire retro, print animal, estilo marinero, naif, vintage… ¡Las tendencias en moda de baño son todo un mundo por descubrir! Pero lo cierto es que, tras todos los “consejos” que colman las revistas tratando de arrojar luz en nuestra búsqueda del traje de baño que más estilice nuestra figura, se adapte a nuestra silueta y nos convierta en auténticas diosas… nosotras lo único que buscamos es un bendito (o maldito) biquini que nos siente bien, que nos garantice comodidad y con el que estemos lo más favorecidas posibles (teniendo en cuenta que llevamos un microfragmento de tela). Lejos del último modelo high weist de Dolce & Gabanna , de la versión flúor de los bikinis neopreno o cualquier pieza de “alta costura playera”, el triunfador de las playas y por encima de todo, el protagonista indiscutible de las redes sociales, es sin duda el bohemio e hipercolorista biquini de ganchillo de la firma neoyorquina KIINI. Biquinis de inspiración etno-chic que recogen en escasos centímetros de tela todos los colores del arco iris. A medio camino entre el desenfadado estilo surfer y el aire boho que siempre aporta el crochet ; y según su creadora con “súperpoderes ", tales como " positividad extrema ", estos bi-pieza de ganchillo se han convertido en nuestro codiciado objeto de deseo de esta semana. Kiini nació de forma fortuita, su creadora Ipek Irgit, de origen turco, tratando de lograr la combinación ganadora : “silueta perfecta - diseño diferente - material de calidad“ decidió crear su propio biquini. Y …¡tachán! El resultado fueron piezas absolutamente geniales, que huelen a verano, a tardes al sol, a calas remotas, a veleros, a sal , a fiestas en la playa… Dice Ipek que sus bikinis provienen de su amor por la artesanía, el color y el respeto a los artesanos. Sea como sea estas maravillas de ganchillo multicolor han acaparado las cuentas de Instagram de todo el panorama internacional : Anna Dello Russo, Cara Delevingne, Bar Refaeli, Leandra Medine, Julia Restoin Roitfeld , Dree Hemingway , o Garance Dore han descubierto en Kiini el elemento imprescindible de su maleta vacacional. Hechos a mano, cada pieza es única, lo que les hace aún más especiales, y deseables. No se trata de meros trajes de baño, podemos decir que ha nacido el perfecto compañero para usar bajo largos kaftanes en mágicas noches estivales, o como ropa interior acompañando prendas de infinitos escotes de espalda. Desde las playas de Ibiza a los pueblos de Portofino cualquier paraíso encaja con nuestro adorado must-have. Declaramos la guerra definitiva a los bikinis extraminúsculos, a los hipersexys, a los glitter, a los versión maxi, a todos los modelos que son simplemente “como todo lo demás”. Solo queremos un Kiini en nuestra vida. ¡Pero cuidado! abstenerse recatadas, tímidas y vergonzosas porque como bien dice su creadora : “Créanme, cuando te pones un Kiini, se garantiza que se girarán a tu paso en la playa por lo menos diez veces al día". Ana Horcajo @anii_horcajo