¿Quién no ha recibido alguna vez de su madre, padre, abuelo, profesor, amigos o demás mentores el mítico consejo de: “No pierdas nunca el niño que hay en ti ” o la otra versión “No crezcas demasiado rápido”? En mayor o menor medida, y dentro de las posibilidades de cada uno, todos procuramos seguirlos o al menos tenerlos presentes. A todos se nos dibuja la típica sonrisa tonta en la cara cuando pensamos en nuestra infancia, miles de imágenes vienen a nuestra cabeza llenándola de colores y olores: plastilinas, ceras, Barbies, Nancys, Madelman, Pin y Pon (en función de la edad de cada uno está lista sufrirá variaciones). Pero hay uno que compartimos todos, seamos de la década, colegio, familia, pueblo o barrio que seamos, hay un juego eterno e indispensable en cualquier recuerdo de infancia, que nos ha permitido convertir en realidad (a escala y en multicolor) desde la casa de nuestros sueños hasta el robot más inofensivo... ¿Aún no sabes cuál es? Hablamos de nuestros queridos bloques de Lego,con sus cubos rojos, azules, verdes, amarillos, blancos… Sus muñecos con apéndice en la cabeza y sus manos en forma de pinza que hoy vuelven para recordarnos nuestros mejores años. ¿Quién nos iba a decir a nosotras que tantos años después íbamos a querer volver a jugar a las construcciones? ¡Pues queremos!, pero no de cualquier manera, queremos hacerlo sólo con las versiones de Les Petits Joueurs que definitivamente han sacudido nuestras expectativas de lo que debe ser un bolso y han escalado nuestra particular torre de bloques para alzarse con el título de Objeto de deseo de la semana. La expresión "LES PETITS JOUEURS" (en español, “los pequeños jugadores”) es un eufemismo francés que define a las personas que no se arriesgan. Definitivamente no dejaremos que digan eso de nosotras, estamos dispuestas a arriesgar, queremos colores y formas geométricas, ¡hemos venido a jugar! El nombre de su soñadora diseñadora es Maria Sole Cecchi (Florencia), que junto a su hermano Andrea Cecchi han creado una firma que no deja indiferente a nadie, y han convertido el streetstyle de las capitales de la moda en un auténtico ir y venir de bloques multicolor, de atrevidos mensajes, de bolsos impensables, de diseños que jamás habríamos imaginado, ni siquiera en nuestra mente infantil de ilusos arquitectos. Vamos a colarnos en los cuartos de juegos de hijos, sobrinos, ahijados, o en su defecto en la guardería o juguetería del barrio. Queremos tomar prestados algunos de sus cubos de colores. Volvemos a ser pequeñas, pero nuestro juguete ahora derrocha estilo, personalidad y pide a gritos que lo saquemos de paseo colgando del brazo o cogido de la mano en su versión clutch. Ana Horcajo @anii_horcajo