P8ladas es en realidad Laura Santolaya, humorista gráfica y treintañera nacida en Pamplona… Hablamos con las dos versiones de sí misma.
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P8ladas es en realidad Laura Santolaya, humorista gráfica y treintañera nacida en Pamplona… Hablamos con las dos versiones de sí misma.
P8ladas (Pocholadas) es en realidad Laura Santolaya, humorista gráfica y treintañera nacida en Pamplona. En 2008 estrenó su blog Prohibido escuchar canciones ñoñas, en el que dio vida a su alter ego, haciendo que miles de seguidores compartieran sus viñetas a diario en redes sociales.
En 2013 fue seleccionada por el diario El País en su sección «Se busca talento», en 2014 publicó su primer libro Los lunes me odian, en 2015 Crónicas de la Adolestreinta y en 2017 Prohibido escuchar canciones ñoñas. Ahora, mientras compagina su trabajo en una agencia de comunicación con la ilustración, prepara su cuarto libro. Hablamos con las dos versiones de sí misma.
Uf, qué difícil es esa pregunta. Soy una persona que siempre intenta divertirse y pasárselo lo mejor posible. También soy P8ladas (Pocholadas) en el mundo virtual, el personaje de cómic protagonista de mis viñetas.
P8ladas (Pocholadas) fue el pseudónimo que creé para publicar contenido en Internet y que, más tarde, se convirtió en un personaje, algo así como un alter ego con el que empecé a hacer viñetas y que me permitió decir sin tapujos las cosas que yo no me atrevía.
Siempre tuve obsesión con el número 8 y me gustaron los juegos de palabras. Pochola era cariñosamente como me llamaba mi abuela y siempre me había gustado esa palabra, la junté con el 8 y así surgió. Desde luego que muy comercial no es, pero…¡nunca pensé ni siquiera que la gente fuera a conocerla!
Le dedico la mayor parte de mi tiempo libre y lo compagino con mi trabajo en una agencia de comunicación. Mucha gente me pregunta por qué no me dedico en exclusiva a P8ladas. El caso es que nunca he querido renunciar a mi otra profesión, la de la comunicación, así que siempre he intentado compaginar ambas. Tengo la suerte de pasármelo bien en ambos sitios.
Todo lo hago yo sola. Es curioso porque la gente piensa que somos varias personas las que nos dedicamos a P8ladas.
Me inspiran mis amigos, mis compañeros de trabajo, una canción, internet… Me interesan sobre todo las relaciones sociales, los temas de actualidad y, por supuesto, cualquier chorrada aleatoria.
Supongo que mucha. P8ladas es una versión exagerada de mí misma, me gusta exagerar sus comportamientos y sus chistes a veces hasta el absurdo. La creé porque a me resultaba más fácil decir algunas cosas a través de ella que por mí misma.
En el colegio les dibujaba brazos, piernas y ojos a los ochos de mis apuntes de matemáticas. Cuando me fui a vivir a Madrid, empecé incluyendo este tipo de dibujos en un blog titulado Prohibido escuchar canciones ñoñas. Trabajaba en una oficina y lo abrí para liberar el estrés y reírme de las miserias de mi día a día. Al principio sólo escribía y acompañaba los textos con una canción animada. Un día decidí dibujarme a mí misma y así surgió el personaje. Poco a poco los dibujos fueron cobrando mayor protagonismo y cambié los textos por las viñetas, que empecé a publicar diariamente en redes sociales.
¿Crees que tu trabajo está bien valorado?
Hago bastantes colaboraciones con marcas, encargos personales y estoy a punto de publicar mi cuarto libro, así que supongo que no me puedo quejar.
Las redes sociales son como el monstruo que vive debajo de tu cama cuando eres pequeño: te acechan cuando estás solo, te vigilan cuando haces algo inapropiado y te proporcionan una gran cantidad de historias que contar.
En mi caso han jugado un papel clave, pues han ayudado a difundir mi trabajo, pero no creo que sean la panacea en ningún caso. Me sorprende que la gente quiera dedicarse a ser influencer hoy en día, deberían querer hacer algo que les motive, no que tener seguidores sea una motivación. Los seguidores son un medio, no un fin y si te obsesionas con los likes adiós creatividad. Yo me propuse durante un año dibujar una viñeta al día, a veces lo hacía a las seis de la tarde y otras a las tres de la mañana. Detrás de mis redes sociales hay constancia y muchas horas sin dormir.
Supongo que el tipo de humor y la manera de ver y contar las cosas.
¿Qué crees que buscan en tus ilustraciones tus seguidores?
La gente me suele decir que se siente identificada con mis dibujos, que se ríen porque cuando ven una viñeta mía piensan eso de “a mí también me ha pasado”. Muchos me dicen que acuden a mis redes sociales como terapia cuando quieren desconectar, evadirse y reírse un rato.
A veces con mis dibujos trato de criticar cosas que no me gustan o con las que no estoy de acuerdo. A mí me gusta cuestionarme las cosas, actitudes, comportamientos, situaciones… y me encantaría que cuando la gente viera una viñeta mía hiciera lo mismo. Oscar Wilde dijo que el buen humor te hace reír durante cinco segundos y te hace pensar durante diez minutos, pero no siempre busco criticar algo con mis ilustraciones, a veces dibujo por puro placer, porque me apetece hacer un chiste tonto.
Antinfluencer (así, todo junto) es el hashtag bajo el que empecé a publicar historias en mis redes sociales haciendo todo lo contrario a lo que suelen hacer los influencers. Sacaba fotos a platos de comida vacíos, desayunos sin chía, daba las gracias al conductor del autobús en lugar de a mi chófer privado o enseñaba las facturas de los restaurantes en los que había tenido que pagar en lugar de que me invitaran. Era la manera de mostrar lo absurdo de algunas situaciones o comportamientos que se asocian al mundo de los influencers.
No me ha afectado nunca, en redes sociales siempre he publicado lo que he querido.
Siempre hay gente que se toma muy en serio lo que dibujas y recibes mensajes o comentarios desagradables, pero pasa en todos sitios.
Una viñeta sobre cómo sería si juzgásemos el resto de noticias como hacemos con las de violaciones. Llevaba mucho tiempo pensando sobre ese tema y leyendo mucho, pero me costaba plasmar en una viñeta realmente lo que quería transmitir. Estuve varias noches dándole vueltas y dibujé muchas y descarté otras.
Casualmente la misma.
Cuando hablo de sueños parece que lo hago de cosas inalcanzables, así que prefiero hablar de metas. Una meta cumplida es ganar dinero con mis dibujos y una por cumplir, publicar mi próximo libro, porque me da a mí que darle una caricatura mía a James Brown, ya no me va a pasar…
Anna Alarcón: @_annalarcon
Imágenes: Cortesía de Laura Santolaya e Instagram de @p8ladas