Cosas que alegran el verano de Evripidis
Las canciones de Evripidis and his Tragedies siempre nos alegran cualquier momento del día y las palabras, gustos y pensamientos de Evripidis, nos inspiran. Él ha elegido las diez cosas que le alegran el verano. Instantáneamente, alegrarán el tuyo.
1. Un disco: “The people´s record”, de Club 8. Estos suecos firmaron uno de los himnos de mi postadolescencia (Missing you), me aburrieron con varios discos de dream pop un pelín sosos y me ganaron de nuevo al reinventarse para ofrecer esta delicia de sabor tropical que me resulta, no sólo creíble, sino también muy divertida y totalmente apropiada para el verano.
2. Una isla: Anafi. Es mi isla favorita de Grecia, donde volveré a ir este verano. Es montañosa y seca, tiene unos 350 habitantes, playas paradisíacas, un solo pueblo de color blanco -que fue construido en el borde de un acantilado y es azotado por los vientos- y el segundo peñón más alto del mediterráneo, el Monte Calamos, que con sus 500 metros de altura es casi omnipresente.
3. Un bar: El bar “Federal” en Barcelona. Su terraza es un oasis lleno de plantas y tiene un laguito artificial con peces-uno por cada camarero. La comida está rica, los Virgin Marys son exquisitos y, además, el personal es muy amable y guapo.
4. Una serie: True Blood. Está de nuevo con nosotros y es más chorras que nunca, así que damos gracias a Dios por no tomarse a sí misma demasiado en serio. Ya hay tanta variedad de entidades sobrenaturales que da vértigo y lo mismo pasa con la cantidad de torsos desnudos que se pasean por cada capítulo.
5. Un libro: “Estambul. Ciudad y recuerdos”, de Orhan Pamuk. Mis bisabuelos vinieron de allí y siempre me ha fascinado esta ciudad. Hasta ahora había leído principalmente sobre su época dorada, la de los imperios Bizantino y Otomano, pero en este libro he descubierto su historia durante el siglo XX: una ciudad decadente que vive en la melancolía, que evita su pasado, que deja quemarse sus yalis (palacetes de madera) de forma despiadada y que busca el alivio en el Bósforo.
6. Una maqueta: “Para qué negarlo si se puede demostrar”, de Doble Pletina. Aparte de un envoltorio simplemente delicioso, contiene unas canciones brillantes, en melodía y letras, que se han apoderado de mi cabeza y suenan en ella durante todo el día.
7. Un cómic: “Cárcel de amor”, de Sergi Puyol. La historia de un chico hipersensible y a la vez frustrado que entre otras cosas, enjaula (literalmente) a su amada. Después de leerlo tuve una pesadilla en la que mis padres me tenían en un jaula (con la puerta abierta) y me inyectaban morfina. Se indignaron mucho cuando se lo conté, ya que este simbolismo chungo no podría estar más lejos de su actitud paternal, la verdad.
8. Una canción: “After the moment”, de Craft Spells. Tiene un ritmo veraniego combinado con una cierta melancolía en la melodía, las guitarras cristalinas, los sintetizadores ochenteros y la voz plana (como en la mayoría de grupos de indie pop, para que negarlo?) pero emotiva a la vez. Como bailar en un festival de verano al atardecer, mientras piensas en un amor que no responde.
9. Un videoclip: “King of the beach”, de Wavves. Humor, el Pacífico, palmeras, playa y unos chicos gamberros que llevan coronas, compran kilos de joyas de oro pagando con dinero falso y fuman porros empolvados con purpurina.
10. Una persona: mi novio. Es un gato en lo tierno y en lo arisco. Estoy muy conteto de pasar un verano mas con él.
EVRIPIDIS SABATIS ACABA DE PUBLICAR "EL CALAMAR Y OTOS MITOS DE LA INTIMIDAD". ED. MORSA.
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