En el círculo del panorama musical actual, donde la autenticidad a menudo queda eclipsada por fórmulas repetitivas, CANO se posiciona como un artista que conecta con su público a través de la sinceridad y las raíces que le mantienen con los pies en la tierra. 2023 fue un año decisivo en su carrera, consolidándolo como una de las figuras más relevantes del momento gracias a su capacidad para fusionar géneros como el flamenco, lo urbano y la electrónica, siempre con su esencia por bandera. Algo que también reivindica en su último disco, «Triana», con el que el artista ha tocado las fibras más íntimas de su historia personal, ofreciéndonos un álbum que trasciende lo musical y se convierte en el inicio de un nuevo hito para su carrera: hacer su primer WiZink.
Y es que, desde que llenó dos Vistalegre, la evolución de CANO ha ido en aumento. En esta entrevista nos habla de su proceso creativo, sus valores y cómo su futura paternidad ha moldeado su música y la visión de su vida, reflexionando sobre el camino recorrido, el reto de mantenerse fiel a sí mismo y los sueños que aún le quedan por cumplir. ¡No te la pierdas!
Hablamos con CANO después del anuncio de su «Triana Tour»
Cano, aunque llevas años dejando huella en la música, parece que 2023 marcó un antes y un después para ti. Es una pregunta de respuesta difícil, pero... ¿qué crees que es lo que te ha conectado tanto con la gente?
Yo creo que mi realidad y la verdad con la que cuento las cosas y escribo las letras de mis canciones. La gente, al fin y al cabo, me cree en lo que cuento y se siente identificada con mi historia. Esto se ve respaldado en visitas en Spotify y venta de tickets para mis shows.
Tu disco «Triana» tiene un aire muy íntimo, casi como si fuese una carta abierta para tu hija. ¿Cómo viviste el proceso creativo de escribir algo tan personal?
El proceso creativo fue un proceso muy bonito. Cuando tienes una idea en mente es más fácil luego desarrollarla, pues no es lo mismo escribir un álbum que no sabes por dónde va a tirar, que algo que te nace de dentro. Sin embargo, el proceso fue, no diría fácil ni muy seguido, intenté hacer un disco dedicado a mi hija, pero sin ser «un disco dedicado a mi hija». Porque hay que comer también, ¿sabes? Así que, dentro de lo que se pueda, intenté hacer música un poco más mainstream.
¿Cómo sientes que influyen tus vivencias, especialmente tu recién estrenada faceta como padre, en tu sonido?
Mi vida personal, al final, es lo que más me inspira. Sin ella no tendría las letras que me salen de manera honesta y transparente. Por eso es muy importante ir viviendo, cerrando etapas y abriendo de nuevas.
Has dicho en varias ocasiones que prefieres hablar de valores y de familia, en vez de recurrir a los temas más clásicos del género urbano. ¿Qué te llevó a tomar este camino desde un buen principio?
Lo que me llevo a tomar este camino fue el hecho de estar con mi chica. Llevó con ella desde los 17-18 años, desde que empecé a cantar. Así que no iba a escribir letras «guarras» estando con ella. Respeto a todo el mundo que lo haga, pero para mí no era algo, no sé, digno.
Me imagino a alguien escuchando una canción mía estando con sus padres y que suenen letras malsonantes, y, no sé, yo me moriría de vergüenza, literalmente.
En tu último álbum, «Triana», colaboras con artistas como JC Reyes y Lia Kali. ¿Por qué ellos?
Lo que ellos aportan en mis canciones, es novedad. Son dos personas con unas voces super peculiares y muy buenos artistas. Eso es lo que comparten a pesar de sonar aparentemente tan opuestos. Además, se fusionaron muy bien conmigo.
De llenar Vistalegre a principios de este año a dar el salto al WiZink Center, un lugar soñado para cualquier artista… ¿Cómo estás llevando el crecimiento de tu proyecto? ¿Te lo imaginabas hace unos años?
Siempre me lo he imaginado, en mi mente. Siempre he sido como muy visionario en este sentido. A mi manera he tenido un ego muy bueno, no malo, que me ha hecho luchar por lo que quería en todo momento.
El año pasado llenamos dos Vistalegre que eran 16.000 personas, lo mismo que cabe en un WiZink. Entonces, estaba bastante claro que este año íbamos a hacer un WiZink Center. Estoy muy agradecido y contento por ello.
Hablando de los directos, los fans estarán esperando algo grande con el «Triana Tour». ¿Habrá alguna sorpresa, colaboraciones en el escenario o momentos especiales que no podamos perdernos?
Eso segurísimo, lo que pasa es que en cuanto al tema de colaboraciones, al fin y al cabo, cada artista tiene su propio calendario o le surge cualquier cosa y a veces es un poco difícil compaginar mis conciertos con los suyos, pero siempre intento cuadrar con ellos para traerlos y que haya alguna sorpresa.
Con todo lo que has conseguido este año, ¿cómo imaginas tu carrera en el futuro? ¿Algún sueño, tanto personal como profesional, que quieras cumplir?
Sí, me gusta ir poniéndome objetivos. Ahora tengo en mente llenar el Metropolitano.
Y ya para cerrar, si tuvieras que describir «Triana» en una sola palabra, ¿cuál sería?
Uf, qué difícil esta pregunta... Pues te diría «curiosidad». Porque todavía no ha nacido y estoy yo como en un proceso también de: no sé lo que me espera, me lo imagino, pero tampoco lo llego a concebir. No lo llego todavía a aterrizar, por eso lo veo como algo que me genera incertidumbre, porque hasta que no esté conmigo, no voy a saber cómo reaccionar.
Lucía Martínez Rubio @luciamartinezrubio
Imágenes: Cortesía de Rabat Music