No te pierdas la entrevista de las Nervo en el número de noviembre de Vanidad
Este mes en Vanidad: NERVO
Estas hermanas de Melbourne, además de un pelo ebúrneo y una mirada efervescente, comparten Nervo, alter ego que engloba sus todas facetas artísticas...
Levantarse a la hora que les pida el cuerpo, hacerse un buen desayuno en el que no faltan una hogaza de pan con aceite y tomate y un buen zumo de frutas, revisar la prensa y algunos correos electrónicos, enganchar la crema y la toalla e irse a pasar el resto del día a alguna cala cercana. El día a día de las gemelas australianas Miv y Liv, asentadas en Ibiza desde hace cuatro años, no se diferenciaría tanto del resto de guiris que pueblan la isla...
Si no fuera porque su verdadera rutina es otra muy distinta: estos días de sosiego en su isla-refugio solo los tienen muy de vez en cuando, cuando no están pinchando en alguna discoteca o macrofestival de cualquier parte del mundo frente a decenas de miles de fans enfebrecidos, arreglando canciones para estrellazas del EDM como David Guetta, Steve Aoki, Rachel Ewans o Kylie Minogue, desfilando en alguna pasarela de moda o posando frente a un fotógrafo de renombre para la campaña de alguna marca internacional.
Las hermanas de Melbourne, además de un pelo ebúrneo y una mirada efervescente, comparten Nervo, alter ego que engloba sus facetas de dj"s, modelos, incitadoras nocturnas, ‘influencers’; en definitiva, fenómeno fan de imparable ascenso.
Las abordamos minutos antes del concierto exclusivo que dieron en Madrid de la mano de Ballantine"s, firma de la que son imagen. Un par de horas después volarán directas a París, a la Fashion Week. “No vamos a desfilar, ni a pinchar ni nada de eso. Vamos solo a disfrutar desde el público”, dice Liv mirándome a través del espejo, sin dejar de gesticular, mientras el maquillador hace lo imposible por trazarle una raya del ojo perfecta.
Este verano lanzaron Collateral, su primer álbum largo que, como ellas dicen, “no es un mero resumen de nuestras sesiones”.
Texto: Luis Meyer
Fotografía: Rafa Gallar