Ya hemos diseccionado hasta la saciedad la alfombra roja de la Gala del MET, y sus consiguientes memes, pero hay un detalle que merece la pena una análisis con el zoom a tope: los tatuajes temporales que lució Cara Delevingne, y que sirvieron a la modelo para adaptarse a la temática de la noche de la forma más original posible. Mientras las demás invitadas optaron por una inspiración asiática interpretada de manera literal en sus vestidos, Delevingne prefirió vestir su piel con tinta para marcar la diferencia. Obra del estudio del tatuador Keith McCurdy alias "Bang Bang", esta obra de arte a base de cerezos y pájaros de inspiración oriental requirió 11 horas de trabajo, a cargo de cinco personas dibujando a la vez sobre el cuerpo de la modelo. El resultado fue imponente, y acaparó toda la atención de su look, por lo que no es de extrañar que Cara eligiera un sencillo mono de Stella McCartney en color negro, que no robara protagonismo al lienzo en que convirtió su piel. Los tonos rojos de las flores de cerezo -imprescindibles en la tradición artística oriental, famosa por su trazo sutil y delicado-  y los discretos destellos amarillos en las alas de los pájaros, suponían una nota de luz cromática para iluminar el mono con detalles cut out de Stella McCartney. En la imagen podemos ver cómo el equipo capitaneado por "Bang Bang" puso toda la carne en el asador para que la modelo estuviera lista a tiempo.

 

Justo en la parte superior había otro elemento de la tradición oriental, un abanico que coronaba la espalda de Cara para rematar este minucioso trabajo. La sensualidad de las flores de cerezo deslizándose por su escote fomentaban el aire sexy del diseño elegido por la modelo. Sin duda ser diferente es el punto fuerte de Cara. Redacción Vanidad

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