Eran los años 50, y todo el mundo pertenecía a una misma
tribu urbana. No había una diferenciación. Pero entonces apareció James Dean y se desató la locura. Todos se volvieron rebeldes y se quisieron agrupar en diferentes grupos, según preferencias éticas y estéticas.
Una larga lista de tribus surgió de la nada.
Rockers, hippies, mods, punks. Y así un largo etcétera. Todos vestían diferentes pero tenían algo en común: Rebelarse contra lo establecido. Antes era todo mucho más fácil. Existían menos tribus urbanas. Pero de repente gracias a la moda y a las nuevas tecnologías se crearon muchas más. Desde los
hipsters a los
old, y desde los góticos a los
indies. Después de décadas cambiantes solo queda preguntar
¿A qué tribu urbana perteneces?
Jovencísimos, consumistas, y sin complejos, los
swaggers se visten para atraer todas las miradas fusionando estilos,tal y como sucedía con los
peacock mods en el
swinging London. Sin embargo esta nostalgia convive con otros rasgos definitivamente marcados por esta época, como la maestría a la hora de dominar las redes sociales y convertirlas en parte indispensable de su vida. Allá donde haya wi-fi, habrá un
swagger.
Los swaggers no están dispuestos a pasar desapercibidos
Los
Young urban creatives, o bien llamados
Yuccies viven en
ciudades cosmopolitas tales como
Nueva York, San Francisco o
Londres, donde buscan el nuevo sueño americano:realizarse creativamente a través de su trabajo. Esta nueva tribu, que abarca a jóvenes menores de 35 años, tiene claro que jamás aceptará un trabajo donde cobren mucho pero se ahoguen creativamente. Son c
ommunity managers, publicistas o incluso pueden tener algún negocio hostelero, pues el espíritu emprendedor es realmente fuerte en ellos.
Lucir melena,
leggings, camisetas sin mangas de tus grupos favoritos, decenas de tatuajes y mucha plata, todo esto con el fin de ser un auténtico
Heavy. Se trata de una de las tribus urbanas por excelencia, originadas en el siglo XX. Aunque más que una tribu se podría definir como un estilo de vida. Motos, cazadoras de cuero, una vida rendida a los conciertos y mucha mucha cerveza mientras suena Metallica, Nirvana o Led Zeppelin. Y si no que se lo digan a los míticos hermanos Alcázar, que llevan media vida defendiendo su estilo en plena Gran Vía madrileña, y pidiendo venganza por lo que un día fue el Madrid Rock.
Para heavies, los hermanos Alcázar
Era la época de la movida madrileña, cuando emergieron ¿de sus tumbas? los
góticos, esas almas atormentadas que se identifican con la oscuridad. El
total black es su atuendo principal combinado con crucifijos y un maquillaje pálido contrastado con ojos ahumados en un profundo negro y labios en el mismo color, o en un inconfundible rojo sangre. Las derivaciones de esta tribu urbana, dieron lugar a otros estilos, como el de los
emos, su versión blandita, y de la que cualquier gótico de pro reniega. Adoran y practican cualquier forma de arte y se identifican con los sentimientos que expresan las canciones de sus ídolos.
The Cure, Marilyn Manson o HIM son un básico para ellos.
La melancolía y los góticos, todo uno
¿Qué queda por decir de los
hipster, que han hecho correr ríos de tinta durante los últimos años? Aunque muchos digan que su época ha pasado, ahí siguen, fieles a sus filtros de Instagram. Todo
hipster que se precie es creativo y moderno, pero resistiéndose a parecerlo, porque el hipster está condenado a fingir que va por libre y que no se parece a nadie -aunque ya haya cientos de personas vestidos como ellos-. Siempre pendientes de las últimas tendencias, con sus
gafas Wayfarer, pitillos y
cangrejeras. Las
camisas abotonadas de manga corta con estampados tropicales y animales, están por la calle tanto o más que Kim Kardashian en el Hola. Los
tatuajes, sobre todo en los brazos, realzan la estética más
underground del siglo XXI. Ya sólo te queda adorar
Apple, tener un perro y una bici para ser un verdadero
hipster.
¿Está el hipster condenado a la extinción?
En la segunda mitad de los setenta aparecieron en España los
Rockers. Tupé y patillas, cazadoras cortas y tejanos con grandes hebillas de metal fueron los buques insignia de esta tribu. En mujeres: vestidos con cancanes, vaqueros con dobladillo, o faldas de tubo. Su interés por el Rock & Roll es casi obsesivo. No se caracterizan por otras actividades específicas, salvo la recreación de los fines de semana y la pasión hacia el universo norteamericano de los cincuenta. La moto es el medio de transporte por excelencia y también el objeto fetiche del rocker.
Los rockers y sus inseparables motos
¡Viva el
punk! Total looks en negro, encajes, imperdibles y tachuelas son algunos de los elementos protagonistas de este estilo. Amantes de la música y entre sus imprescindibles,
Los Ramones o la mismísima
Patti Smith. En cuestión de estilo actualmente se mezcla con un sutil glamour. Y cómo no, esto también se nota en el cabello, porque de pelos siempre va el asunto. ¿Recuerdas aquella moda súper
punk de llevar el cabello con colores eléctricos ultra saturados? Pues ha evolucionado, y pasó de ser un accesorio irreverente, a
un must en cuestión de melenas. Muchas famosas han optado por llevar candy colours. El
punk ha vuelto, aunque sea en una versión más light…
Las laboriosas crestas de los punk revelan su entrega
Los
indies son claramente identificables por su peculiar indumentaria, que suele incluir gafas de pasta, cabellos limpios pero milimétricamente despeinados, camisetas al estilo inglés con referencias a algún grupo musical "de culto", pantalones de marca aunque cuidadosamente desharrapados, zapatillas Converse all-star (o similares) y chapas llamativas por cualquier parte del cuerpo. Muy interesados en el arte en general y en lo particular en el cine y en la música. Son fan absolutos de Leonard Cohen y de grupos como
Arctic Monkeys.
Y finalizamos con los
old o también llamados los vintage, esa tribu urbana fascinada por todo lo antiguo. A los hombres les van los
bigotes, los trajes de
tweed, las gafas redondas y los relojes de cadena. A las mujeres los vestidos de los años 20, 30, 40 y las
toquillas.
Les encantan las bicis antiguas y tomar el té en los lugares más retro. Visten con mucho estilo aunque compren en tiendas de segunda mano.
Repasando todas las tribus urbanas y con el diccionario a cuestas me he llegado a plantear en cual encajo yo. ¿Sabéis que os digo? Que soy un mix de todas ellas.
Pablo Aragón
@aragon_pablo
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