Podemos afirmar estar ante el gran retratista de street style, uno de los pioneros mediadores entre la moda a pie de calle y la pasarela: el selecto y hermético escenario de los diseñadores. Cuéntanos, ¿cómo llegaste a poner en contacto aspectos a primera vista tan extremos?
Para mí fue bastante fácil al haber trabajado durante 15 años en el mundo de la moda. Crecí admirando esta industria. Sin duda, este recorrido me ha hecho tener una mayor competencia en lo que a mi percepción personal sobre el mundo de la moda respecta. Desde luego no hay una sola voz que dictamine lo que es o no es cool en mujeres u hombres, pero esa competencia adquirida me hacía ver a una persona y pensar “esa persona es interesante”—para mí, desde luego. Que esa persona vistiera o no de diseñador era lo de menos. Al retratarlos, simplemente trataba de mostrar al mundo cómo me hicieron sentir al tenerlos delante. El problema o desafío para muchos fotógrafos jóvenes de street style es que no confían en su percepción sobre la moda o no tienen un punto de vista propio. Simplemente se limitan a comunicar lo que otra persona lleva puesto. Es lo que observo en muchas semanas de la moda. Esos álbumes condensan fotografías de gente vistiendo marcas de moda inconfundibles y desechando otras más accesibles o desconocidas. En lo que a mí respecta, no me importan en absoluto las etiquetas, se trata de fotografías y de dejarme llevar por mi punto de vista.
¿Cómo y cuándo se produjo esa incursión en el mundo de la moda?
Mis inicios en el mundo de la moda se remontan a 1990, cuando me trasladé de Indiana a Nueva York. Allí comencé en Bloomingdales, a través de su Executive Training Program, y después trabajé para el diseñador Carmelo Pomodoro. De ahí me lancé al terreno de la ropa de diseñador y las ventas. Después tuve a mis hijos y comencé a hacerles fotos. Fue entonces cuando me di cuenta de que me gustaba (¡y mucho!) así que comencé a hacer fotos por Nueva York y luego… ¡BOOM!.. Lancé el blog.
¿Qué aspectos positivos señalarías de esos comienzos o cómo ese punto de partida ha repercutido en el Scott Schuman que conocemos hoy en día?
Me gusta mantener la simplicidad en lo que hago, a diferencia de algunos blogs o redes sociales que tratan de construir grandes empresas. Por mi parte no trato de impresionar a nadie sino de mantener esa línea que me ha caracterizado, algo sencillo y elegante. A excepción de los proyectos en los que colaboro, sigo trabajando tal y como hacía el primer día. Me considero una persona muy positiva, me gusta hacer fotos en las que la gente salga bien y creo que eso es lo que realmente inspira a los demás.
Hoy en día eres uno de los nombres más escuchados en esta esfera, ¿cuándo se produjo ese gran salto a la fotografía?
Tenía un showroom donde vendía colecciones a grandes superficies. Tras el 11 de septiembre [de 2001] en Nueva York, muchos negocios tuvieron que cerrar al no poder pagar. Eso me obligó a cerrar el showroom. Me dediqué por completo a cuidar de mis hijos y les sacaba fotografías, lo que me abrió los ojos y me hizo ver que de verdad este mundo me gustaba. Los blogs eran una plataforma gratuita para empezar, por lo que comencé a trabajar en posts sólo por diversión, para ver qué pasaba.
¿Qué inspira a Scott a la hora de fotografiar a gente común? Está claro que tiene que ser #untaggable pero, ¿qué tiene que tener ese “alguien” para estar delante de tu objetivo?, ¿qué es lo que Scott Schuman busca?
Busco que esa persona me sorprenda. No busco “algo”, porque si así lo hiciera podría estar perdiendo muchos detalles. Cuando disparo, trato de ser consciente de todo lo de hay alrededor. Me gusta ese halo de misterio que tanto puede hablar de una persona... es casi como una seducción. Una combinación entre la propia persona, cómo viste, las luces y las sombras con el fin de sacar la mejor fotografía. Sin embargo, muchas veces, un momento capturado con rapidez tiene significado propio. Lo cierto es que no tengo un mantra, simplemente reacciono en el momento.Es, sin duda, la era de los bloggers e influcencers. Tu blog es una de las plataformas más influyentes a nivel internacional y referencia para estudiantes, apasionados de la moda e incluso diseñadores, ¿alguna vez pensaste que llegarías hasta aquí?
No creí que se convertiría en lo que es hoy. Sin embargo, sabía que tenía algo especial. Cuando comencé en el mundo de la moda quería hacer algo importante, no ser famoso, sino limitarme a hacer algo que realmente tuviera un significado al margen de la fama. Me di cuenta muy rápido de que no era buen diseñador y pensé que quizá podría dirigir alguna empresa relacionada con el sector, algo que no me llenaba. Por eso trate de ver en qué era realmente bueno. Por alguna razón, las redes sociales siempre me han atraído y parecí entender la forma correcta de comunicar.
¿Qué opinas del street style español?
Creo que es muy bueno y único. No se parece a ningún otro. Está evolucionando, aunque todavía es algo discreto. Estoy deseando poder ver más diversidad e influencias.Texto y fotografías Diana Postigo - @lady_didi_