Viendo “Hay alguien ahí” (esa gran serie de culto de terror cañí con la que Cuatro dio el campanazo), en casa de unos amigos, comiendo pizzas, como si de un final de liga se tratase, una amiga mía comentó: “Anda, pero si esa es la rubia que se parece a Natalie Portman, la que salía en El Castigo”. Efectivamente, se parecía mucho a Natalie Portman y era rubia. Me daba la sensación, de repente, de estar viendo una serie americana. Hubiese sido una gran Kelly para “Sensación de vivir” y perfectamente podría haber protagonizado “Gossip Girl”. Un animal de una raza muy pura. Esa rubia que se parece a Natalie Portman y que aparecía en “El Castigo” y en otras exitosas series de nuevo cuño como “Círculo Rojo”, “Desaparecida”, “UCO”, “90-60-90. Diario de una adolescente” o “Los protegidos”, se llama Esmeralda Moya y acabo de quedar con ella en el Café Comercial de Madrid, escenario de tertulias literarias de la posguerra. Muy pronto encarnará a la mismísima Tita Thyssen en la tv-movie biopic “La Baronesa”, que desde ya, en su mera gestación, ha pasado a formar parte de la historia de la cultura pop española. Próximamente la veremos también en la serie “Homicidios”, al lado de Eduardo Noriega.
Entre el gentío del Café Comercial irrumpe Esmeralda con la fuerza de una aparición, creando a su alrededor un círculo de deferencia. Nos presentamos y Esmeralda sonríe. Su sonrisa es como un objeto precioso sacado de un cofre. Pide un Cola Cao. Comenzamos a charlar y enciendo la grabadora. Esmeralda me mira a los ojos con la seguridad de los bien nacidos.
Cuando te vi por primera vez en la tele tu cara me sonaba de antes…
Sí, bueno, he trabajado mucho de modelo.
¿Ah sí? No me extraña. ¿Y en qué campañas?
Empecé a los 12 años, para El Corte Inglés y para Fórmula Joven. Después me fui a vivir a Milán, a París, estuve en Nueva York, en Tokio… Pero siempre quise ser actriz. Gracias a mi trabajo como modelo he viajado mucho, he aprendido idiomas. Pero a los 20 dije “lo dejo todo” y vine a estudiar arte dramático a Cristina Rota.
¿Y en qué momento te diste cuenta de que querías ser actriz?
Siempre quise ser actriz. Mis padres no me compraban Barbies, sino marionetas, y siempre jugaba con ellas, poniendo voces. Me ponía los vestidos de mi madre, sus tacones, les hacía funciones a mis abuelos. Siempre quise ser actriz, pero decidí serlo viendo “El mago de Oz” y a Judy Garland.
¿La mejor escuela de interpretación es la tele?
Una de las mejores. Aprendes a ser rápida. Es un buen entrenamiento. Con lo mal que está el cine, muchos directores de cine se pasan a la tele; Daniel Carlparsoro, Gracia Querejeta, Rodrigo Cortés… La tele es cada vez más cine.
Si no fueses actriz, ¿qué serías?
Pues la verdad es que, ahora que lo pienso, jamás me lo he planteado. Y si no me lo he planteado por algo será…
Estudias en Cristina Rota, ¿puede decirse que eres una actriz del método?
En absoluto. No me inspiro en mis vivencias, sino en las del personaje.
¿Cuál ha sido el personaje que más te ha costado interpretar?
El rodaje de “El castigo”, que abrió la veda de las miniseries, fue muy duro. Y el de “Los Protegidos”. Tenía que hacer de villana, querían una diva mala, pero no entendía por qué mi personaje era tan malo… Traté de convertirla en una mala graciosa de 16 años. Fue muy divertido. Un reto.
Si tuvieses que elegir un superpoder, ¿cuál elegirías?
La teletransportación. No tener que coger aviones ni Aves.
Esmeraldas hay pocas… Eres la única Esmeralda que conozco.
Mis padres estaban entre Libertad y Esmeralda. Yo tampoco conozco muchas... A la cantante Esmeralda Grao. Pero en mi casa me llaman Esme.
Todas tus series han sido muy de culto, incluso entre gente que no ve series españolas habitualmente, ¿las has elegido así o ha sido casualidad?
Casualidad más bien. Al principio no he elegido mis papeles ni las series en las que he trabajado. He tenido suerte. Ahora trato de elegir un poco más y no estar mucho tiempo en una serie. No por no encasillarme, sino por no aburrirme. Si no encuentro cosas en un personaje, busco otro.
Pocas responsabilidades como interpretar a un mito como Tita…
Desde luego. Al principio da un poco de miedo. La primera reacción es pensar en la suerte que tienes, la segunda es agobiarse con la responsabilidad tan grande de interpretar a un personaje tan querido, tan característico y que, además es real, y la tercera apoyarte en tu director, en los guionistas, en documentación… Y en mis compañeras, que han sido maravillosas; Mar Regueras, Silvia Tortosa…
¡Silvia Tortosa! Qué mítica. Aparte de su etapa de actriz del destape fue Fanny Pelopaja…
Bueno, ella es increíble. Encantadora, muy cercana. Y bellísima. Tiene una piel… mejor que la mía. Ella interpreta a la Tita adulta.
¿Cómo te acercaste al personaje de Tita? ¿Tuviste una cita con ella?
No, aún no la conozco. Me documenté con revistas de los 60’ y los 70’, con su biografía no autorizada, con el “Hormigas Blancas”…
¿Vas a imitar su particular manera de hablar?
No, haré mi propia versión del personaje, al margen del real. No soy imitadora. Creo que el trabajo de mímesis distrae de lo fundamental, que es la historia. No quiero que la gente se fije en mis gestos, sino en lo que está pasando. Cuando una hace un trabajo de mímesis es muy fácil caer en la caricatura. Admiro mucho lo que hizo Cate Blanchett sacando los gestos de Katherine Hepburn en “El Aviador” de Scorsese, pero quiero tirar más por lo que hizo Juan Ribó cuando interpretó a Raphael. Se dejó la piel interpretando a Raphael sin imitarle. Se me ponen los pelos de punta.
¿Sabes si Tita apoya la tv movie que estáis haciendo?
La verdad es que no se nada… Espero que le guste.
Y, ¿de aquí a Hollywood?
Me encantaría, pero aún no me veo. Creo que aún me queda mucho por aprender y muchas etapas por quemar en España, pero me encantaría dar el paso. Hay que tener suerte, pero también hay que ir a buscarla.
¿A qué directores les dirías “sí” sin ni siquiera leer el guión?
A Almodóvar, a Amenábar, a Daniel Sánchez Arévalo, a Jean Pierre Jeunet...
¿Crees que debes demostrar más por ser guapa?
Sí. La gente después de ver tu cara espera algo más, es normal, pero con lo que no puedo es con eso de “esa está ahí porque es guapa”. Creo que es un prejuicio como otro cualquiera. Yo estoy aquí porque trabajo mucho y porque me esfuerzo. ¿Natalie Portman ha ganado un Oscar por ser guapa? En otros países como Francia esto no ocurre. Hay actrices bellísimas que son muy respetadas. Nadie las pone en duda por ser guapas.
¿Te preocupa lo que digan de ti?
No. La gente siempre va a hablar. Si estás flaca porque estás flaca, si coges unos kilos porque coges unos kilos, si tu vestido gusta o no gusta. No hay que preocuparse con el qué dirán. Hay que trabajar.
¿Qué actrices te gustan?
Carmen Maura es mi favorita. Concha Velasco, que estaba genial en “Herederos”. Me gusta mucho Blanca Portillo. Hay actrices magníficas en España. Natalie Portman, Kate Winslet, Diane Keaton, Julienne Moore, Ellen Page, Meryl Streep, Helen Mirren…
Además, tu trabajaste con Carmen Maura en “Círculo Rojo”…
Fue una pasada. Me decía “vamos a darnos una vuelta por los platós”. Paseábamos y me contaba “Tú lo que tienes que hacer es jugar, como a las cocinitas cuando eras pequeñas, solo que ahora ya no te tienes que imaginar la cocina porque los de atrezo la ponen ahí para ti. Tú disfruta, como cuando jugabas cuando eras pequeña”. He tenido la suerte de aprender de muchos actores como Miguel Ángel Solá, Gracia Olayo, Emilio Gutierrez Caba…
Ahí se aprende más que en Cristina Rota…
Bueno, en las escuelas también se aprende mucho. Aprendes la disciplina, la puntualidad, sacas un trabajo en grupo, aprendes a improvisar sobre todo. Es como ir al gimnasio a entrenar.
Por Popy Blasco. Fotografías de Juan Martín. Maquillaje y peluquería de Beatriz Matallana.
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