Las audiencias no avalan a la nueva serie de nuestra particular Carrie Bradshaw, ni tan siquiera llega al millón de espectadores y eso para la
HBO (cadena donde se emite) es un fracaso. Añadimos a todo esto que el grueso de la crítica no ha parado de hacer una comparativa exhaustiva con la popular
Sexo en Nueva York... Y Divorce sale muy perjudicada. Por eso no paro de preguntarme cómo estará viviendo este trance la maravillosa e idolatrada Sarah Jessica Parker...
¿Lo veía venir? ¿Hizo bien en volver a la televisión con una serie de estas características?. Me la imagino tomando un café descafeinado con esa melena rubia mientras sacio mi impulso stalker y sueño con unas respuestas cargadas de cafeína y sinceridad. Pero no, no cae esa breva y me dispongo a desmenuzar las causas del batacazo en serie.
Mr. Big y su caballo blanco son muy del 2000
Frances es el personaje interpretado por Sarah Jessica Parker, una mujer que tras una infidelidad a su marido Robert decide divorciarse. En esta nueva serie no verás esa ilusión del primer amor o ese anhelo de encontrar al príncipe azul de la gran manzana. Vivirás justo lo contrario, un desamor frío que invita a la reflexión. Ahora los lomos del caballo están agotados.
Los cocktails y el sexo quedan relegados
¿Quién no adoraba por encima de todas las cosas las desternillantes conversaciones de Miranda, Samantha, Charlotte y Carrie? Las dos amigas de Frances son copias malas de nuestras heroínas neoyorquinas que en un intento burdo tratan que las olvidemos.
Dallas y Diane no consiguen ni acercarse a la sombra de sus talones. Ahora la hora del té con la amiga cincuentona de turno se torna de un pasteloso que hasta resulta agrio.
Boots are made for walking
Sarah sustituye los
Manolos por unas botas o por unas sneakers. Los estilismos son mucho más naïve que invitan a comer helado, tanto es así que no destaca ninguna prenda y todas ellas podrían estar sacadas de una comedia romántica de Jennifer Aniston. Eso sí, todo de segunda mano.
Una mujer todoterreno
Divorce es una historia donde una mujer que ronda los 50. Es madura y elegante, pero tras un largo matrimonio con dos hijos decide comenzar una vida nueva. Este argumento con unas dosis modernistas haría las mieles y delicias del gran público, pero el casting de actores restringe mucho a esta serie que jamás se convertirá en objeto de culto.
La sombra de Carrie es alargada
Una tarde con amigas, las reflexiones en su columna... Las fiestas, el sexo, la moda... Y, sobre todo, el desarrollo de las tramas individuales, hicieron grandiosa a
Sex and the City.
¿El problema de Divorce? Carece de todo eso.
Pablo Aragón - @Aragon_Pablo
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