ENTREVISTAMOS A JAVIER REBOLLO, EL DIRECTOR DE "LA MUJER SIN PIANO", UNA PELI ÚNICA.
Javier Rebollo es de Madrid, de siempre. Lleva diez años en el cine y después de varios cortos y “Lo que sé de Lola” (su primera y prestigiosa película) nos trae “La mujer sin piano”, premio al mejor director en el Festival de San Sebastián y mejor película en Los Ángeles. Quedamos en su casa. Frente a frente, vino y queso de por medio.
¿De qué va “La mujer sin piano”?
Reducir la película a su sinopsis es empequeñecerla. Te puedo decir lo que pasa en la pantalla. Es una mujer que una noche escapa de su rutina y durante esa noche, como sucede siempre en los viajes, vuelve a casa siendo otra persona. Eso es lo que pasa en la pantalla pero la película trata de muchas cosas. Para unos es un melodrama, para otros una comedia, para mi madre es una historia de amor. Para mí, trata de la relación con los actores, de dos cuerpos tratando de aproximarse, de Madrid, de la noche, de los fantasmas, los zombies… Es una habitación con muchas puertas y cada uno coge la que quiere.
Eso es lo interesante de una película ¿no?
Sí, algunos críticos decían que ellos abrían la puerta de salida del cine (risas).
¿Por qué elegiste a Carmen Machi?
Es una gran amiga desde hace muchos años y una compañera de noche. Estaba deseando verla en un papel protagonista porque nadie se lo había dado nunca. Es una actriz maravillosa.
¿Cómo fue rodar en Madrid?
Esta película es una declaración de amor a Madrid. Estaba deseando rodar aquí porque había rodado en París, Berlín, Lisboa… pero nunca en mi ciudad y creo que Madrid, sin ninguna soberbia, se había filmado muy mal. ¡Tiene narices que tenga que venir Jim Jarmusch a filmarlo bien!
Tiene algo de teatral...
Yo odio el teatro, me gusta leerlo pero no verlo, porque el principio de realidad no me lo creo. En cambio, me gusta reelaborar los principios teatrales para el cine como hacían los directores de cine mudo: el cuadro quieto o el plano general.
También el sonido es muy importante, ¿no?
El sonido lo es todo, tenemos la vista cansada. Supongo que tiene que ver con mi infancia. Cuando era pequeño vivía en La Elipa en un piso muy pequeño y no me dejaban ver películas, entonces las oía. Escuché “Escala en Hawaii” (John Ford) o “Esta tierra es mía” (Jean Renoir) mucho antes de verlas.
¿Crees que hay una nueva corriente dentro del cine español?
Al margen de las etiquetas, está claro que nunca había habido tanta pluralidad.
¿Cuáles son tus directores de referencia?
Sobre todo, los cineastas del cuerpo: Tati, Bresson, los hermanos Darden, Kiarostami… También los humorísticamente serios y, sobre todo, los del humorismo alcohólico. Yo me considero uno de ellos porque me encanta beber vino.
Tu hermano, Miguel Ángel Rebollo, es artista y trabaja contigo...
Todo el equipo somos como una familia y Miguel Ángel es casi codirector. Los dos creemos en la basura, en los objetos encontrados, en las vidas anónimas, las cosas a punto de desaparecer, las listas… Crecimos encerrados. Mi madre pensaba que el barrio era peligroso y jugábamos en casa. Lo que hacemos ahora es seguir jugando.
Por José Ganga.
Fotografías de Silvia Varela.
ADEMÁS, EN LOS CINES VERDI DE MADRID, LOS DÍAS 29, 30 Y 31 EN LA SESIÓN DE LAS 22:30 HABRÁ UN COLOQUIO CON EL DIRECTOR AL FINALIZAR LA PELÍCULA. UN LUJAZO, VAMOS.
Aquí está el cartel y el trailer.
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=o2X_Nl7eAZI[/youtube]
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