Georgina Amorós es un verso suelto en la interpretación y es que, aunque de pequeña ya apuntaba maneras, este 2019 le ha tocado recoger todo lo que había sembrado. Entrar en Las Encinas y formar parte de la pandilla Élite, se convierte en la excusa perfecta para cambiar de look y hablar de apariencias, prejuicios, redes sociales y feminismo.
Vestido vaquero de Wrangler, plumífero acolchado de Maison Margiela, botas de Essentiel Antwerp
¿Quién es Georgina Amorós?
Lo voy descubriendo poco a poco, equivocándome y aprendiendo. Soy hija, hermana, nieta y amiga, por encima de todo. A veces me pongo en la piel de otra gente y me pagan por ello. Soy muy cosmopolita, pero sin la naturaleza y especialmente, el mar, no podría vivir. Soy hija del mar, de la costa. Indecisa, responsable, tozuda, perfeccionista, dormilona, vegetariana, inquieta y exigente. Soy muchas cosas. Y muchas otras no lo soy, como paciente.
¿Siempre habías tenido la vocación de ser actriz?
No sé si siempre, pero sí desde que tengo memoria. De pequeña, mi abuelo me hacía muchas fotos y yo “me lo gozaba”, posaba, le pedía más, y ahí mis padres se olieron que esto era algo con lo que yo disfrutaba. Empecé haciendo mucha publi con 4 años. No era guapísima, pero era graciosa y yo me lo pasaba en grande.
Mi padre me cuenta que, cuando se terminaba el rodaje, me tenían que sacar arrastrándome de ahí porque no quería irme... Me iba la fiesta y esta profesión desde pequeña (risas).
Estudiaste varios cursos interpretación en Londres y Los Ángeles. ¿Qué te ha aportado formarte en el extranjero?
He tenido la suerte de formarme mucho fuera y con maestros con los que he aprendido mucho. Con 17 años, me fui a estudiar interpretación a Los Ángeles y fue una de las experiencias más brutales de mi vida. A parte del inglés, que me permite currar en otra lengua, conviví con gente de todo el mundo: desde México hasta Palestina. ¡Fue un subidón de creatividad!
Vestido vaquero de Wrangler, plumífero acolchado de Maison Margiela, botas de Essentiel Antwerp
Aunque todavía no se ha estrenado, participas en Rifkin’s Festival, la última comedia romántica de Woody Allen. ¿Cómo ha sido trabajar con el neoyorkino?
Sonará un poco cursi, pero un sueño. Me he criado con sus películas. Viví el rodaje de Vicky Cristina Barcelona soñando con cruzarme con él mientras caminaba por Barcelona, que es mi ciudad natal. Poder trabajar bajo sus órdenes ha cumplido todas las expectativas que tenía. Daba mucho gusto respirar el respeto que había en el set, la confianza que tiene con su equipo y lo claro que lo tiene todo.
Tienes solo 21 años, pero tu bagaje en el mundo de la interpretación es muy largo. ¿Cuál ha sido el proyecto o el personaje que más has disfrutado?
De todos me llevo muchas cosas, pero el rodaje de Vis a Vis fue increíble. Se juntaron muchas cosas: lo fan que era de la serie, de todas las actrices, del director Ramón Salazar, el buen ambiente y familia que son después de cuatro temporadas, el hecho de que todas sean mujeres (¡por qué no decirlo!) y sobre todo, el personajazo que tuve el gusto de interpretar. Cada vez que leía una escena flipaba y, en consecuencia, cada día iba a grabar con más ilusión y motivación. Fue un regalo, siempre lo digo.
Capa de M Missoni y botas de Mango
¿Cómo ha sido trabajar para Netflix?
Netflix te cuida mucho y siempre tienes a todo un equipo detrás mirando y cuidando hasta el último detalle. Por eso las series que produce son lo que son y llegan hasta donde llegan. En la vida me hubiera imaginado que me escribieran fans des de Uruguay, Alemania o Brasil...
A diferencia de los personajes que llevan en Élite desde sus inicios, tu ya sabías a qué te enfrentabas: repercusión internacional, fenómeno fan. ¿Cómo ha cambiado tu vida desde que formas parte de Élite?
Lo que más ha cambiado es que he estado nueve meses sin parar de currar, lo cual en esta profesión, no es habitual. Con tal volumen de trabajo, es verdad que he te- nido poca vida social fuera del entorno Élite. Soy muy familiar y de mi gente y estos últimos meses, encontrarme con mi familia de Barcelona, por ejemplo, ha sido más jodido.
A parte de tratar, explorar y hacer cuestionar muchas conductas adolescentes, ¿qué más piensas que ha convertido a Élite en el fenómeno que es ahora mismo?
Todos los personajes son de su madre y de su padre, y todo el mundo se puede sentir identificado con alguno de nosotros. Vernos reflejados, siempre nos une al personaje, a la trama y finalmente, a la serie.
Bomber de The Kooples, vaqueros anchos de Maison Margiela, sandalias de Dsquared2
¿Qué fue lo primero que pensaste al leer el guión?
Lo primero que leí fueron las dos separatas que hice en el casting y me acuerdo que pensé: “qué personaje más divertido y diferente”. Pero segundos después, cuando empecé a ensayar, dije: “qué complicado de interpretar sin caer en un cliché”. Así que fue un mix, pero enseguida me apeteció darle vida a Cayetana.
¿Te daba miedo que tu personaje no se entendiera en un principio?
Sí. En las primeras escenas, vemos a una Cayetana muy superficial y me daba miedo que la gente se quedara solo con eso. Si algo tiene este personaje, son las mil capas y para mí era muy importante que el público pudiera ver a través de esta “máscara” que ella se pone, lo que la mueve a hacer lo que hace, que es simplemente encajar y que la quieran.
Ahora que la mayoría de fans de la serie ya han visto la segunda temporada. ¿Cómo ha sido el recibimiento de Cayetana?
No ha dejado indiferente, eso desde luego. Ha habido gente que la ha amado y gente que la ha odiado, y eso ha sido muy duro. Decidí borrarme Twitter porque llegué a recibir amenazas de muerte... Aun así, Cayetana es un personaje que ha creado mucho debate y eso me gusta, porque hace reflexionar acerca de crearnos un “personaje” en la vida real para gustar, encajar y que nos quieran, que es básicamente la vida de Instagram. Creo que esto es algo que nos queda a todxs mucho más cerca de lo que pensamos y por eso nos incomoda, porque te ves reflejado en momentos de tu vida de los que quizás no estás tan orgulloso...
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Tú misma has dicho que al principio te costó empatizar con Cayetana. ¿Cuándo y cómo empezaste a sentir conexión con ella?
Me costó conectar con ella, entenderla sin juzgarla, así que opté por dejar de lado los prejuicios. Dediqué sesiones enteras de terapia a entender la cabeza de Cayetana, tomé clases de costura... pero realmente, conecté con ella en una comida que tuve con Ramón Salazar, uno de los directores. Charlando, salieron unas amistades que tuve con 14 años (y que no fueron del todo sanas), y me vi a mí con esa edad haciendo casi casi lo que fuera para encajar en el grupo al que quería pertenecer. Allí me cayó una ficha.
¿Cómo preparaste el personaje? ¿Seguiste algún proceso metódico?
Lo primero que hago siempre es leerme los guiones, al menos tres veces enteros. En este caso, con el mes de ensayos que hicimos todos juntos con Ramón, pudimos preparar mucho los personajes, con improvisaciones, dinámicas de personajes, ejercicios físicos... También trabajamos con una playlist que creamos entre todos con canciones que representaban a nuestros personajes en los capítulos. ¡Fue precioso y muy enriquecedor!
¿Qué rasgos compartes con Cayetana?
Más de los que pensé de primeras, la verdad. Ambas somos muy Tauro, un poco cabezonas, con mucha determinación y capaces de hacer (una más que la otra) lo que sea por conseguir lo que quiere.
Tu personaje se convierte en uno de los puntos clave de la segunda temporada de Élite (y de su final). ¿Cómo la veremos en la tercera?
Después de lo que ocurre al final de la segunda temporada y de todo el arco que tuvo el personaje durante la temporada, Cayetana va a estar en otro punto muy distinto. Ya se la ha descubierto, por lo que veremos a una Cayetana menos pendiente de ser algo que no es pero, al mismo tiempo, con un secreto que le va a pesar. Y eso va a provocar cambios en su vida, en su relación con Polo...
Sudadera de Just Cavalli, jeans de Dsquared2, botines de Pura López, pendientes de Rita & Co y anillo de Gabriela Mora
Ahora que ya habéis acabado de rodarla, ¿tienes alguna anécdota de rodaje que nos puedas contar?
Soy fatal recordando anécdotas (risas). Con lo que me quedo es con la familia que se ha creado entre todos, con los actores y el equipo. Hacia el final del rodaje, ya íbamos por ahí como si fuéramos hermanos: chillándonos y queriendo matarnos a veces, y amándonos mucho otras veces.
Muchos de tus compañeros coinciden en que Cayetana es uno de sus personajes favoritos... ¿Cuál es el tuyo? ¿Te hubiese gustado interpretarlo?
El personaje de Guzmán me gusta mucho. El nivel de conflicto que tiene es muy alto, tiene muchas capas y me parece súper interesante defenderlo como actor, pero nadie lo hubiera hecho como Miguel. Él es un actorazo, un currante como pocos. Aprendo mucho de él cada día.
¿Cómo se plantea tu carrera a corto plazo? ¿Qué otros proyectos tienes entre manos?
A parte del estreno de la nueva película de Woody Allen, me apetece mucho seguir formándome, hacer teatro, subirme a un escenario y poder descubrir e investigar cada noche, eso me encantaría. Pero sea donde sea, me apetece mucho ponerme en la piel de mujeres de verdad, complejas, con muchas capas, heroínas, anti-heroínas, fuertes, poderosas y, al mismo tiempo, débiles y asustadas. Mujeres que no lo tienen todo claro, pero sobreviven como pueden. Me gustaría combinar drama y comedia, como la vida misma.
Texto: Anna Alarcón @_annalarcon
Fotografía: Guille Sola @guille_sola
Analógico: Juankar Gibson @juankargibson
Estilismo: Ona Goeree @onagoeree
Peluquería y maquillaje: Noemí Nohales @noeminohales (X Artist Management) para Chanel y Shu Uemura
Agradecimientos al Hotel Barceló Torre de Madrid @barcelotorredemadrid