Elena Anaya, nuestra chica de portada de junio, acaba de estrenar película ("Todos están muertos"). Hablamos con ella sobre este proyecto y hacemos un recorrido por su carrera. Elena Anaya brilla bajo una luz propia y sin necesidad de artificios tanto dentro como fuera de la pantalla. Destaca su naturalidad, tanto en su físico como en las formas y en el fondo, una frescura ya latente en sus primeros trabajos hace ya más de 15 años: primero en la iniciática y pasional “África”, y después bajo los hilos de Fernando León de Aranoa en la disfuncional y teatrera “Familia”. Y ese no fue más que el principio. Ha sido, es y seguro que seguirá siendo una de las estrellas patrias más internacionales y a la vez más caseras. Por lo pronto se acaba de transformar en toda una diva (olvidada) del pop-rock: en “Todos están muertos”, la actriz se camufla en Lupe, una ex cantante que en los 80 triunfó con su grupo “Groenlandia” (gracias al hit “Corazón automático”) y que pasada la resaca, vive encerrada en su casa y bajo su propia sombra, en bata, zapatillas y horneando tartas de manzana. Una fábula sobre la perpetua nostalgia en el ayer y con fantasmas familiares, que además supone el debut en el largo de su ex pareja Beatriz Sanchís y por el que la actriz palentina ya se ha llevado la Biznaga de Plata a la Mejor Actriz de Reparto en el Festival de Málaga. Pero como bien apunta “Todos están muertos”: la vida continúa contigo o sin ti, y como el movimiento se demuestra andando, Elena ya está preparando dos proyectos de los que no puede adelantar mucho y que pronto le llevarán al hemisferio sur de América. Transmite calma sí, pero no para.  
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  Acabas de estrenar “Todos están muertos”: una película bastante atípica, entre el drama doméstico y fantástico, con elementos sobrenaturales y musicales, y en la que la nostalgia del pasado es casi tan protagonista como tu personaje Lupe, una ex estrella del pop-rock de los 80 que pasado el éxito sufre de agorafobia encerrada en casa en bata y zapatillas… Es una película de la que es difícil contar de qué va, pero es la historia de una princesa encerrada en su castillo, y no porque en el exterior haya un monstruo esperándola, sino porque fuera tiene el pasado y Lupe tiene algo muy importante pendiente por resolver. En “Todos están muertos” los supuestos juegan una importancia tremenda y aunque se habla de la muerte, sales con muchas ganas de seguir viviendo e incluso más vivo. La trama tiene una arquitectura brutal y te sientes muy alimentado mientras vas transitando por una serie de sucesos que le ocurrieron a la protagonista en el pasado. Lupe es una mujer que vive en su casa con su hijo y con su madre, con quien no se lleva del todo bien, y que recibe una visita que no se esperaba por nada del mundo. Y esa visita es lo que va a hacer que ella se ponga en acción. En definitiva, “Todos están muertos” es sobre el amor y nuestros fantasmas. Hablando de un tema tan difícil y “desagradecido” como es la muerte… ¿Consideras que sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad actual? Lo queramos o no, todos tenemos una relación con la muerte… ¿La temes? ¿Cómo te enfrentas a la idea de que un día dejaremos de existir? Ese es precisamente uno de los grandes valores de la película: la manera en la que se habla de la muerte. Es un tema muy duro y muy difícil, y en nuestra sociedad y cultura no nos educan a convivir con ella. Pero esta película habla de la muerte como un ejemplo para querer seguir viviendo, con un impulso de vida y de luz. Es un tema muy peliagudo y es un tema que como a todos a mí también me toca de cerca. Lupe se ha convertido en una mujer y madre encerrada en sí misma, dependiente y miedosa, cualquiera diría que en los 80 fue una aguerrida estrella del pop-rock. Parece que se han olvidado de ella… Y ella de sí misma. El olvido podría definirse como la muerte en la propia vida… ¿Cómo calibras tú el éxito y el olvido siendo actriz? Creo que eso es una de las cosas que trasciende en la medida que uno quiere. A mí me da muchísima satisfacción dedicarme a lo que más me gusta, lo hago con muchísimo respeto y con humildad, pero intento que no trascienda demasiado, que solo trasciendan los trabajos y que lleguen a la gente, ahí sí que pongo lo máximo de mí. Luego a la hora de estar en mi casa esperando proyectos, los meses de espera, ver qué pasa o qué no pasa, que un proyecto se retrase meses o años… eso es ya una cuestión de entrenarse un poco, de ser pragmático y aprender a relativizar. Sin embargo, haciendo un repaso a tu carrera da la sensación y podría certificar que no has parado, siempre has estado ahí, saltando de un papel a otro... He tenido mucha suerte, soy consciente del camino que estoy haciendo y del camino que me están permitiendo llevar a cabo los directores, los compañeros, los productores, el público… y que hacen que pueda seguir la trayectoria que estoy intentando llevar, eso es una suerte muy grande. Muchos compañeros, amigos y excelentes actores, no están trabajando… pero es que no hay trabajo, las cosas están mal, es terrible… y la industria de repente les deja de llamar. He podido trabajar con grandes directores y eso es algo que no olvido y que no paso por alto. Y para luchar contra ese miedo que tenemos a que se olviden de nosotros, existe una tendencia actual a querer trascender y llamar la atención a través de las redes sociales, y mucho más dentro del mundo artístico, claro. Al contrario que muchos de tus compañeros de oficio, he leído que tú no eres nada activa en el submundo 2.0. Las redes sociales me llaman la atención y me impresiona mucho su alcance, pero yo soy más de pensar en lo que voy a hacer con mis amigos y contárselo directamente a ellos, no colgarlo en ningún sitio. Me encanta el contacto directo, las personas. Pero si es cierto que para determinados trabajos te pueden dejar de llamar porque no tienes demasiados seguidores… Pero no, no tengo redes sociales. Donde sí das el cante es en la película, en la que has participado en los coros para las escenas musicales de Lupe, ex integrante  del grupo “Groenlandia” con su hit “Corazón automático”, que por cierto fácilmente podría convertirse en un éxito ahora o haber sido un clásico de los 80. Y se comenta que la historia del grupo en la ficción puede estar basada en el caso real de la banda de rock española de punk “Parálisis Permanente”. Hago los coros, no canto… El tema lo han compuesto Akrobat, que son unos músicos maravillosos. “Corazón automático” es un temazo, Beatriz Sanchís había trabajado con ellos previamente en sus cortometrajes anteriores y la música es brutal. Tienen muchísimo talento y una calidad musical impecable. La película transcurre en el 96, y el pasado al que se hace referencia son los años 80. Para la parte musical querían hacer algo que realmente fuese creíble, como todo en las películas… Es verdad que leyendo el guión vino la imagen de “Parálisis Permanente”, pero la historia viene de la cabeza de Beatriz, tiene muchas referencias pero la película nace de otro sitio, no tiene nada que ver.
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Las estrellas y leyendas del rock-pop siempre han tenido fama de vivir vidas salvajes, con lemas como “Live fast, die young”, el glamour y los excesos, el postureo, la lluvia de masas y los “días de vino y rosas”… ¿Crees que la vida de un actor también se percibe de esa misma manera? Nunca lo he visto así… Habría que meterse en ese halo del rock ‘n roll. Son conceptos que no he escuchado últimamente, son más de antes, o igual yo estoy un poco fuera de órbita. Quizás más en los 80 sí que había una pose más rockera, pero más de libertad, de hacer lo que queremos: vamos a darlo todo, vamos a hacer todo lo que nos apetezca porque somos libres de repente y podemos explotar… ¿Entonces crees que hemos perdido esa garra? A nivel reivindicativo puede ser. En los años 80 todo era actitud, había que enfrentarse a una época oscura y ponerse colorines para salir a la calle diciendo: “Este es mi color, yo no soy oscuro, y la vida también puede ser divertida, puede ser pop”. Pero la música sigue cumpliendo una función maravillosa en la vida de las personas, es sanadora, a mí desde luego me ayuda día a día. ¿Y a ti qué leyenda del pop-rock te hubiera gustado ser? ¿Te has inspirado en algún artista en concreto para subirte al escenario como Lupe? Siendo pequeña, en los 90, el primer grupo que más me impactó fue Mecano, sobre todo con sus primeros discos. Me parecían increíbles: sus letras y sus arreglos musicales, cómo sonaban… Me parecen de lo mejor de este país y fui muy fan. Como referente para la película me fijé mucho en Ana Curra (cantante y teclista de “Parálisis Permanente”). Mi personaje es una mujer que sale de un lugar muy oscuro para revivir y que tiene la fuerza de agarrarse y tirar para adelante. Y Ana Curra ha sido una inspiración grandísima, todo un ejemplo: me parece una mujer espectacular, una valiente y una luchadora, una genio. Siguiendo con el hilo musical: me llama mucho la atención tu participación en el videoclip del primer single del segundo álbum (“FutureSex/LoveSounds”, 2006) de Justin Timberlake: “Sexy Back”. ¿Cómo surgió interpretar a esa femme-fatale con intriga y artes para el espionaje que engatusa y juega al gato y al ratón con el ex integrante de “N’ Sync”? La propuesta me llegó gracias a mi agente, Katrina Bayona. El rodaje fue en Barcelona y me apetecía mucho participar sobre todo por el director del videoclip, Michael Haussman, y por el director de fotografía, Christopher Doyle, que es el mismo que el de “In the mood for love”. Detrás del video había un equipazo.  EL CINE DE ELENA Eclipsó con su desinhibido erotismo a la mismísima Lucía (“… y el sexo”) de Julio Medem, director con el que volvería a compartir cama para “Habitación en Roma”, y se metamorfoseó en la inquietante “La piel que habito” de Pedro Almodóvar, papel por el que se alzó con el Goya a la Mejor Actriz en el 2012 (ya había sido nominada en dos ocasiones por “Habitación en Roma” y “Lucía y el sexo”). Además, Elena Anaya ha sido dirigida por el desaparecido Ricardo Franco en “Lagrimas negras”, ha compartido “Rencor” con Lolita, ha hincado el diente como vampira en el blockbuster “Van Helsing” y hasta le ha dado calabazas a Adam Brody en “Entre mujeres”. Y por si todo eso fuera poco, ha compartido pesadillas con Calista Flockhart en “Frágiles” y también se ha tenido que comer ella solita todo su miedo y aguantar el misterio del thriller “Hierro”. Y no, no están todas las que son, pero son todas las que están… Participar en “La piel que habito” de Pedro Almodóvar tuvo que ser una experiencia muy intensa, tanto a nivel interpretativo como de promoción y de trascendencia profesional. Una aventura en la que pusiste toda tu piel y que culminaría con un Goya a la Mejor Actriz Principal por dar vida esa cobaya humana en manos de un vengativo verdugo/víctima Antonio Banderas. Estuvimos en Roma, París, Londres, Nueva York, LA, México… Aunque he tenido promociones más grandes, como con “Van Helsing”. Pero para mí la película fue sobre todo un subidón por el hecho de que alguien tan grande como Pedro me diera la oportunidad de hacer un personaje así. Viaje mucho más encerrada en esa casa y rodando con el equipo, que dando vueltas por el mundo con cualquier promoción internacional. Estar con el maestro es puro gozo, una satisfacción colectiva. “Van Helsing”: una de hombres-lobos, con Drácula y sus novias vampiras (entre las que te encuentras tú), con Hugh Jackman, y en la que incluso vuelas… ¿Es más fácil rodar una película con un altísimo presupuesto y pensada para ser un blockbuster?
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Aunque haya más presupuesto no es más fácil. Rodando a menos 16 grados el frío lo pasas tú y nadie más. Fueron 9 meses de rodaje, con sesiones de maquillaje de muchísimas horas, usando arneses, rodando con pantalla azul… Llegabas a casa y tenías 4 horas para descansar. Pero fue una película divertida, me lo pasé muy bien. En “Dos tipos duros” sacabas tu lado más cómico. Ahora mismo, la comedia inter-proviciana “Ocho apellidos vascos” está batiendo todos los records de taquilla y ya se ha proclamado la película española más taquillera de la historia de España, con más 7.5 millones de espectadores (cifra que ya habrá aumentado). Una comedia española número 1 de taquilla durante siete semanas consecutivas. ¿Qué te parece el fenómeno de esta comedia? Aún no he podido verla, pero tengo muchas ganas. Sobre todo me alegro muchísimo de su éxito. Me fascina que una película muy nuestra y que no tiene una grandísima producción lleve a todo el mundo al cine y bata records. Me parece necesario que la gente vaya al cine. A mí me da tanto placer y me llena tanto entrar en una sala, que se apague la luz y poder ver durante una hora y media una película… Sales de la sala siendo una persona más rica de espíritu. Para mí la sala de cine es un santuario. ¿Disfrutas con todos los géneros por igual? La comedia es lo más difícil de hacer, pero no elijo los géneros, elijo las historias… Es muy difícil hacer una carrera como para ponerte a discriminar por géneros. Lo que te va llegando, te va llegando. Mi sueño ahora mismo es “Todos están muertos”, a la que le he puesto mucha fuerza. ¿Tienes tus películas en casa? Algunas… no todas. LA ESENCIA DE ELENA El estilo que habita en Elena ha destacado en muchas ocasiones entre lo más aplaudido en las distintas alfombras rojas por las que se ha dejado ver. Apuesta por la sencillez, le gustan los colores claros, encandila con sus outfits y suele apostar por el diseño español para sus presentaciones: por ejemplo, para promocionar uno de sus últimos trabajos (“Pensé que iba a haber fiesta”), la actriz se presentó con un total look de Josep Font para Del Pozo, un estilo “casual chic” entre romántico y dulce. A punto de cumplir los 40 años, Elena Anaya es una de las actrices que más parece saber aprovechar el tiempo, y sigue luciendo, y promete seguir haciéndolo, tan serena como refrescante y sugerente.   ¿Te cuidas mucho? No hago nada en particular. Me encanta ir al mercado, cocinar sano y comer bien, pero como de todo. Me cuido intentando ser coherente con la vida y no haciendo ninguna barbaridad. Hago un poco de deporte, no me gustan los gimnasios pero me gusta mucho el yoga. Empecé a practicar el Yoga Iyengar para “La piel que habito” y sigo haciéndolo, aunque a veces también soy un poco perezosa. ¿Y tienes algún truco de belleza que puedas compartir? Crema hidratante… y lavarse la cara todas las noches. Juguemos a tus películas. “Frágiles” (Jaume Balagueró, 2005): ¿Alguna fragilidad y/o debilidad confesable? Tengo debilidad por compartir, pero el término debilidad puede abarcar unos extremos tan distintos... No lo sé. “Solo quiero caminar” (Agustín Díaz Yanes, 2008): ¿Qué te hace tirar de ti y seguir para adelante? La mejor maestra de vida, mi madre. “Hierro” (Gabe Ibáñez, 2009): ¿De dónde sacas tú la fuerza y energía? Me alimento de la vida, de mi familia, de mis hermanos y de mis amigos, son lo más valioso para mí, lo mejor que tengo.   LOS FAVORITOS DE:                 Una canción. He llegado a la entrevista escuchando “It’s No Reason” de The Church. Un hit memorable. El amante de fuego” de Mecano. Una película inolvidable. Mi actriz favorita es Meryl Streep, y una película que me marcó de pequeña es “Memorias de África”. Un rincón de Madrid. Me gusta el Teleférico, y poder ver desde arriba la Casa de Campo. Un rincón del mundo. Tengo muchas ganas de conocer San Francisco. Un imprescindible en tu armario. Camisetas, básicas y cómodas. Tu color seguro para vestir. Cambio mucho, todos los colores menos cualquier flúor demasiado llamativo.   Por Asier Iturrate Elena Anaya @Agencia Kuranda kurandaweb.com Fotografía Virgili Jubero Realización Patricia Ruiz del Portal Maquillaje y peluquería beatrizmatallana.com      

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