Aunque todavía no se crea que vaya a pasar, Belén Aguilera puede añadir a su lista de sueños cumplidos el de haber conseguido agotar más de 8.000 entradas en 48 horas al anunciar su salto al WiZink Center, anunciando posteriormente una ampliación de aforo. Un hito que suma a las cifras millonarias que la mayoría de sus temas alcanzan –y a las que bien podría acostumbrarse–.
Sin embargo, Belén prefiere mantener los pies en la tierra y guiarse por la vocación genuina que siente por la música, algo que, según nos ha chivado, plasmará en su próximo disco, el cual tiene previsto regalarnos en 2025.
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BELÉN AGUILERA: «El simple hecho de intentar priorizarme, hacer terapia y conocerme, me demuestra más amor del que nadie me ha manifestado nunca»
Belén, empecemos por el principio. Aprendiste a tocar el piano de manera autodidacta, lo que te motivó a subir covers en redes sociales. ¿Cuánto de cercana o distante te ves de esa época? ¿Queda algo de esa Belén que nos conquistó a través de una pantalla?
Aprendí a tocar el piano muchísimos años antes de pensar que podría llegar a hacer covers y mucho antes de que existiesen las redes sociales (risas). Recuerdo que lo que me motivó a tocarlo fue una conexión con el instrumento que nunca podré explicar. La sensación que me producía escuchar «Claro de luna» de Beethoven hizo que poco a poco empezara a usar el piano como acompañante para mi otro instrumento (la voz) y así fue cómo mi yo adolescente, sin más recursos que las redes en ese momento, decidió empezar a compartir versiones.
Es curioso porque, aunque no hace tanto de ello, han pasado tantas cosas desde entonces, que lo siento muy lejano. A día de hoy podría decirte que de esa Belén queda la intuición, la sensibilidad, las ganas de perseguir sus sueños, el deseo y el amor por la música.
Cuando hablamos contigo la primera vez nos decías que te seguía sorprendiendo que se te tenga en cuenta como mujer que hace pop en este país. ¿Por qué?
En primer lugar porque hay menos hueco supongo. Si me paro a pensar en la cantidad de personas que hacen música en este país, me parece muy fuerte que haya podido llegar a algo estadísticamente hablando.
Siento que, además, ahora, con la cultura de la inmediatez y el éxito repentino, surgen mil historias de gente que se hace rica de la noche a la mañana, que emprende negocios que les hacen multimillonarios, que consigue fama y números en un momento y creo que eso (aparte de ser mentira en muchas ocasiones o de partir de un lugar de privilegio), nos hace mucho daño y nos muestra una realidad que no es. Hay mucha gente esforzándose y luchando por sus sueños y muy poca gente que lo consigue, pues aunque siempre he soñado muy alto, también he tenido los pies en el suelo y he contemplado esa posibilidad en cada paso que daba. Es por eso que me sorprende (para bien, porque también creo que he hecho sacrificios y que he trabajado muy duro), tener un hueco en la industria musical pop de este país.
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Ya que eres una de las voces clave en el empoderamiento femenino y partiendo de la base de que todavía hay mucho por hacer en esta industria, ¿cuál es el la barrera que más te incomoda o piensas que es más difícil de derribar actualmente?
En primer lugar (y con perdón por la expresión) le estoy cogiendo algo de tirria a la palabra «empoderamiento» porque creo que se ha usado en un contexto en el que lo «necesitábamos» por decirlo de alguna manera. Es cierto que en su momento la intención no era mala, pero poner el foco en que la mujer tiene que «armarse de valor» ella misma para combatir un sistema que estructuralmente está mal de base, es volver a poner la responsabilidad en el individuo (en este caso la mujer) o la víctima. Creo que hace falta un cambio en la educación y en la base del sistema para poder hablar de empoderamiento real y no desde un punto tan abstracto.
Yo diría más bien que creo que he hablado o puesto sobre la mesa temas que quizás son más incómodos y que tratan sobre ese problema que siento que hay y que, como artista, canalizo a través de la música. Simplemente ese ha sido un poco mi papel, hablar de temas que me dolían y que están relacionados con una sociedad muy injusta que se arma de valor para hablar de ese supuesto empoderamiento pero luego niega la realidad. Creo que la barrera más difícil, siendo honestos, ahora mismo es asumir el problema. Un problema que está clarísimo pero que, al parecer, es muy incómodo de reconocer porque eso implica asumir culpa y responsabilidad y, muy tristemente, veo lejos ese momento.
Veo lejos la empatía con lo que está sucediendo ahora mismo en el mundo, por ejemplo, con tantos casos que están saliendo a la luz y parece que el foco sea todavía negar lo evidente… Siento que, sin ser tan ambiciosa como lo he sido otras veces en este tema, quizás por cansancio o por pura frustración, a veces una solo quiere no sentir que está completamente loca.
Asimismo, la exposición que tiene la mujer cuando es una figura pública, es aterradora. En tu caso, ¿cómo has aprendido a gestionarla y, lo más importante, a sanar?
Sigo sanando a día de hoy y creo que ese nivel de exposición no es algo que se «supere» o no. Puedes llegar a acostumbrarte en cierto modo, pero, no creo que haya ninguna mujer que esté expuesta que no esté condicionada en mayor o menor grado por estarlo. La manera en la que a día de hoy es algo tan normal cambiar el aspecto físico (sin entrar en juicios de valor) es un ejemplo de ello.
Yo, como te digo, sigo sanando y aprendiendo día a día a gestionar esa presión estética (y no estética) a la que estamos condenadas las mujeres, con estándares imposibles y crueles. Hago lo que puedo y cómo puedo y siento que el simple hecho de intentar priorizarme, hacer terapia, conocerme y enfrentarme a esta lucha diaria, me demuestra más amor del que nadie me ha demostrado nunca. Supongo que eso es el amor propio.
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Con «Antagonista», lograste, además de entrar en el Top 200 España, tu primer Disco de Oro en solitario. Aunque ya habías experimentado lo que era con «La Tirita», tema que compartes con Lola Índigo, ¿sientes que ese fue un punto de inflexión en tu carrera musical?
La verdad es que sí. Tanto en mi carrera como en mi vida personal, ese momento y la manera en que pasó fue muy significativo para mí. Para ponerte en contexto, yo saqué «Antagonista» siete meses antes de que la canción se viralizase, de manera independiente y sin más apoyo que el de la gente que me quiere y me escucha (que, por cierto, les quiero muchísimo y me gustaría darles las gracias). Desde que saqué esa canción hasta que se viralizó y, por casualidades de la vida, acabó siendo de las canciones más escuchadas en España en ese momento, pasé por un proceso de transformación personal y profesional muy duro (y muy necesario) y construí otros pilares en los que apoyarme.
Fue una etapa de mucha incertidumbre en la que incluso me planteé no volver a sacar música, para que entiendas el nivel de gravedad. Pero durante ese periodo simplemente seguí siguiendo mi intuición, dando más tumbos que de normal y, finalmente, me vi en un momento de calma donde parecía que todo se estaba recolocando poco a poco. Fue ahí cuando «Antagonista» empezó a despuntar, con mi proyecto de «METANOIA» bajo el brazo y «COPILOTO» recién salida. Ahí el universo me dio una lección y, desde ese momento, confío en el curso de las cosas. Las cosas son cuando tienen que ser (para bien y para mal).
A día de hoy, «Antagonista» acumula más de treinta millones de reproducciones en Spotify. Ya que perfectamente podrías acostumbrarte a que tus temas alcancen cifras millonarias, ¿los números son algo a lo que prestas mucha atención?
Más de la que me gustaría reconocer sí, pero única y exclusivamente porque pretendo vivir de ello (risas). Al final los números y el reconocimiento en ese sentido son lo que más te asegura una estabilidad financiera y como alguien que es totalmente independiente y que valora mucho serlo, me importa.
Tal y como digo esto, también voy a decir que jamás haría música por hacer números, de hecho todo lo contrario. Quiero a mi proyecto como si fuese mi hijo. Para mí es un tesoro que nada tiene que ver con los números o las ventas. Ojalá no tener que comercializarlo, pero es una necesidad.
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Ya que tú misma has mencionado «METANOIA». ¿Por qué crees que tu público conectó tan bien con esta nueva etapa tuya?
Pues la verdad es que lo que creo que cambió de Belén en ese momento es la jaula mental a la que yo misma me tenía sometida y la autoliberación de poder hablar de cosas de las que no habría hablado antes, de una manera que no había abordado nunca y sonando de una manera completamente distinta. Siento que fue una liberación personal y siento que, igual poner temas encima de la mesa que quizás son un poco incómodos pero que existen y etapas personales que no son tan brillantes o tan buenas como nos gustaría que lo fuesen, fue algo que me hizo conectar con el público. Hablar sin tapujos de cosas que realmente eran preocupantes y que a mucha gente que me escucha y me rodea –con también altísima sensibilidad– le han podido suceder en algún momento.
Creo que la honestidad conmigo misma y con los demás fue lo que fortaleció mi vínculo con la gente que me escucha.
Otros éxitos que corroboran la conexión de la que hablamos entre tus fans y tú son «Lolita» o «Thelma & Louise», en colaboración con Julieta. Ya que en tu discografía hay temas como «Que et Vagi Bé» o «T’estimo» y ahora que la escena catalana está más efervescente que nunca, ¿tienes pensado sacar más música en catalán?
Pues es algo que nunca pienso realmente, simplemente me sale solo. Los movimientos premeditados no los contemplo tanto en proceso creativo como en estrategia. La creatividad es algo que viene a modo de inspiración divina y que no puedo controlar o planear. Si me nace hacer más música en catalán la haré, por supuesto, pero no de manera forzada.
Precisamente, durante tu actuación en el Share Festival de Barcelona anunciaste la llegada de «Como en un Drama Italiano», el cual se hizo viral semanas antes de su lanzamiento. En general, ¿te asusta la vorágine que pueden llegar a generar las redes sociales, para bien o para mal?
Evidentemente siempre estoy completamente atacada antes de un lanzamiento y eso no creo que cambie nunca, porque al final es una exposición a muchos niveles (se trabaja con emociones), sobre todo en esta canción, por todo el significado emocional que suponía... Sin embargo, en general, me desenvuelvo bien en el caos y en la intensidad.
Es cierto que las redes y los comentarios llegan a doler mucho y hay que saber coger distancia de ello por tener la cabeza en un sitio más o menos amable. Pero cuando se trata de lanzamientos, anunciar cosas especiales como giras, etc, me encanta estar presente y me gusta la efervescencia que eso genera. Son momentos de mucha emoción y muchos nervios en el buen sentido.
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Volviendo a «Como en un Drama Italiano». En él comparas esas historias de amor tan intensas y dolorosas con el género cinematográfico, algo muy palpable también en la parte audiovisual del proyecto. Tanto en la portada como en el videoclip, dirigido por Santa Monica, hay referencias a la película «Malena», «Call Me By Your Name»… ¿Alguna más que se nos haya escapado?
¡Sí! La verdad es que quería hacer alusión a «Call me by your name» puesto que evidentemente es un drama que sucede en Italia y fue una película que me marcó mucho y me dejó huella. La referencia de Malena, que es un poco lo mismo pero se centra también en el papel de la mujer en la película y en la historia en general.
Aunque esas sean las referencias quizás más visibles, también tenemos la película de «Lolita», en la que la niña está en el césped leyendo el libro (en la escena de los aspersores) y en una composición de cuadro recreamos «El Rapto de las Sabinas», que es una escultura de Giambologna situada en Florencia, ciudad también cargada de significado para mí.
Siguiendo con las referencias, entre tus últimos lanzamientos está «Luna x Vértigo», donde versionas la emblemática canción de «Hijo de La Luna» de Mecano, junto a tu hit «Vértigo». ¿Cuándo y por qué decides hacer esta fusión?
La fusión nace de una necesidad de elevar «Vértigo» en el show en vivo. En la anterior gira (el «Metanoia tour») había modificado la producción de esta para que sonase más a mi nueva etapa sonora y poder seguir cantándola con cohesión y, al final, se convirtió en una parte fundamental del directo y de los momentos más especiales de todo el espectáculo.
Al cambiar la producción de la gira y adaptarla a festivales, algo que disfruto mucho haciendo, es pensar en cómo puedo cambiar las canciones para que sigan sorprendiendo a la hora de cantarlas en directo y que nada se haga monótono (así aunque una persona venga a verme varias veces, puede disfrutar de distintos shows, aunque las canciones permanezcan). Así, algo que tenía claro era que había que hacer crecer la canción de «Vértigo» como ya lo había hecho antes, porque quería que se mantuviese ese momento especial, y así es cómo se me ocurrió poder fusionarla con el cover de Mecano, ya que es una canción que de pequeña me marcó por las sensaciones agridulces que me provocaba, algo que también siento con «Vértigo».
También ambas encajaban en el tempo de 3/4 (ritmo de vals y no el típico 4/4 de las canciones pop) y me daban esa energía oscura de noche, embrujo y magia. Por eso creo que se fusionan a la perfección.
Ahora que has empezado a llevar tu música por el mundo, ¿cuál sería tu escenario soñado?
La verdad es que el simple hecho de llevar mi música a otras partes ya es el sueño en sí y es lo que más ilusión me hace, pero, puestos a soñar… Actuar en el Royal Albert Hall, por ejemplo, que es un sitio precioso y espectacular. Festivales como el Glastonbury o el Lollapalooza... Pero tengo que decir que el sueño que voy a cumplir en 2025 es hacer el WiZink Center el 12 de octubre. Me he emocionado tantas veces hablando de ello, que no me creo que vaya a pasar...
¿Algo más que quieras o, mejor dicho, puedas, contarnos? Si no me equivoco, estuviste en Miami hace unos meses… ¿Grabando cositas nuevas?
¡Sí! Llevo tiempo saliendo de España para trabajar en el proyecto de mi nuevo álbum. Llevo con ello un año y medio aproximadamente y verá la luz en 2025. Siento que vuelve a ser un cambio gigante respecto a todo lo que he hecho previamente y por eso vuelvo a estar con unos nervios... (risas). Exploro mi parte más vocal, abrazo mis referencias más líricas y vuelvo un poco a lo orgánico que tanto había aparcado en mi anterior etapa.
Para mí el disco es un cuento de hadas por el tema del que hablo (perseguir los sueños de la niñez o la vocación genuina, que es algo inexplicable) y las consecuencias que esto tiene siendo adulta. Espero que lo disfrutéis.
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Texto: Anna Alarcón @_annalarcon
Fotografía: Noah Pharrell @noah_pharrell
Estilismo: Fran Marto @franmarto
Maquillaje: Sara Rodríguez @lasasi.mk
Peluquería: Lauren Voicceci @laurenvoicceci para Extensionmania
Asistente de fotografía: María Bustos @mariabustosfoto
Asistente de estilismo: Natalia Muñoz @natmuro_
Agradecimientos a Espacio La Candelaria @espacio_lacandelaria