Álvaro experimentó lo que es tener una legión de seguidores a sus espaldas mucho antes de aceptar su primer proyecto como actor.

Sin embargo, desde entonces, ha dejado de ser un kamikaze y de tirarse a la piscina de cabeza, aprendiendo, entre otras cosas, a que el rechazo también puede ser positivo. Eso sí, cuando no hay juegos de adivinanzas de por medio…

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ÁLVARO MEL: «He aprendido que el rechazo también es positivo, pero tener que jugar a adivinar si hay rechazo o no y cuándo, no me gusta» 

Álvaro, acabas de terminar de rodar «Manual para señoritas», una comedia ambientada en el Madrid galdosiano de 1880. Ya que no es la primera vez que experimentas lo que significa retroceder en el tiempo, ¿cómo te has preparado en esta ocasión para ponerte en la piel de Santiago?

Es verdad que ha habido algún proyecto en el que he retrocedido en el tiempo, incluso en el que me encuentro ahora mismo, pero nunca tan lejos (risas). Me gusta mucho Santiago. Es un periodista/escritor un poco frustrado, pero creo que siempre con luz. No se encierra en el cinismo y es un poco idealista. Además, a nivel persona-personaje no me ha supuesto un reto gigante, pues creo que, al igual que hoy existe una clase de persona, podría existir igual en el siglo 19.

Quizás lo más complejo sean cosas enfocadas en el lenguaje o en las formas. También he de decir que en esta serie hay un tono muy particular y muy divertido en el que se permiten muchas licencias. Y me gusta. 

También he leído por allí que es la nueva apuesta de época de Netflix, como en su día lo fueron «Las chicas del cable», «Alta mar» o «Jaguar». En tu caso, ¿sueles prestar atención a las expectativas o a la posible repercusión que una ficción puede llegar a tener cuando aceptas un proyecto?

Nunca jamás. Creo que es un arma de doble filo el tener expectativas… Me gusta trabajar y me encanta aprender. Por ello considero y elijo cada papel para pasármelo bien e intentar llevarme siempre algo nuevo para el registro. Obviamente hace ilusión que luego el proyecto guste y que la gente lo vea, pero lo que más me mueve a hacer un proyecto son los personajes y el reto que estos supongan para mí. 

De hecho, «Un cuento perfecto», serie que interpretaste junto a Anna Castillo, se convirtió en el título en español más visto en el mundo en la plataforma en 2023. ¿Qué ha significado para ti formar parte de este exitazo? ¿Lo sientes como un antes y un después en tu vida?

Por ejemplo, aquí tampoco tuve expectativas. Es verdad que sabes que estás haciendo una comedia romántica, comercial y basada en un libro que ya tiene una gran cantidad de fans, pero eso no garantiza que vaya a encantar. Puede ser una mala adaptación, un mal casting, o simplemente no cuajar.

Estoy muy contento y muy agradecido de que haya tenido esta acogida y que haya gustado tanto. Personalmente, me gusta mucho que un proyecto escrito por una mujer, basado en la novela de otra mujer, dirigido por otra mujer y protagonizado por otra mujer, haya sido tan grande y tan visto. 

Jersey y pantalón de LOEWEzapatos Tasman Weather Hybrid de UGG

 

Ya que el nuevo perfume masculino de YSL Beauty es una clara declaración de masculinidad moderna, así como un homenaje a la individualidad y al hecho de ser fiel a uno mismo, ¿qué es para Álvaro ser uno mismo y cómo lo consigue en una industria como a la que pertenece?

Para mí el hecho de ser uno mismo significa escucharme y ser coherente, lo cual me permite cambiar de ideas con el fin de mejorar  –siempre que estén respaldadas por un cambio de opinión lógico y argumentado (eso es lo que yo concibo como masculinidad moderna y decostrucción)–.

Me gusta ser alguien humilde y educado y llevar siempre el respeto por delante, en la vida y, por consiguiente, en la industria. También me gusta pintar (risas). 

¿Cómo de cercano o distante te sientes del Álvaro Mel que se lanzó a la piscina de la interpretación con «La Otra Mirada»?

Por una parte sigo siendo ese chico que tiene las mismas ganas de trabajar o más cuando empieza un proyecto. Por el otro, alguien un pelín más maduro… Cuando acepté hacer el casting y acabé en «La Otra Mirada» lo hice un poco a lo kamikaze para ver qué podía pasar, ¡no tenía nada que perder! Sin embargo, poco a poco fui cogiendo respeto a la profesión. Considero que la he ido entendiendo (aunque aún me queda muchísimo), por lo que a día de hoy no me tiraría tan «de cabeza» a hacer las cosas. He aprendido a trabajarlas mucho más. 

¿Fue este el primer proyecto que te ofrecieron o hubo otras propuestas antes? 

En realidad nunca hice un casting directamente y como tal para este primer proyecto. Ha sido un poco como mi vida en general. Acabé ahí de rebote. Igual que estudié un año de Arquitectura. Igual que me vine a vivir a Madrid. Hice varios castings para dos series diferentes. El productor de «La Otra Mirada» en aquel momento lo vio y le encajé para un personaje. Bastante suerte (risas).

Dices que lo más desafiante, al final, no fue adoptar el acento sevillano que te exigía el papel, sino entrar en el mundo de la interpretación en sí. Si no te hubiera salido bien, ¿qué dirección hubieras tomado? ¿Has pensando en ello alguna vez?

Creo que hubiera optado por algo más técnico. La arquitectura me apasiona. Lo lineal, lo sobrio y lo elegante. Un mundo más técnico, quizás, pero con notas artísticas, siempre intentando dejar un poco de mi estilo en cada proyecto. 

 

Bomber y cárdigan de DIOR MEN y colgante de Jean Schumberger para TIFFANY & CO.

 

Siempre se dice que la etapa previa a un proyecto, es decir, la de los castings, es muy dura. En tu caso, ¿cómo la has llevado y la sigues llevando? ¿Le temes al rechazo? 

Me encanta esta pregunta. Me gustaría hacer un llamamiento a directores y directoras de casting o cualquier persona involucrada en el proceso y pedirles que, cuando hay un abanico de selección relativamente pequeño en el cual estás y no te cogen, que te llamen y te digan que no. Que no pasa nada, al revés, mucha gente lo agradecería muchísimo.

Estamos acostumbrados y acostumbradas a ser tratados como objetos, a ver si encajamos físicamente para un papel, por edad, por la forma de ser, de hablar… Ve al casting, entra en el papel, ríe, llora, haz esto, haz lo otro (cosas que, por supuesto, me encanta hacer, si no me dedicaría a otra cosa). No nos gusta por aquí, nos gusta así, genial, vete a casa, te diremos algo, vuelve otra vez, ahora con esta actriz, con este actor, genial, te diremos algo…

Por lo general, te dicen algo si es que sí, por esa parte fenomenal. Pero cuando me llama mi repre y me dice que le han llamado para decirles que no encajo, lo agradezco mucho, de verdad, porque ya puedo quitarme el asunto de la cabeza y pasar página. Ya puedo dejar de estar pendiente de si me van a decir algo o no y enterarme un tiempo después por una nota de prensa de un medio aleatorio de que arranca el rodaje. Porque claro, no hay un tiempo establecido. ¿Cuánto tiene que pasar para que yo dé por hecho que no me han cogido? ¿Una semana? ¿Un mes? ¿Dos? Porque a mí me han cogido en proyectos a la semana de hacer el casting, pero en otros ha sido dos meses después…

Perdón que me alargue con esta respuesta pero me gustaría que hubiese un poco más de empatía. He aprendido que el rechazo también es positivo, pero tener que jugar a adivinar si hay rechazo o no y cuándo, no me gusta tanto. 

Camiseta de DSQUARED2, pantalón de 93 SIERRA/CROSSES, collar de la colección Titan by Pharrell Williams de TIFFANY & CO., reloj Atlas de TIFFANY & CO. y mocasines Venture Dazed de UGG
 

 

¿Y qué me dices de todos los compromisos sociales que, en ocasiones, acarrea vuestra profesión? ¿Es importante dosificar las apariciones a eventos, alfombras rojas, etc, para no colapsar?

Yo sufro de ansiedad social y por eso intento dosificar al máximo los eventos que conlleven estar con mucha gente desconocida. Creo que hay eventos que son importantes y a los que no hay que dejar de ir, como por ejemplo, cuando se le reconoce un gran trabajo a alguna persona o marca, cuando se reivindica algo, algunas presentaciones, etc… Pero si es un evento en el que no tengo que hacer nada en particular, prefiero no ir. 

Imagino que tu experiencia previa como creador de contenido en redes te ha dado tablas para saber manejarte en este tipo de compromisos… A propósito, ¿sigues acarreando la etiqueta y los consecuentes prejuicios del mundo «influencer»?

La verdad es que cada vez menos. Creo que he ido validándome como actor con el tiempo y he superpuesto esta «etiqueta» a la de creador de contenido. He de decir que tampoco son cosas incompatibles, pero a nivel profesional, estoy mucho más centrado desde hace mucho tiempo en la interpretación, cogiendo y eligiendo muchas menos campañas en redes. 

Total look de FENDI

 

Sin embargo, a día de hoy hay muchos actores que empiezan teniendo repercusión en redes y, finalmente, dan el salto a la ficción. ¿Qué opinas de esto? ¿Significa que estamos en un momento en el que las redes dictan sentencia a la hora de elegir los nuevos rostros de la interpretación?

Creo que habrá muchas personas con muchos tipos de opiniones acerca de este tema. Personalmente, pienso que los factores determinantes a la hora de elegir un nuevo rostro deberían ser: actuar bien (en un casting si no se tiene experiencia previa), tener ganas de trabajar, dejarse dirigir bien y demostrar respeto y profesionalidad. Por supuesto que puedes elegir coger a alguien por el mero hecho de tener seguidores en redes, lo entiendo como estrategia de marketing para que vean el producto, pero pienso que esa persona debería de dar mínimamente la talla, ¿no? Es el dilema de continente-contenido. 

¿En qué más crees que puede ayudar tener una buena legión de seguidores detrás antes de empezar esta carrera de fondo?

Creo que son cosas que deberían ser completamente independientes. Es verdad que el hecho de que te sigan en redes sociales puede ser fruto de que guste tu interpretación o algún papel determinado, pero eso no debería ser un aval a la hora de conseguir un papel.

Por ejemplo, que yo tenga un millón de seguidores en Instagram no garantiza que un millón de personas vaya a ir al cine a ver una película. Factores como edad, de qué país son o si son económicamente independientes, pueden hacer que estos números no valgan nada.

Camiseta de AMERICAN VINTAGE, bomber y pantalón de DSQUARED2 y zuecos Goldencoast de UGG

 

Después de todas las puertas que se te van abriendo, ¿hay alguna en especial que te gustaría probar?

Siempre he dicho que me gustaría hacer una película o serie de acción. Mucha acción. Como actor me lo pasaría muy bien. Sin embargo, igual como espectador sí que me gustaría hacer algo más íntimo, desde la sensibilidad, pero creo que me falta un poco de madurez profesional todavía.

La última vez que hablamos me decías que te gustaría ir a trabajar fuera, por lo que la pregunta surge sola: ¿te gustaría rodar en una serie de habla inglesa?

Me gustaría porque supone un reto con el idioma que quiero asumir. «La Fortuna» la hicimos mitad en español y mitad en inglés y estuve muy a gusto, por lo que creo que podría con una serie entera en inglés. Aunque a día de hoy es verdad que entre trabajar aquí o fuera no sé si hay mucha diferencia al hacer un proyecto «comercial». En realidad lo grabas en tu idioma (que lo considero algo mucho más cómodo) y luego se ve igualmente en todo el mundo.

¿Hay algo más en lo que estés trabajando de lo que puedas hablarnos? ¿Qué te espera a nivel laboral en lo que queda de año?

No me puedo quejar. Estoy pendiente del estreno de «Manual para señoritas», muy ilusionado con el proyecto y con el trabajo del equipo y, aparte, acabo de empezar otro proyecto para una plataforma del que no puedo decir mucho. Es una serie muy diferente que acaba de comenzarse a grabar y me va a permitir explorar otras facetas. Muy pronto se podrán avanzar cosas…

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Texto: Anna Alarcón @_annalarcon

Fotografía: Antártica @antarticaestudio

Estilismo: Ona Goeree @onagoeree

Grooming: Miguel Álvarez @mikvarez para YSL Beauty, perfume MYSLF Le Parfum de YSL Beauty 

Asistente de estilismo: Alba Casla @albacasla

Agradecimientos a Espacio Nueva Carolina @espacionuevacarolina y STA Talent Agency @stalentagency

 

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