El bote, anguloso, esconde la fragancia de la temporada. Charlotte Gainsbourg y Nicolas Ghesquière fotografiados para la campaña por Steven Meisel.

Presentada en París la colección de invierno de Balenciaga con esos tonos pastel tan maravillosos, no se nos ocurre mejor idea que entregarnos al aroma de una de nuestras marcas fetiche. Echábamos de menos una fragancia firmada por Nicolas Ghesquière porque sabíamos firmemente que imprimiría en ella el mismo espíritu chic, clásico, arriesgado y misterioso del que dota a sus prendas. "Desde que llegué a Balenciaga, hace más de diez años, siempre quise crear un perfume", señala Nicolás. "Balenciaga Paris te transporta inmediatamente a los primeros días de abril, al aire perfumado de las flores de primavera, al aroma de las violetas que rememoran una pincelada de recuerdos. Pétalos secos que reencontramos entre las páginas de un libro de Colette". Esta primavera, nos apetece elegir esta novedosa fragancia, admiramos profundamente tanta sensibilidad. Y todo ello sin olvidar la imagen de la campaña, nuestra adorada Charlotte Gainsbourg. Si hubiéramos podido elegir nosotros mismos los componentes de esta receta, no lo habríamos hecho mejor.

Charlotte habla con Nicolás sobre la amistad y las ganas de volver a verse.
Charlotte.- ¿Recuerdas la primera vez que nos encontramos?
Nicolas.- Por supuesto, yo ya sabía quién eras. Recuerdo que antes de un desfile me comentaron que tú querías asistir. Era el verano de 2000 y  el show se celebró en Les Arts Décoratifs. Llegaste y yo estaba en el backstage pensando nada más que en ti. Y entonces apareciste. Había una multitud y tú estabas sola en un rincón. Te había gustado el desfile. Y dijimos que nos encantaría volvernos a ver. En mi interior siempre había pensado en ti. Incluso antes de conocerte, estaba diseñando para ti.

Charlotte.- ¿Qué piensas de nuestra amistad a lo largo de los años?
Nicolas.- Ocurrió de repente y de forma espontánea. Te has mantenido pura, a pesar del sistema que te rodea. Admiro la forma en que te proteges, en como mantienes una cierta inocencia. Esta ingenuidad siempre me sorprende y emociona. Me siento tranquilo cuando estoy contigo.

Charlotte.- ¿Cómo imaginaste la fragancia?
Nicolas.- Una fragancia es absoluta inmaterialidad, pero también flota en el aire y deja huella. Siempre me ha fascinado esa paradoja. Llevas un perfume y no necesitas llevar ropa, por lo que crear un perfume supone lo opuesto a mi oficio inicial. Yo construyo, materializo. Lo que más me interesa es que una misma fragancia pueda tener tantas facetas. Muchas mujeres la usan pero se expresa de forma única en cada una de ellas.

Charlotte.- ¡Hemos hablado tanto tiempo sobre ella!
Nicolas.- Sí, durante mucho tiempo. Soñándola muchos años. Eras mi consultora. Me quedé tan sorprendido cuando te pregunté qué fragancia utilizabas y tú me respondiste: ¡Ninguna! Tu única sugerencia era sorprendente.

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