Los niños no nacen con un librito de instrucciones y saber qué hacer, cuando hacerlo y cómo es algo que se va aprendiendo a medida que va creciendo el pequeñín. En este artículo te vamos a explicar cómo tener cura de uno de los órganos más delicados de los recién nacidos: su piel.
La piel de los bebés es mucho más fina y delicada que la nuestra. Los pañales mojados, las rozaduras de la ropita, el sol e incluso los restos de comida o leche materna en sus mofletes pueden irritar la piel. Es por esto que debemos prestar mucha atención a la higiene y cuidados que la piel de los más pequeñitos requiere, desde los baños, hasta las cremas que puedas aplicar para reducir la irritación. Pero hoy día existen infinidad de productos especializados para el cuidado de tu bebé, y decantarse por uno u otro puede llegar ser un quebradero de cabeza. ¿Nuestro consejo?
Escoge siempre productos hechos a partir de plantas naturales con propiedades hidratantes, antisépticas y cicatrizantes como la Caléndula o el Aloe Vera, y confía en marcas como Weleda, cuyos productos están compuestos de extractos vegetales de origen biológico con prácticas respetuosas con el medio ambiente. A menudo, los geles de ducha pueden traer algún químico que irrite la piel del pequeño, así que apuesta siempre por lo natural. El champú y gel de ducha de Caléndula es ideal para el baño del bebé, ya que no irritará sus ojos y mucosas, protegerá su piel de la sequedad y dejará su pelo suave y sedoso. Después del baño, dedica el tiempo que sea necesario a secar perfectamente su piel.
Utilizar toallas de calidad, hechas de algodón egipcio o de algodón de doble felpa, que no sean demasiado ásperas evitará que puedas raspar la piel del pequeñín. Antes de salir a la calle es más que recomendable aplicar un poco de crema en la cara y las manos del bebé, que son las zonas más expuestas. La crema facial de caléndula de Weleda, con aceite de almendra BIO y cera de abeja, crea una capa protectora natural que hidrata, cuida y ofrece una protección ideal frente a los agresores externos (sol, frío, viento) sin obstruir los poros. Puedes utilizar esta crema reparadora a diario tanto como para cara y manos, como para el resto del cuerpo del bebé después del baño. Notarás como su piel se mantiene suave, sedosa y nutrida.
Con estos dos simples trucos evitarás rozaduras, granitos o dermatitis en la delicada piel de tu bebé. Nosotros recomendamos siempre los productos con caléndula por sus increíbles propiedades antiinflamatorias, antisépticas, antiviral y anti bacteriana, además de promover la cicatrización y la hidratación.
Los múltiples beneficios de esta planta medicinal han provocado que muchos herboristas y doctores recomienden para otros usos la caléndula, como en quemaduras, irritaciones de garganta o dolor muscular, entre muchas otras. Ya verás como con estos pequeños consejos, cuidarás la piel de tu bebé de la mejor manera posible.
Redacción Vanidad
Imágenes: Archivo y Giphy