Seguro que alguna vez has soñado con dejarlo todo (aunque sea por tiempo limitado), hacer la maleta y lanzarte a la aventura. O tal vez te mueres de ganas por viajar a un destino, tienes los días y el presupuesto necesario, pero a nadie de tu entorno le apetece... Pues ya sabes lo que te vamos a recomendar, y te daremos 6 razones para hacerlo. 

6 razones para embarcarte, al menos una vez en la vida, en un viaje en solitario. ¿Nuestra advertencia? Viajar solo, engancha.

 

1. Un viaje 100% a tu medida

Cuando viajas con más personas, tienes que pensar también en sus intereses y buscar sinergias entre todos. Por no hablar de las discusiones que inevitablemente surgen por la cantidad de decisiones que hay que tomar: ¿qué visitamos hoy?, ¿cómo nos movemos?... 

Cuando viajas solo, tú marcas el ritmo. Tú decides qué hacer, cómo, cuándo y dónde, pues el viaje se adaptará a ti y no tú a él.

2. Te servirá para conocerte mejor

Viajar solo es aprender a convivir con uno mismo, apreciar tu propia compañía y tener tiempo para estar solo, reflexionar y hacer introspección

Al igual que un viaje en pareja o con amigos os une más, un viaje solo te hará más fuerte y te hará conectar más contigo mismo y con aquello que es realmente importante para ti.

3. Harás amigos en el camino

Obviamente no vas a estar todo el tiempo en modo introspección ON. Tanto si eres una persona introvertida, como extrovertida, viajar solo te expone (se te acerca más gente a hablar que cuando viajas en grupo o en pareja) y también te saca de tu zona de confort (a las pocas horas o días te encontrarás buscando conversación con desconocidos).

Déjate llevar. Es la oportunidad perfecta para conocer gente interesante de todas partes del mundo y mejorar tus idiomas. Y, quién sabe, quizá esas personas que has conocido acaben convirtiéndose en amigos para toda la vida... o en un romance idílico...

4. Aprenderás a tomar mejores decisiones

Al estar totalmente solo, tus decisiones son las que determinarán el transcurso del viaje. Esto hará que seas más consciente de tus elecciones y de tu capacidad de valerte por ti mismo en la ruta. Viajando solo, te pondrás a prueba al entrar en contacto con realidades y culturas muy diferentes a la tuya, y a miles de kilómetros de casa. 

Así, volverás más seguro de ti mismo, aprenderás a ser más independiente, a escucharte más y estarás continuamente ampliando tu zona de confort.

5. Aprenderás a gestionar mejor el dinero 

A todos nos ha pasado: durante los primeros días del viaje gastas dinero como si no hubiera un mañana y acabas el viaje teniendo que pedir prestado a tus compañeros. Como cuando viajas solo esta posibilidad no existe, aprenderás a organizarte mejor económicamente y a ser más responsable con lo que gastas. 

6. Será inolvidable

Viajar con amigos, pareja o familia puede ser muy divertido, pero al viajar solo te concentrarás mucho más en los diferentes lugares que visitas y en las experiencias que vives a cada tramo.

Tiempo después, te sentirás orgulloso de haberlo hecho y recordarás con anhelo todos los momentos únicos que viviste. Y repetirás, como todos. Porque viajar solo engancha. 

En resumen, quítate los miedos y prejuicios que puedas tener y lánzate a la aventura, a seguir explorando, aprendiendo y descubriendo mundo. ¡Seguro que a la vuelta tendrás mucho que contar! 

 

Redacción Vanidad

Imágenes: Unsplash