Hacer compatible un festival con el trabajo implica tener que gestionar con tiempo uno o un par de días libres. Si lo vas a cubrir la tarea es más fácil, pero si cuadran mal las fechas, pues tienes que cerrar los ojos al hecho de no poder ir desde el primer día. Eso ocurrió con esta última edición del BBK... El jueves era el plato fuerte con pesos pesados del pop y rock de ayer y de hoy: Years & Years, Chvrches, M83, New Order, Arcade Fire y Hot Chip. Una de esas jornadas de quitar el hipo, para las que tienes que ir preparado y descansado para llegar bien al final, pero que no pudimos ver.

Ya han llegado!!! @arcadefire en #bbklive16 🙌🏻❤️

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La llegada al festival fue en la segunda jornada, el viernes, y aterrizamos directamente en el concierto de Grimes. Empezó con el pop optimista y enérgico de su último álbum, “Art Angels”. Claire Elise Boucher iba acompañaba de un espectáculo de luz y tres bailarinas muy cañeras, y cuando el público estaba de lo más entregado, se produjo un corte de luz que dejó a todos esperando su vuelta al escenario durante más de 15 minutos. Ya retomado el concierto, nos regaló una inesperada versión del Ave Maria de Schubert. El público no paró de bailar pero fueron Scream y, por supuesto, Genesis y Oblivion los que lo hicieron vibrar a todos sin excepción. Pixies contentaron a los amantes del rock y, sobre todo, a los fans de su mítico “Surfer Rosa”. En el Kobetamendi no quedó nadie sin corear sus himnos Where is my mind? y Here comes my man (del Doolittle). Sin embargo, no llegaron a emocionar, al menos, a quienes les habíamos visto con anterioridad. Underworld vinieron a poner el broche electrónico y festivo a la noche –con permiso de los dj que siguieron a su concierto¬-. Como cabía esperar, cerraron su concierto con Born Slippy, ese tema que los convirtió en favoritos de cualquier rave en los años 90. El sábado la tarde comenzaba con voz femenina, la de Courney Barnett, la australiana heredera del rock de los 90. Por un momento, si cerrabas los ojos, viajabas en el tiempo. Acompañada de batería y bajo, ella a la guitarra y haciendo gala de una voz rasgada, regaló un concierto muy bien ejecutado y se metió a los asistentes en el bolsillo, que saltó y coreó con ganas Pedestrian at Best. En el escenario Heineken tocaba Father John Misty. Ver su directo en un escenario tan grande hacía dudar de que pudiera llegar al público: su álbum parece hecho para una sala donde se produzca un vis a vis entre el vocalista y los asistentes. Pero Tillman tiene experiencia y supo dar un espectáculo para deleite de los allí presentes: bajaba del escenario para cantar a los fans de la primera fila, se tiraba al suelo, saltaba por encima de la batería, incluso cogió el móvil de un seguidor que estaba grabando su actuación y se grabó a sí mismo hasta que acabó la canción. Su voz, una herramienta que usa a la perfección, sonó de maravilla en la versión adaptada al directo de Chateau Lobby #4, True Affection, con esa explosión electrónica final; o I love you, Honeybear. Asi vivimos el BBK Live_Portada Del Heineken de nuevo al escenario Bilbao para disfrutar del sonido lisérgico de Tame Impala. Ofrecieron un directo perfecto que empezó con Let It Happen, siguieron hilando temas de su último álbum, Currents, con otros de anteriores, como Elephant o Feels like we only go backwards, en la que su cantante Kevin Parker (que tocaba descalzo) pidió al público que cantara a coro con él. Todo en un entorno de visuales psicodélicos. En Jagwar MA continuó la explosión sonora en un directo que era un espectáculo luminoso. El rock electrónico de los australianos hizo bailar hasta al más apocado hasta reventar la pista con Uncertainty. Seguidamente, la convocatoria en Foals fue masiva en un concierto intenso y apoteósico. Lo iniciaron con Snake Oil, al tocar My Number el público se volcó y la zona frente al escenario Bilbao se convirtió en una pista de baile imparable hasta que tocaron What Went Down. Muchos lo dijeron al terminar: el mejor concierto del festival.
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Esta edición del BBK, con grandes cabezas de cartel y un ambiente envidiable, nos ha dejado muy buen sabor de boca. Queremos repetir. María Díaz del Río Imágenes: redes sociales BBK Live