Cuando abandonas las largas noches de copas en las que alternabas una discoteca con otra buscando el rollete de turno, suele ser porque:  O has decidido encarrilar tu vida hacia el buen camino (cosa que no suele pasar muy a menudo); o has decidido sentar la cabeza e ir a vivir en pareja. Mudaros juntos es uno de los últimos escalones hacia la madurez. Y aunque las noches de locura y desenfreno están muy bien, para qué vamos a mentir, una noche de sábado en casa, también. Y más si es en compañía de tu pareja. Sin tener que romperte los tobillos por los tacones, soportar el frío o esperar las largas colas para entrar a cualquier discoteca... vivir-en-pareja-1 Parece que cuando vives solo la presión social se cierne sobre ti y aunque prefieras que te pase cualquier catástrofe antes que salir, terminas sucumbiendo porque... ¿Qué vas a hacer solo en casa?

Compartir guilty pleasures

En pareja esto no ocurre, tienes a alguien con quien compartir esa fast food (o sushi en su versión más sana) que acabáis de pedir a domicilio y no sentirte mal por ello. Puedes estar cómodo en casa, como cuando vivías con tus padres, y ponerte ese pijama que te hace parecer un peluche gigante, o ese chándal que acumula las debidas pelotillas por el tiempo que lo tienes.

Orden

Te das cuenta de que no eres perfecto. Y que, al igual que tu pareja, tienes tus defectos. Pues él o ella no es el único que va perdiendo pelo cada vez que entra al baño o que deja los platos “en remojo” durante varios días. vivir-en-pareja-2 Si tu pareja es de esas maniáticas del orden y la limpieza estas de enhorabuena, en el mejor de los casos no le importará recoger y colocar la casa para que todo esté limpio, porque su grado de locura le impide ver un plato sucio en el fregadero. En el peor de los casos… te pondrá unas pautas de organización que para ti son inalcanzables y sólo dignas de tu madre.

Dormir juntos

Esto también tiene sus pros y sus contras. Si tu pareja es de esas que no se mueve, no ronca, no te da codazos o habla por las noches tienes suerte. Ahora bien, si tu cama parece más bien un ring de boxeo acompañado de unos buenos ronquidos, que alguien te ayude, tus noches para descansar plácidamente se acabaron. Pero al margen de esto, poder dormir abrazado a la persona que quieres es todo un lujo del que muchos no pueden gozar. vivir-en-pareja-3

Adaptación

Tendrás que adaptarte a las manías o virtudes del otro, y aunque lo niegues, tus hábitos también cambiaran y se parecerán más a los suyos. Compartiréis gustos, y si cualquier día os apetece ir al cine, o a pasear por el barrio de moda, es tan cómodo como salir juntos de casa, sin necesidad de esperas o de mensajes tipo “cuanto te queda?”, “me estoy vistiendo…” (en realidad continúas viendo Netflix) vivir-en-pareja-4 También compartiréis gastos, hacer la compra del mes, comprar esa cosa que a ti solo te hubiera salido por una pasta… Si salís a cenar fuera eso ya son palabras mayores, las invitaciones ahora corren a cuenta de los dos por igual, al final de mes habrá que hacer un balance y ver cuánto se ha gastado uno y otro. vivir-en-pareja-gif-1 Y sí, al vivir en pareja puede ser que extrañes algunas cosas de vivir solo. Como no tener que dar explicaciones de nada a nadie, tener más intimidad… Pero siendo sinceros, vivir en pareja tiene cosas maravillosas. Tener a esa persona que en un mal día te da un abrazo y lo mejora, que te cuide cuando estás enfermo, que te haga la comida o que baje al chino a comprarte chocolate cuando más lo necesitas...  Son las cosas que más significan y que las cosas más importantes carecerían de sentido si él o ella no estuviesen. vivir-en-pareja-gif-2 Y por favor, si el rollo de papel higiénico se acaba,  reponedlo... ¡Qué no cuesta nada!

 

 

Lidia Ligero - @Lidialu_