“Cualquiera puede tener un blog”. Mentira. La fórmula para entrar a formar parte del sector de los influencers parece sencilla, al menos sobre papel... Pero no lo es. Piensa tan solo un momento en lo complicado que resulta hacer una buena foto y salir bien a la vez; o en la noción de vivir enganchado a un enchufe, como polilla a una bombilla, sin descanso ni días libres. O en los haters, o en los 1000 perfiles en redes sociales que deben ser actualizados día sí día también, llueva, nieve o granice. Los denominados influencers nunca desconectan. Hiperventilan ante la idea de vivir sin teléfono –¿o no?- y rara vez se pierden por ahí sin dejar de inmortalizar cada escena. Ser blogger y vivir en el año 2017 implica tener, entre otras cosas, banda ancha y datos móviles ilimitados, o sino… No obstante, incluso el millennial de manual sabe apreciar el campo y la desconexión –relativa-. Eso sí: si éste emprende un viaje, buscará un alojamiento carismático y con personalidad, que quede bien en foto. Y que tenga wifi, importantísimo.

La marca de bolsos y accesorios Jo. & Mr. Joe, de El Corte Inglés, una de las favoritas de la generación Y, ha invitado a cinco prodigios de Instagram a escaparse al campo y conseguido probar que el plan agreste también es posible entre los más jóvenes. Con móviles de por medio sí. Karla González, Marta Pombo, María Fernández Rubíes, Sara Baceiredo y Miri Pérez-Cabrero. Cinco it girls, cinco paradores ideales para ellas.

Hotel Santa Cristina (Aragón)

Los Pirineos son un enclave inmejorable para desconectar. Entre sus kilómetros y kilómetros de verdes montañas está el Hotel Santa Cristina. Concretamente, a la vera del río Aragón, en el Camino de Santiago, comunicado con Francia a través del Parque Nacional y junto a las estaciones de esquí de Candanchú y Astún. Por si quieren calzarse sus Moonboots y disparar un par de looks après ski, o grabar algún DIY interesante –con tintes rurales-.

Torre de Villademoros (Asturias)

Desde la torre medieval, donde se asienta una solitaria suite de tres plantas, se avista el Cantábrico. Mucho más cerca, en un jardín plagado de robles, castaños y tilos, en un típica casona solariega del siglo XVIII se encuentra el hotel. Por dentro, el ambiente es contemporáneo y la cocina sencilla, tradicional, de la tierra. Conseguirán nuevos followers con toda certeza.

Hotel Nabia (Ávila, Castilla y León)

Las laderas, pobladas de robles y castaños, los extensos valles y las profundas gargantas del municipio de Candeleda, al sur de Ávila, constituyen una de las más bellas zonas de la Sierra de Gredos. Un enclave idílico para descansar y –activamente- no hacer nada.

Casa El Balatín (Málaga, Andalucía)

La Casa El Balatín, en Ojén, Málaga, se divide en varias cabañas con jardín y chimenea, dispersas por un valle de película. Dentro no hay televisor pero sí conexión a Internet –y libros, juegos de mesa…-. Los milénicos podrán oler la hierba mojada, recoger los frutos de los árboles, pasear por los senderos y bañarse en el río con la vista puesta en el online. A ratitos.

Hotel Iturregi (Guipúzcoa, País Vasco)

Entre viñedos de txakolí y el faro de Getaria se hallan las ocho habitaciones del lírico Hotel Iturregi. Su encanto y elegancia son difícilmente inolvidables, con un servicio que mima con especial cariño al huésped y, sobre todo, un paisaje de marco sin igual. Hashtag #sorrynotsosorry.

 

La campiña no necesita filtros y se adapta a las querencias del ahora. Influencers, ¡bienvenidos!

 

Alejandro Bernad – @alejandrobernad