¿Sabemos realmente lo que comemos? Si bien recientemente os hablábamos de lo importante que es aprender a leer las etiquetas de los alimentos, hoy os traemos los fraudes más comunes. Esos en los que caemos día sí y día también. fraude_alimentarios Uno de los grandes engaños se encuentra en el alimento más básico y cotidiano de nuestra alimentación, el pan. Más concretamente el pan de masa madre que es el que no lleva levadura comercial o el mínimo según la ley. Esto garantiza una fermentación lenta que es lo que le dará al pan de masa madre su característico sabor, digestibilidad y larga vida. fraudes_alimentarios El fraude está en que el uso de levadura comercial no tiene límite lo que permite que las industrias abusen de esta y creen panes con procesos intensivos y rápidos. Aún peor es que si un panadero no usa levadura comercial o no llega al mínimo establecido por ley para obtener una fermentación más lenta no puede denominar a sus productos como panes de masa madre. fraudes_alimentarios_pan

Fernando Bernaldo de Quirós y Beatriz Echeverría de Ecotahona del AmbrozEl horno de Babette respectivamente crearon una petición junto con otros panaderos para cambiar la Ley del Pan. Todos ellos pidan que se corrija el decreto que tipifica los panes de masa madre. También algunos como el de espelta puesto que esta ley permite elaborarlo con tan solo el 50% de esta harina. Algo que tiene más en cuenta a las grandes industrias que a los pequeños artesanos.

Es irónico que el pan que verdaderamente es de masa madre no se pueda llamar así y los que son mucho más industriales y procesados sí puedan calificarse como tal.

Aceite ¿de oliva?

Probablemente os resulte familiar los fraudes con este producto debido a su alto coste. El gran fraude aquí consiste en mezclar el aceite de oliva que posee una gran calidad con aceites mucho más baratos como son los de cacahuete o avellana. fraudes_alimentarios_aceite En realidad no es un problema para nuestra salud. El problema es la estafa a la que nos vemos sometidos, al igual que nuestro bolsillo. Recientemente la la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denunció el fraude en el etiquetado de nada menos que 20 marcas. Es decir, el 41% son en realidad aceite de oliva y no virgen extra. Algunas de las marcas que no nos dan gato por liebre son Carrefour, El Corte Inglés o Ybarra.

¿Comemos la carne que realmente compramos?

Otro de los grandes temores de los amantes de la buena carne es pagar por algo que realmente no se van a comer. Sucede con la carne de ternera y con la de buey. Un buey es un macho castrado mayor de 48 meses, lo que supone mantenerlo vivo y buen alimentado bastante tiempo. La cruda realidad según los expertos es que 9 de cada 10 veces que pidamos este tan preciado manjar para algunos, estaremos comiendo vaca o vaca vieja. Por muy buena que sea la carne, seguirá sin ser lo que hemos pedido y lo que vayamos a pagar. fraudes_alimentarios_buey En Vaca Nostra sostienen que independientemente de la calidad de la carne de vaca, se debe defender al buey y no engañar al consumidor. La mala noticia es que es prácticamente imposible diferenciar ambas carnes. La única forma y más fiable es pedir los documentos que acrediten que es carne de buey aunque en un restaurante quizás no veamos la ocasión más indicada para ello.

 

¿Ya habéis comenzado a reflexionar si sabemos lo que comemos en realidad?

 

 

Lucía Pandiella@luciapandiella Imágenes: archivo y cortesía de las firmas mencionadas