Ha llegado la hora de decir adiós a la comida basura. Aunque cada vez más gente se pasa al estilo de vida saludable, todavía son los muchos los que prefieren mantenerse al margen del universo healthy que nos rodea. Pero queridos lectores... No es por postureo, es por salud.
Quizá por eso, Bio c’ Bon, una de las cadenas de supermercados bio más conocidas, está llevando a cabo talleres en los que explica cómo leer las etiquetas de los productos para poder elegir aquellos más saludables.
Además, gracias a las redes sociales, cada vez tenemos más información de valor de expertos al alcance de nuestra mano. Por ejemplo, nuestras queridas amigas de Futur Life, las nutricionistas de moda, también nos regalan día a día a través de su cuenta de Instagram verdaderas lecciones sobre comer sano...
Conocer la cantidad de nutrientes; así como calorías, proteínas, grasas, azúcares o sal que contiene cada alimento es fundamental para elegir aquellos más adecuados para preservar o fortalecer nuestra salud.
El etiquetado nos da la información necesaria para identificar las diferencias nutricionales de cada producto. No se trata sólo de contar calorías, sino de saber la cantidad de grasas o azúcar, por ejemplo, que lleva un alimento. Pero igual que conocer el valor nutricional de los alimentos, es importante saber cada uno de los ingredientes que lo componen. Ten en cuenta que, cuanto menos ingredientes utilicen, mayor será el beneficio para tu salud ya que el producto será más natural y contará con menos aditivos.
¿Qué debe incluir la etiqueta de un producto alimentario?
Los factores más importantes a tener en cuenta cuando vayamos a comprar productos envasados son sus ingredientes, los alérgenos y sus valores nutricionales.
Los ingredientes siempre deben aparecer en cada etiqueta en orden según la cantidad que contenga el producto, de mayor a menor presencia. Esto es fundamental a la hora de escoger un producto por encima de otro en función del que sea más saludable.
Los valores nutricionales se presentan en una tabla que debe incluir el valor energético, cantidad de grasa (y dentro de la misma qué cantidad es saturada), hidratos de carbono (y cuáles son azúcares), proteínas y sal. Estos valores se indican siempre en relación a los 100 gramos de producto, aunque algunos pueden incluir, además, su valor en relación a una ración. No es lo mismo interpretar 100 gramos de mermelada, por ejemplo, que la cantidad que añadiremos en una tostada a nuestro desayuno.
Además de estos indicadores, cada etiqueta incluirá la cantidad neta del producto (expresada en gramos, kilos, mililitros, centilitros o litros), la fecha de duración o caducidad, su conservación y modo de empleo, denominación (es decir, el nombre del producto), el nombre de la empresa y la procedencia.
Toda la información debe estar en el mismo campo visual. También se deben destacar los alérgenos, que son ingredientes que pueden causar intolerancias o alergias. Estos deberán aparecer destacados con una tipografía diferente a la del resto de ingredientes (destacados en negrita, encuadrados o con un tamaño de letra más grande).
El semáforo, la nueva prueba del algodón
Rojo, naranja y verde. Estos son los colores del semáforo, y ahora también de la nueva propuesta de etiquetado nutricional.
El Ministerio aplicará como #EtiquetadoNutricionalFrontal el modelo #Nutriscore teniendo como referencia a otros países de la #UE, en base a la evidencia científica, y después de valoración y estudio de diversos modelos de etiquetado pic.twitter.com/gbc9WTwiZr
— Min. Sanidad (MSCBS) (@sanidadgob) 12 de noviembre de 2018
Aunque fue un avance muy importante, el actual etiquetado nutricional resultaba difícil de entender para muchos. Hace unos días, el Gobierno español decidió impulsar por decreto el semáforo Nutriscore, alabado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) e instaurado por países como el Reino Unido.
Este nuevo código de colores que va del verde (para los productos más saludables), al rojo (para los de menor calidad nutricional), representa un plus de advertencia a tener en cuenta a la hora de elegir un alimento y no otro en función de su contenido en azúcares, grasas saturadas, sal, calorías, fibra y proteínas.
¿Cómo elegir la mejor opción?
Teniendo en cuenta todos estos aspectos, contamos con la información necesaria para decidir si queremos elegir un producto por encima de otro. La cantidad de ingredientes que contengan, las grasas saturadas o la cantidad de azúcar, son factores a tener en cuenta para elegir de manera saludable. Es muy importante no dejarse llevar por la apariencia de un producto o por los mensajes que leamos en los lineales de las tiendas. Recuerda: la información fundamental nos la dará su etiqueta nutricional.
Los productos no envasados –aquellos que se ofrecen en restauración y se compran a granel o los productos frescos- deben presentarse acompañados de algún cartel o etiqueta que indique su denominación y cantidad de ingredientes. Si no disponemos de esa información, siempre podemos preguntarla en nuestro supermercado o tienda de confianza.
Aún así, hay algunos alimentos que están exentos de indicar su información nutricional. Los productos sin transformar o curados que incluyen un solo ingrediente, los alimentos no envasados, el agua, la sal, los edulcorantes, el café normal o descafeinado, el vinagre, la gelatina, la goma de mascar... Así como los alimentos que vayan en envases pequeños de menos de 25 cm cuadrados o las bebidas alcohólicas de menos de 1,2%.
Mirar la etiqueta de los productos alimentarios se convertirá en tu nueva afición después de leer este artículo. Palabra de Vanidad.
Anna Alarcón: @_annalarcon
Imágenes: Jose Luis Carrascosa para Bio c’ Bon