Era un extraño día de lluvia de junio en Madrid. Parecía el preludio de lo que íbamos a vivir...
Teníamos miedo de que el concierto se cancelara, pues los estrictos requisitos de seguridad de los promotores de «Las Noches del Botánico» que prohiben, entre otras cosas, los paraguas, profetizaban una decepcionante cancelación de uno de los conciertos más esperados de este maravilloso festival.
Concierto épico de ANOHNI AND THE JOHNSONS en las Noches del Botánico
La tormenta parecía parte del espectáculo, como si ANOHNI (anteriormente llamada Antony) lo hubiera diseñado con su íntima, la artista Serbia Marina Abramović. Pero la lluvia paró. Una hora antes del concierto, para que les diera tiempo de secar los instrumentos y dar los últimos toques a un concierto impecable.
El show comenzó con un performance de Johanna Constantine, diseñada por la Abramović y con video proyecciones al más puro estilo factory, ante un público fervoroso que llenaba las gradas y el foso del festival.
La primera ovación se la llevó su maravillosa formación musical, integrada esta vez por nueve miembros, entre ellos Julia Kent (violonchelo), Maxim Moston (violín), Doug Wieselman (multiinstrumentista) y Jimmy Hogarth (guitarrista/productor), pero un bramido nada comparable a cuando se atisbó la silueta blanca, enorme, llena de luz, con su melena rubia y su paso lento de ese prodigio nacido en UK, pero criado en el salvaje oeste neoyorkino.
El concierto, aunque parecía la presentación de su nuevo disco, tan aclamado por los críticos e imprescindible en las listas de los mejores discos del 2023, «My Back Was A Bridge For You To Cross» (Rough Trade, 2023), fue una sabia recopilación de sus mejores éxitos, como «It Must Change», «Can’t» y «Why Am I Alive Now?».
La voz de ANOHNI es profunda, brama, grita, llora, un canto muy político entre la ecología y los derechos transgénero, reivindicativo y poético a la vez, pero siempre emocionante. A veces parece una de las grandes damas del soul, entre Billie Holiday, Nina Simone o Sara Vaughn y otras el soul activista de Marvin Gaye, profundamente intimista y vulnerable. O hasta el canto desgarrado de Lou Reed, el cantante que la descubrió antes de convertirse en una de las personas transgénero más influyentes del mundo.
Imagen: Victor Moreno
Su banda está llena de matices y de tempos entre las grandes bandas de jazz y las orquestas sinfónicas, pero siempre acompañando a una artista valiente, cuya música tan lenta y a veces monótona, te cautiva y te engancha hasta el final.
Antony Hegarty es un personaje lleno de rabia. Siempre parece cabreado. En su día, reivindicativo sobre los estigmas del SIDA, algo que hoy hace por los derechos de la mujer, en contra de la violencia y de la política económica y social de EEUU, constantes también en su nuevo disco, en cuya portada posa la activista LGTBIQ+ Marsha P. Johnson (que también aparecía en una proyección en el concierto). Un testimonio de los tiempos que vivimos, en clave de jazz, digno de escuchar desde el principio hasta el fin, pero su directo lo supera con creces.
El concierto repasó muchos de sus grandes temas, de todos su álbumes hasta la fecha, como «The Crying Light» (2009), «Swanlights» (2010) incluso de su disco en directo «Cut The World» (2012) así como de «TURNING» (2014) y de «HOPELESSNESS» (2016), disco producido por Hudson Mohawke y Daniel Lopatin y nominado a uno de los 10 Top discos del año por New York Times.
Asimismo, se cerró con probablemente su tema más celebre «Hope There’s Someone» -uno de mis temas favoritos de la cantante-, también aclamadísimo por la crítica a nivel global (hasta obtuvo en Inglaterra el Mercury Prize al mejor disco del año por la crítica especializada).
Su música es cálida, profunda y atractiva, tierna y acogedora, a veces puede parecer deprimente o triste, a la vez que vital y comprometida, pero es bella, esperanzadora, rabiosa. Parece que la desilusión, el abatimiento, la tristeza y la alegría, pueden no solo coexistir, sino también producir composiciones como las que escuchamos anoche.
La gira, que dio comienzo el 13 de junio en la Acrópolis de Atenas, recorrerá ciudades europeas como París (26 y 27 de junio), Londres (1 y 2 de julio), Berlín (9 de julio) y mañana, 20 de junio, el Kursaal de Donostia, San Sebastián, pero también Mexico City (24 de septiembre), Los Angeles (27 de septiembre), Oakland, Vancouver, Seattle, Chicago y Toronto, cerrando en Brooklyn a finales de octubre de este año, incluyendo dos espectáculos con entradas agotadas en el Barbican de Londres los días 1 y 2 de julio.
Sin embargo, estamos seguros que ninguno tendrá la poesía y el entorno mágico de las Noches del Botánico, un festival cuya amabilidad, profesionalidad, por supuesto cartel y selección musical, cada año nos sorprende y gusta más. Fue un día de lluvia en Madrid, pero de gotas de gozo que recordaremos siempre...
Texto: Emilio Saliquet
Imágenes: Cortesía de Noches del Botánico