Imagen: ©Noah Pharrell Imagen: ©Noah Pharrell

CRUZ CAFUNÉ: «Desde que salió el álbum he hecho mucha música nueva»

Hablamos con Cruz Cafuné sobre algunos de los temas más controvertidos de la industria y, cómo no, de su último y exitoso álbum: «Me Muevo Con Dios».

Junto a la marca de coches híbridos enchufables Lynk & Co, hablamos con Cruz Cafuné de su pasado, su presente y, sobre todo, su futuro. Y es que, aunque a día de hoy el tinerfeño es considerado una de las personalidades más ambiciosas de la escena underground nacional, Cruz lleva años demostrando el talento que se escondía en el archipiélago, algo que ha vuelto a revelar con «Me Muevo Con Dios», un disco tan esperado que conseguía hacer sold out con su gira antes, incluso, de ver la luz. 

No te pierdas todo lo que nos ha contado, a continuación:

¿Cómo crees que en 2023 se pueden hacer las cosas mejor? En otras entrevistas hablas de la industria, de los big labels… ¿Cuál es tu posición frente a eso?

Al final las majors son empresas, entonces tienen que ganar dinero, pero, a mi modo de verlo, son leoninas. Ahora sé que se están ofreciendo otro tipo de acuerdos que son un poquito mejores, pero el contrato típico de una label siempre ha sido el 80% para ellos y el 20% para el artista. ¡Es mejor pedir un crédito al banco, que al final se va a quedar con el 3-4%!

A día de hoy, ¿qué música haces? ¿La que tú quieres, la que te nace o la que está pegada? 

Yo no soy el mejor ejemplo porque en mis álbumes puedo meter una balada a tres por cuatro de cuatro minutos y me da igual que no se escuche porque me gusta. O a lo mejor cierro el disco rapeando siete minutos sin estribillo y me da igual porque quiero hacerlo, pero esto no es incompatible con seguir los ritmos que están pegados.

Lo malo es irte a uno de los dos extremos. No puedes ser una persona que solo haga música porque quiere ser famoso, porque quiere dinero y solo piensa en números, ni tampoco puedes ser un bohemio que hagas cosas súper raras… O sea sí, puedes hacerlas, pero luego no te enfades si la gente no lo escucha. Yo creo que se puede llegar a un término medio porque esta industria va de music business, son las dos cosas.

Y hablando de business, junto a Don Patricio, reventaste todas las emisoras en 2019 con vuestro éxito Contando Lunares, la canción más escuchada en streaming en España ese año. Cuéntanos, ¿cómo surge la colaboración?

Choco fue a El Hierro a hacer música con Patri, empezaron ese tema y se quedó en un cajón un tiempo. Luego, él estaba haciendo su disco, me llamó, quitó su primer verso, yo me monté, hice la intro en italiano inventado… 

¿Y?

No sé, es que no se sabe (risas). Nadie en el mundo sabe cómo se cocina un hit porque, si alguien supiera, lo haría todo el rato.

¿Te cambió la vida ese hit? 

No.

Estuve hablando con Ptazeta hace poco y hablábamos del evidente predominio de los hombres en ese mundo. ¿Qué punto de vista tienes tú acerca de eso?

Por supuesto, en el rap sigue habiendo un porcentaje mayor de hombres que de mujeres. Sin embargo, aunque en Estados Unidos la situación siga igual, en la mayoría de países se está evolucionado algo.

Sí que es cierto que en el rap se habla mucho de sexo y a veces es muy fácil confundir cuándo una letra está cosificando, está siendo misógina o machista de manera abierta, o cuando simplemente está hablando de tener sexo. Cuando salió Tokischa, por ejemplo, la gente decía que era súper machista y yo no veo que diga nada malo. Ella está hablando de que le gusta salir de fiesta y le gusta tener sexo, pero como a ti o como a mí, así que a veces la línea es difusa.

Tras tus dos discos en solitario «Maracucho Bueno Muere Chiquito» y «Moonlight922» y tu EP «Visión Túnel», abres una nueva etapa con tu último álbum: «Me Muevo Con Dios», el cual se colocó en el top #2 mundial de Spotify, top #1 en Apple Music y se erigió como el 4º mejor debut de un álbum español de la historia de Spotify Spain después de su lanzamiento. ¿Cómo estás viviendo su buen recibimiento?

Siempre me siento bien cuando sale un disco, pero sí que cuando salen acostumbro a sentirme como drenado y no quiero hacer música ni pensar en ello durante un par de meses. Pero esta vez estoy súper inspirado, no sé por qué. De hecho, desde que salió el álbum he hecho un montón de temas y, ahora que me voy a mudar a Madrid, tengo ganas de asentarme y montar el set up ahí en mi casa para empezar a probar ya cosas nuevas.

Ahora que estamos aquí en este coche tan espacioso, ¿te ves llevando a tus futuros hijos? 

Hace un tiempo, con una ex-pareja con la que estuve muchos años, estuve a nada de hacerme la vasectomía. Te lo juro. Es que el tema es el siguiente, yo puedo hacer sacrificios personales y laborales para criar a un niño, pero no puedo educarlo porque no tengo horarios fijos de dormir, ni de comida, ni tengo disciplina, ni tengo voluntad de nada. Entonces, ¿qué le voy a enseñar yo al chiquillo?

¿Qué sería ahora para ti un hito? Es decir, ¿qué tienes Carlos o Cruz Cafuné en su cabeza como el siguiente punto, el next level?

Tengo un montón de seguidores en Estados Unidos y me hace mucha ilusión que me escuchen allí. Aunque no sé muy bien cuáles son los pasos a seguir, me gustaría avanzar hacia esa dirección. No sé, vivir unos meses por allí, ir saltando de país en país, hacer algo de promo…

Desde que saqué mi primer álbum no he tenido tiempo a gozarme ciertas cosas que me apetecen un montón, como esto.  

Hablemos de música mainstream… ¿De qué manera consideras que han cambiado los hábitos de consumo?

Ahora hay gente que es como: «¿A ti qué música te gusta? A mí me gusta el «lo-fi chill hip-hop». Vale, pero, ¿qué artista, ¿qué disco? «No, el low-fi chill hip-hop». Y ¿qué es eso? Puede ser todo. O, sea, para mí se ha vuelto otra vez a lo mismo, a lo de los años 80 y 90, cuando a la gente le preguntabas qué música te gusta y te respondía: «La de la radio, la de la lista de éxitos». 

Antes hablábamos de lo que te gustaría hacer en un futuro, pero, ¿qué es lo que te espera a corto plazo?

El 29 de septiembre empezamos la gira por la Península, que cerraremos en abril con el show de Tenerife delante de 12.000 personas y, si Dios quiere, iremos a América Latina en algún punto entre enero y febrero. Todavía no se ha anunciado pero estamos en ello. Y mientras tanto, hacer música. 

A propósito, ¿tienes algún ritual para desestresarte antes de salir a actuar?

Tengo un montón de manías rollo: me pongo siempre el tenis derecho, antes de los conciertos me ducho con agua helada... cafeína, obvio. También rezamos antes de salir... Pero, da igual, salgo igual de nervioso (risas). Luego en la segunda canción ya se me pasa, pero al principio es inevitable. 

Oye y el mundo de las drogas, ¿cómo lo ves? ¿Qué experiencia has tenido tú con ellas?

Yo, por ejemplo, tuve que dejar de fumar porque me daba mucha ansiedad hasta el punto en el que me daba despersonalización. También es que yo abusaba del cannabis. A lo mejor me fumaba tres porros antes de desayunar... Tenía una tolerancia que te cagas, pero en marzo del 2017 dije: «ya está».

También reconozco que no he tenido la mejor relación posible con el alcohol. Ahora llevo desde noviembre sin beber nada y estoy mejor que nunca porque, sin darme cuenta, lo usaba para tratar mi ansiedad o mi depresión y es un pozo sin salida... sobre todo cuando le coges el gusto a algo, en plan: «Estoy ansioso, me encuentro mal, siento que tengo una agonía por dentro que me come. Vale, pues me voy a comer un Clonazepam de 2mg». Si lo haces un día que estás muy chungo pues okay pero si ya lo coges como costumbre, pues no hermano.

Actualmente, ¿te trabajas mentalmente para estar en calmado y tratar tu ansiedad?

Pues hubo una época en la que meditaba. En occidente la meditación la asociamos a gente vestida con togas naranjas, rapados... Y, no, la idea del mindfulness es muy sencilla, pues no es más que ser consciente. Al principio trabajas el ser consciente de tu respiración. Luego, el ser consciente de tu cuerpo; las temperaturas en distintas partes de tu cuerpo, el roce de la ropa, el cómo estas tirado en la cama… Y eso simplemente es un entrenamiento para, eventualmente, si sigues haciéndolo durante muchos años y no lo dejas, ser consciente de tus emociones y sentimientos.

Muchas veces, no sé si te ha pasado, sabes que estás mal pero no si estás triste, enfadado o qué, porque ser consciente de qué te pasa es incómodo y a veces no es guay, pero es necesario. Es como cuando estás en la piscina calentito y tienes que salir al frío y secarte y no te apetece pero tienes que hacerlo (risas).

 

Redacción Vanidad

Fotografía y realización: Noah Pharrell @noah_pharrell

Agradecimientos: Lynk & Co @lynkco