Decía el escritor Baltasar Gracián en su popularizada frase que ‘lo bueno, si breve, dos veces bueno’. Estamos de acuerdo. Pero hay ocasiones en la vida, u obras como el cortometraje ‘La voz humana’ de Pedro Almodóvar, que sencillamente te dejan con ganas de más.
Cuando vayas al cine a deleitarte con este maravilloso corto –no entendemos otra forma de disfrutarlo–, fíjate, al terminar, en la expresión de otros espectadores (o imagínala a través de sus mascarillas). Verás que no eres el único que desearía pasar al menos dos horas más acompañando a la espectacular Tilda Swinton dirigida por Almodóvar.
También querrás recrear la elegancia y seguridad que transmite el personaje a través de sus sencillos pero deliciosos looks monocromáticos. Y quizá también algo de dramatismo, por aquello de echarle pasión a la vida...
Te contamos por qué:
El nuevo y esperado proyecto del director, que él mismo define como su ‘capricho’, son 30 minutos de pura poesía visual. Se trata de la primera obra de Almodóvar rodada en inglés y probablemente, su cine más libre hasta la fecha.
Protagonizado por la maravillosa Tilda Swinton, ‘La voz humana’ bien podría ser la antesala de ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’ (1988). Y es que, para este cortometraje, Almodóvar recupera una vez más el conocido monólogo de Jean Cocteau en 1930 para imprimirle su personal sello, al mismo tiempo que lo actualiza.
La historia narra la última llamada de una mujer a su ex-amante, que la ha dejado con sus maletas (que vendrá a recogerlas, pero nunca llega) y un perro inquieto que no entiende que su amo le haya abandonado. Como explican desde El Deseo, “‘La voz humana’ es una lección moral sobre el deseo, no importa que su protagonista esté al borde del abismo. El riesgo es parte esencial en la aventura de vivir y de amar.”
A través de una representación concisa y sincera, que refleja la tendencia del director en los últimos años hacia la sencillez y un estilo más depurado, la nueva musa escocesa de Almodóvar resulta brillante y magnética.
El escenario teatral, una nave industrial ubicada a las afueras de Madrid, juega al despiste con el espectador, entre la ficción y el realismo presentados y la imaginación que añade este. La decoración, siempre colorida y exquisita en las películas de Pedro Almodóvar, fascina y te atrapa.
De hecho, el director ha desvelado en más de una entrevista que hay varios muebles en la obra que han aparecido en otras películas suyas. Con la música sucede lo mismo: le propuso a Alberto Iglesias, que desarrollara composiciones de otras películas en las que han colaborado juntos (su relación profesional se remonta a 1977), adaptadas al tempo y al mood de ‘La voz humana’. Aquí sí solo los auténticos fans de Almodóvar sabrán disfrutar de la banda sonora a consciencia.
¡Y qué decir del impresionante vestuario! Ya te hemos advertido: saldrás del cine queriendo vestir solo monocolor (y de Balenciaga, quien se lo pueda permitir). Un homenaje en toda regla a la amistad que mantenían ‘El maestro’ de la alta costura y Jean Cocteau.
De hecho, Almodóvar ha confesado en varias ocasiones haberse inventado la escena 0 ad-hoc para que Tilda Swinton luciera el increíble vestido rojo con miriñaque y el negro (ambos de la colección primavera-verano 2020). La elección, a cargo de la diseñadora de vestuario Sonia Grande, sigue con otros dos looks monocromáticos firmados también por Demna Gvasalia: un conjunto rojo de punto (de la colección pret-à-porter de otoño-invierno 2019) y un traje turquesa (de la colección Resort 2020).
En un momento en el que el hogar se ha convertido en un lugar de reclusión, el cine representa la libertad. Así que vístete, sal y disfruta del corto y de esa sensación de querer más, porque valdrá la pena...
Carla Tomillo: @carlatomillo
Imágenes: cortesía de El Deseo.