Francisca Valenzuela, una artista rara y necesaria
Hablamos con la cantante chilena Francisca Valenzuela. Nombrada la mejor artista chilena del año recientemente nos adelanta algo sobre sus discos y nos deslumbra con su activismo.
Con su largo “El buen soldado”, Francisca Valenzuela (recientemente nombrada la artista más importante de Chile en los Premios 40 América) logró cautivar en 2012 a buena parte de la crítica española. Sin embargo, al otro lado del Atlántico, ya protagonizaba portadas de revistas que la situaban en el mismo escalón de otras estrellas del pop latino como Julieta Venegas o Natalia Lafourcade. Tres años más tarde vuelve con un nombre en la industria y un nuevo trabajo bajo el brazo, "Tajo abierto", un álbum de pop hipnótico en el que Francisca se aventura en paisajes sonoros eclécticos pero sin apartar la vista de sus raíces. Pero que nadie se llame a engaño. Francisca no es otra artista latina más. Además de la faceta que la ha dado a conocer al gran publico, también es autora de dos libros –con los que en su momento cautivó a la mismísima Isabel Allende, entre otros– y activista en la causa de los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales. Hablamos con ella.
En tu nuevo disco “Tajo Abierto” nos topamos de frente con una nueva faceta tuya, como si tu deseo fuera desvincularte de la inevitable comparación con Julieta Venegas. ¿A qué se debe este salto a la música electrónica?
Fue algo natural. Siempre compongo con guitarra o piano, pero esta vez aprendí algo de producción con software y programación con el fin de explorar otros campos. Es por eso que las canciones han ido tomando un camino natural hacia otro ángulo y un sonido distinto. Cada canción en sí exigió el sonido que tiene en el disco. No había una predisposición a que sonara de tal o tal forma. Cada una de ellas, de manera autónoma, demandó un tipo de arreglos. Es verdad que es un disco con un sonido más sintético y con capas y texturas diferentes a mis anteriores. Yo lo definiría como un álbum multifacético.
Sin embargo, en los cortes "Cuenquita del corazon" o “Insulto” de repente vuelves al encuentro de la canción tradicional, tanto en la música como en interpretación. ¿Morriña?
Desde el principio supe que estas canciones debían sonar más épicas e instrumentales. El resultado es muy parecido a las demos que grabé en su momento. Las construí en mi cabeza así y nacieron ya con esos colores.
¿De qué hablas exactamente en “Cuequita del corazón”?
Es una balada romántica. La escribí desde un lugar de entrega. Se generó así una especie de imaginaría gráfica y narrativa de dos corazones tocándose y que relacioné con la cueca, una palabra que en Chile usamos para referirnos a cuando una gallina persigue a otra. La canción habla de un amor romántico y fraternal. Pero lo puedes aplicar a lo que tú quieras.
También incluyes elementos del género dub a lo largo del disco. ¿Cómo te dio por ahí?
Fue una búsqueda. Hay canciones que hablan de espiritualidad y requerían en cierta forma de otro universo sonoro y sonidos más hipnóticos e intensos. Mis primeras demos estaban más desnudas, más tarde probando en el estudio metimos un montón reverb y delays e inconscientemente llegamos a esos sonidos.
https://youtu.be/M7tUlB7yJJE
¿Fue idea tuya trabajar con el productor Dave Sitek (Yeah Yeah Yeahs, TV on the Radio...)?
Sí. Él siempre ha estado en mi "wishlist" de productores. Le conocí en un festival en México años atrás y acabé consiguiendo su email por medio de una persona que le conocía y que me alquilaba su casa en Los Ángeles. Le escribí un correo con varias demos y me respondió diciéndome que le había encantado mi música. A los dos meses, ya estábamos metidos en el estudio. La experiencia fue superespecial y, además de este disco, ha trabajado conmigo en otro proyecto que saldrá más adelante.
Desde el título del disco se augura en su interior un viaje interior profundo, oscuro. Y no despista. Diría que hasta tiene un halo trágico por momentos. Huele a experiencias personales, ¿me equivoco?
Puede ser. Hay una introspección y una reflexión mucho más fuerte y pausada que en “El buen soldado”. Me di cuenta de ello cuando enseñaba el álbum y hablaba de él con otras personas. Cuando uno empieza a mirar las temáticas de cada una de las canciones rápidamente cae en la cuenta. Sin duda, este es más interno y emocional que los otros.
Hasta la fecha llevas publicados dos libros, "Abejorros/Madurar" y "Defenseless Waters". ¿Tienes pensado retomar la pluma próximamente?
En estos momentos estoy tan volcada en la música y en los diferentes frentes de desarrollo del disco que no he tenido tiempo para ponerme. Pero lo retomaré más tarde sin duda.
Siempre has estado vinculada a acciones solidarias, movimientos estudiantiles y reivindicaciones por la igualdad de géneros. Hay muchos artistas pop que no se atreverían jamás a posicionarse por miedo a perder seguidores o ser catalogados. No es tu caso. Sin embargo, da qué pensar que en Wikipedia hayan borrado todos estos datos de tu biografía desde tu último lanzamiento. ¿Márketing?
¿En serio? ¡No tenía ni idea! De hecho, el año pasado estuve colaborando con "Todo a mejora", una asociación que lucha contra el “bullying” homofóbico. Trabajé con ellos dando charlas en colegios, ayuntamientos… Me parece muy raro que alguien haya borrado esa parte de mi bio, ¡pero desde luego, te aseguro que yo no he sido! Además, por suerte, las decisiones de márketing las tomamos solo nosotros y nadie más (Risas).
https://youtu.be/m0dKy_Q4FXA
A pesar de haber pasado la mayor parte de tu infancia en California, siempre –o casi siempre– cantas en español. ¿Cómo es que no compones nunca en inglés?
En este disco hay una única canción en inglés, pero desde ahora en adelante tengo claro que lo voy a hacer más. Solo necesito encontrar un buen repertorio.
Como mujer y artista comprometida, dinos, ¿cómo es ser mujer en Chile en el siglo 21?
Todavía queda muchísimo trabajo de concienciación por hacer y hay muchos aspectos que tendrían que avanzar en temas de género, pero por suerte ya vemos algunos cambios. Creo que hay una generación mucho más abierta y equitativa en su percepción de la cultura del mundo y la sociedad, que hace que el tema de ser mujer sea menos "tema". El problema es que existen ciertos estereotipos que se siguen perpetuando por parte de la gente que administra las oportunidades –esos poderosos hombres blancos–, y que vienen tanto de la parte política como de la parte empresarial.
Tengo entendido que la ley del aborto chilena es la más restrictiva del mundo.
En mi país esta ley es extremadamente cerrada. Ahora de hecho se están haciendo campañas para que se apruebe el aborto terapéutico, pero nada. Como mujer a favor del aborto libre, me indigna muchísimo que aquí no puedas abortar ni siquiera si el parto supone un riesgo para tu salud o en el caso de haberte quedado embarazada por una violación. Es muy fuerte. Y, obviamente, quienes lo rechazan son siempre todos esos políticos burgueses de 65 años, que vete a saber qué harían si se tratara de sus hijas. Parece que el tema de la libertad sexual ya ha entrado en las conversaciones públicas y con más naturalidad. Espero que le toque el turne ahora al resto de problemas de género y tomen todos la misma relevancia, incluidos los derechos reproductivos.
Por Daniel Mesa
Fotografías Álvaro Delgado