Con un disco recién salido del horno y tras su paso por el Sónar y el Mulafest este verano, entrevistamos al grupo que más está dando que hablar, Pxxr Gvng. Tras este nombre está un colectivo de trap, y fenómeno de las redes sociales, formado por D. Gómez (de los madrileños Corredores de Bloque), Yung Beef y Khaled (de los granadinos Kefta Boyz) y el jovencísimo productor de Barcelona Steve Lean. Se unieron en la ciudad condal para crear un rap con bases repetitivas y oscuras, y de ahí, hacer un “spin-off” para contentar a sus fans femeninas con ritmos de reggaeton y letras ultra sugerentes, La Mafia del Amor. Acudieron a nuestra cita con una hora de retraso (10 a.m.) y con el sueño pegado –o sin haber pegado ojo–, y mantuvimos una charla amena donde sus cuatro voces se solapaban. Aquí, Pxxr Gvng sin censuras. Vanidad es una revista de tendencias que gusta mucho a las chicas. Vosotros femeninos no sois… Young Beef: Porque tú lo digas… Bueno tú (a D.Gómez) por ejemplo, te pintas las uñas. Todo lo que me pueda hacer me lo hago, mientras no sea pasarse (risas). A mí que me cuiden y me acicalen. Es un sueño lo de dejarnos las uñas largas y pintárnoslas pero aún friego cacharros.  Entonces, ¿os mola la moda? Young Beef: Sí, nos flipa.  De hecho, habéis colaborado con Roberto Piqueras y María Escoté… Young Beef: Tienen mucho que ver la música y la moda porque son arte entre comillas. Al final se lía todo y se mezcla. Al que está haciendo moda le interesa mucho la música. Va todo unido. ¿En qué os fijáis? D. Gómez: En lo que se lleva, en las tendencias.  Young Beef: Miramos a África, a las tendencias de allí.  Khaled: Sobre todo, miramos las tendencias de la calle.  ¿Qué tal el Mulafest y el Sónar? ¿Fue una buena experiencia? Claro, joder, de puta madre. En el concierto del Mulafest Young Beef decía que el público de Madrid molaba más. D. Gómez: Él lo comparó con el Sónar porque era un público mucho más guiri y mucha menos gente que nos vino era de la ciudad, de nuestro público. Por eso, se entregarían más. De vuestro show, me llamaron la atención los gráficos que se proyectaban en el fondo del escenario. También sorprenden los vídeoclips, decís que no gastáis mucho en ellos, pero están muy bien. K.: Para nosotros todavía es uno de los puntos en que flojeamos.  Young Beef: El chaval que hace los vídeos es amateur entre comillas. Viene con nosotros, lo hacemos entre todos, ¿sabes?  Khaled: Cada uno aporta algo. Mira, a mí me mola esto. Y lo editamos entre nosotros. D. Gómez: Yo no sé manejar la máquina, pero sí lo que quiero. Si quiero que entre suave o del tirón… Todo eso lo hacemos juntos. Khaled: El concepto, por supuesto, es de todos, pero depende. Young Beef: Como tenemos muchos vídeos, va cambiando. A mí sí me gusta el cine pero también es todo intuitivo. ¿Cómo fue que llegasteis todos a Barcelona, siendo dos de vosotros de Granada y otro de Madrid? D. Gómez: Nos habíamos conocido en un concierto en Barcelona, ellos vivían en Londres y yo, en Madrid. Después, cada uno tiro para donde estaba en ese momento. Pero empezamos a hablar: “en Barcelona están bien las cosas, hay mucho guiri, hay movimiento”. Y ellos se fueron primero, le echaron pollas y cuando vi que se podía sobrevivir, fui yo. De eso hace dos años. ¿Y en qué momentos conocisteis a Steve (Lean)? D. Gómez: Sin conocerlos a ellos yo ya le conocía de las redes. Ya en Barcelona empezasteis a ser más famosos por las fiestas de la “Trap House” en la sala Razzmatazz, ¿cómo surgieron?  Y. B.: Queríamos hacer fiestas porque eso alimenta la música.  D. Gómez: Nosotros salíamos mucho por Barcelona y las fiestas que encontrábamos no eran del todo lo que nos gustaba... Khaled: Lo que hacíamos eran Pxxr Gvng parties: no es un concierto, sino una fiesta. Aquí vienen los colegas y también cantan. A ver si lo estandarizáis y lo traéis a Madrid. D. Gómez: Nos lo han ofrecido. En la Razzmatazz, fue un poco rollo porque con la seguridad lo llevamos un poco mal… Young Beef: Es racista, vamos.  D. Gómez: No podemos dar fiestas en un sitio donde no dejan entrar a la gente. Y no por edad, sino por prejuicios de esa persona que estaba en la puerta. Young Beef: Es más, hasta que no le decíamos quiénes éramos no nos dejaban entrar. Solo por cómo íbamos. No pueden vender que es una fiesta de la calle y que solo puedan entrar bloggeros. Yendo a vuestra música, ¿a la hora de componer cómo lo hacéis? Young Beef: Este nos da los ritmos (se refiere a Steve). Steve: Sí, y luego se escribe sobre eso. De vuestra letras se dice que tienen un punto machista, ¿lo sois? Sí. (risas) Young Beef: Las cosas se demuestran. A ti te puedo decir no soy machista pero hay que demostrarlo. D. G.: Quien pregunta eso ya tiene prejuicios sobre esas cosas. Tú me juzgas por una letra y ahora te pregunto, ¿en qué letra tú has sacado de mí que soy machista? Por todo el repertorio de pussies, putas y términos similares. En muchas, parece que se objetualiza a las mujeres. Y. B.: Objetualizamos a las personas, sacamos dinero de ellas.  D. G.: Yo tengo una forma de hablar pero la tiene más gente. A mí me llaman golfo o perro follando y no me ofendo. Si llamo a una tía perra, por lo general no se ofenden. ¿Por qué en una letra sí? ¿Qué movida tienes? ¿Qué prejuicios? En el día a día tengo que respetar, pero lo otro es sexo, estoy reflejando un momento. Khaled: La mitad de las veces que decimos “puta” ni siquiera nos referimos a chicas, sino a tíos. Además, puede ser hasta bueno.  Young Beef: Nosotros nos decimos “moro”, “negro”, no sé qué, y no nos tachan de racistas. Es algo muy tonto al final.  D.G.: Lo que me jode de estas cosas es que verdaderamente, la mayoría de la gente que lo dice tiene esos prejuicios. Yo nunca uso esa palabra (machista) porque no tengo necesidad. Y. B.: Esas ideas te las meten en el colegio, te enseñan esas paranoias. Tú eres hombre, tú, mujer. Esos problemas vienen de ahí.  D.G.: Muchos de los hombres que se ofenden por nuestras letras, seguro que no tratan como nosotros a las niñas que les rodean.  Y. B.: Luego, las palabras tienen la importancia que tú les des. *SIGUE LEYENDO LA ENTREVISTA EN NUESTRO NÚMERO DE OCTUBRE, YA EN QUIOSCOS. Por María Díaz del Río. Fotografía Juanma Moncloa.