Stay Gold. No hay nada más top que una chica de oro
Las Chicas de Oro fue un pequeño destello revolucionario de ancianas independientes que tenían vida propia y sexo casual. ¿Por qué no se renueva esta fórmula en la actualidad?
El test de Bechdel es una prueba que se utiliza para evaluar la brecha de género en películas y series de televisión. Para que dicha historia lo supere, tienen que aparecer al menos dos personajes femeninos, dichos personajes tienen que tener nombre propio, hablarse la una a la otra en algún momento y que la conversación no gire en torno a un hombre. Os sorprenderíais con la gran cantidad de películas que no superan este test.
"Las chicas de oro" lo superaban con creces mucho antes de que se creara, incluso revisando la serie treinta años más tarde, sigue siendo increíblemente feminista.
En un sistema patriarcal en el que se suele utilizar la rivalidad entre mujeres como argumento recurrente a la hora de crear ficciones, Las chicas de oro suponen un soplo de aire fresco y una celebración de la sororidad: Cuatro mujeres independientes y autónomas que se apoyan y ayudan las unas a las otras y viven en comunión con su amistad.
Esta ficción consiguió lo que ninguna otra posterior ha logrado: Integrar el binomio mujer y edad. A partir de cierta edad, las mujeres sólo aparecen en la televisión como complemento familiar para representar el rol prototípico de abuelita o vecina entrañable.
Para la mujer moderna, que ha sido adiestrada para preservar su juventud bajo un candado de ocho llaves, en competencia contra otras mujeres, y destinada al olvido después de los sesenta años...Una serie que abraza la vejez sin complejos y con dignidad, sirve como recordatorio de que podemos tener algo más, algo mejor. ¡Qué demonios! Las chicas de oro hace que perdamos el miedo a envejecer y que el abanico vital de posibilidades que se abre al alcanzar la madurez sea estimulante y divertido.
Si bien cada protagonista tiene un rasgo diferenciador sobre las demás, no llegan a ser arquetipos como las protagonistas de otras series femeninas. Cuando vemos una serie como Sexo en Nueva York es muy fácil decir: "Yo soy una Carrie", "Tú eres una Miranda"... En las chicas de oro encontramos partes de nosotras en cada una de ellas.
Si unimos el hecho de que son pesos pesados en el mundo de la actuación, han sabido crear personajes tridimensionales que se salen del papel y se quedan para siempre con nosotros.
Todas están llena de matices que las hacen únicas, pero si algo tienen en común, es la amistad que sienten las unas por las otras. Una amistad bonita y sincera, que está muy lejos del rollo Bitch de ami-enemigas que se traen las chicas de muchas series actuales. Y como en toda buena amistad que se precie, no faltan las dosis de bromas sucias.
Las chicas doradas son a menudo devastadoramente honestas entre ellas, y se permiten sacar su peor versión de sí mismas cuando están en casa comiendo tarta de queso. Como ellas dicen, esa peor versión de ti misma que reservas para la gente que de verdad quieres.
Además de conocerse las unas a las otras, estas mujeres se dedicaron a ahondar y decodificar prácticamente todos los temas que nos siguen interesando hoy en día.
Éstos son sólo algunos de los temas que se han tratado en la serie: La inmigración, el acoso sexual, el embarazo adolescente, el VIH, la eutanasia, el matrimonio homosexual, la maternidad y la falta de vivienda.
Siempre desde un punto de vista reflexivo y sin sacarina.
¡Y también tenemos el tema de la moda! Si vamos a hablar de lecciones de estilo, creo que deberíamos vestir como las chicas de oro todo el rato. Una cosa es vestirse para las vacaciones, y otra vestirse para las vacaciones permanentes también conocidas como jubilación.
Colores despampanantes, ropa deportiva chillona, maxi accesorios, trajes de chaqueta monocromáticos, blusas de gasa swingy, batas y pijamas de satén y oro. Mucho oro.
Tras la serie de Las Chicas de Oro parecía que se abría paso a las mujeres de avanzada edad en televisión, que se había superado la barrera de la feminidad políticamente correcta impuesta por el sistema patriarcal, pero la realidad es que seguimos igual que antes.
Con el panorama 2.0 y los cambios de la sociedad durante las últimas décadas, sería muy interesante tener unas chicas de oro versión 2015.
Towanda Rules @Towanda_Rules