Decía el gran Bill Cunningham que “ la moda es la armadura para sobrellevar la realidad de la vida cotidiana”. Quizás no sólo para sobrellevarla, también para cambiarla, para reivindicar nuestros principios, gritar de forma menos escandalosa y más elegante aquello en lo que creemos a ultranza. On the street in London. ¿Por qué no utilizar la moda como herramienta de reivindicación? Cuando aún carga con el eterno San Benito que la califica de frívola y banal, sin permitirle defender su verdadera esencia, es el momento perfecto para demostrar al mundo que la moda no son trapos sin sentido. La moda tiene mucho que decir, lo ha tenido siempre y luchará eternamente por levantar la voz. On the streets in Milan. Tras años en la sombra, al fin las calles se llenan de ejemplos que nos enseñan cómo usar nuestra ropa para gritarle al mundo aquello en lo que creemos, nuestros sueños, nuestras pasiones o simplemente aquello que nos gusta por que sí. Y todo nos apetece llevarlo estampado a todo color en nuestras camisetas. On the streets in Milan. Hay vida más allá del manido “ I love…” y las frases estándar que hemos visto impresas en miles de prendas hasta la saciedad. Nuestros abrigos, cazadoras, camisas, vestidos, pantalones se convierten en lienzos en blanco puestos a nuestro servicio para que plasmemos en ellos con total libertad nuestras ideas más ocultas.
On the street in New York. New York.
Como si de verdaderas pancartas y carteles reivindicativos se tratara, nuestra ropa se llena de mensajes, frases, o palabras cargadas de significado. Las calles son nuestra pasarela y la ropa nuestro diario. El nuevo print reinante es más profundo que el recurrente floral print o el eterno animal print, nuestra ropa se dibuja recogiendo ni más ni menos que las grandes frases de la humanidad.
On the streets in Milan. Milán.
No necesitamos manifestaciones multitudinarias. Nosotros mismos nos manifestaremos a diario por todo lo que creemos.   - Mercedes Gala -