Minime Paris es nuestro nuevo gran descubrimiento porque, sin poder evitarlo, trae a nuestra mente aquellas tardes enteras de juego en las que la imaginación volaba como no lo ha vuelto a hacer y nos vestíamos, o mejor dicho nos disfrazábamos, a base de telas, manteles, sábanas, zapatos de tacón, sombreros, joyas y cualquier objeto y prenda susceptible de convertirse en todo un atuendo de gala... ¿Quién no las recuerda? ¿Por qué cuando nos hacemos mayores perdemos esa capacidad de diversión? ¿Por qué hacernos mayores tiene que significar dejar de jugar y dejarnos invadir por la seriedad y la vergüenza? La moda debería ser siempre pura diversión,juego , cachondeo y descaro sin estar limitados por las tendencias que marcan lo que supuestamente “se lleva” (ni mucho menos por el qué dirán). Minime París nos brinda la oportunidad de recuperar aquellas tardes de estilismos desenfrenados y llenos de fantasía (que a decir verdad no estaban tan mal…). Un mundo a caballo entre la dulce infancia y el surrealismo, ropa y accesorios tan adorables como alocados y geniales, una firma que bien podría estar creada por una auténtica Alicia en el País de las Maravillas en versión Pin Up. Sombreros de colores capaces de transformar el look más sencillo y formal que jamás hayas visto, diademas de alta costura, gafas que convierten cualquier día en un festival de carnaval. Se acabó pasar desapercibidas con accesorios clásicos tan correctos como insípidos. Que se prepare el mundo porque este verano el clásico sombrero de paja se aleja como nunca de sus raíces originales para convertirse en el accesorio más sofisticado y glamuroso que hayamos imaginado. Declaramos la guerra definitiva al aburrimiento y las prendas grises , para gritar a los cuatro viento nuestro amor definitivo por todas y cada una de las geniales y locas creaciones de Minime Paris.     Mercedes Gala