Una oda a la caza y la vida de la corte en clave isabelina, así es la nueva colección que Palomo Spain presenta, con gran éxito, en el Teatro Real de Madrid.
Del Hotel Wellington al Teatro Real. El camino de Palomo Spain cada vez se adivina más brillante.
No hay que olvidar que, entre estos dos lugares, ha pasado por la Place des Vosges en París, donde la marca española abrió la Semana de la Moda para hombres francesa y ya presentó la colección que cerraba la Mercedes Benz Fashion Week Madrid con las propuestas para el próximo otoño.
Como una estrella del rock, Palomo ha vuelto a reunir a una cantidad nada desdeñable de seguidores de la marca, que pudieron disfrutar de The Hunting, su nueva colección.
Para el O/I 2018, la propuesta de Alejandro Gómez Palomo dista en un primer vistazo de lo que habíamos visto hasta ahora por el cordobés. The Hunting está cargada de prendas como calzones o capas, todo inspirado en el arte de la caza. La nueva propuesta de Gómez Palomo es de otro siglo. Del XVII, siendo precisos.
Aunque con ese toque transgresor y subversivo que hace enloquecer a la industria de la moda. La masculinidad entendida como en un cuadro de Velázquez se reinventa con la aguja del veinteañero: corsetería, tafetán y tejidos aterciopelados conforman esta reformulación cinegética. Una reformulación en cuya base se encuentra la sensibilidad de una masculinidad gestada en el siglo XXI.
Además, el creativo y su equipo no son ajenos a las tendencias: la colección juega con el volumen, creando siluetas oversize que conjugan la fantasía propia de la marca con lo que se ha podido ver en las principales pasarelas para hombre de las capitales de la moda.
La firma sombrerera Tollentino, sevillana, completó los conjuntos con tocados adornados por plumas de faisán, de pato, de marabú. Una montería contemporánea.
El cierre de la presentación corrió a cargo, de nuevo, del modelo Pol Roig. Con un conjunto blanco inmaculado coronado con sombrero napoleónico.
Al igual que en lo demás, la presentación misma de The Hunting fue más comedida que la anterior. Si Hotel Palomo fue una fiesta liberadora, esta presentación en los salones del siglo XIX de la ópera madrileña - que abren gracias a Palomo Spain sus puertas a la moda por primera vez- se convirtió en un evento más moderado. Que no falto de la herencia show noventera del diseñador.
Si allí, en París, podían encontrarse entre las filas del desfile personalidades como la fotógrafa Ellen von Unwerth, la drag queen Violet Chachki y representantes de revistas de todo el globo, los invitados al desfile del teatro de la ópera madrileño están también a la altura.
Como en la edición anterior, la mezcla fue, cuanto menos, curiosa. De Almodóvar - devoto de la imaginería Palomo - a Pelayo Díaz, pasando por Cristina Cifuentes, Paco León...
O los integrantes de su troupe: Kito Muñoz, David del Valle, Aaliyah Rosales…
De nuevo, Palomo demuestra que su sello es inconfundible. Y que aquello que ha hecho de él una suerte de celebridad es indisociable de su talento, no solo como diseñador, sino también como creativo.
Aun adentrándose en lugares que en principio no se identificarían con lo que le ha hecho famoso, es ahí, en esa capacidad de tejer un nuevo mundo dentro de su universo personal, con retales de temas que se podrían considerar poco compatibles con su marca, donde se encuentra su magia. En relacionar, en absorber y en reescribir.
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Para el O/I 2018, la propuesta de Alejandro Gómez Palomo dista en un primer vistazo de lo que habíamos visto hasta ahora por el cordobés. The Hunting está cargada de prendas como calzones o capas, todo inspirado en el arte de la caza. La nueva propuesta de Gómez Palomo es de otro siglo. Del XVII, siendo precisos.
Aunque con ese toque transgresor y subversivo que hace enloquecer a la industria de la moda. La masculinidad entendida como en un cuadro de Velázquez se reinventa con la aguja del veinteañero: corsetería, tafetán y tejidos aterciopelados conforman esta reformulación cinegética. Una reformulación en cuya base se encuentra la sensibilidad de una masculinidad gestada en el siglo XXI.
Además, el creativo y su equipo no son ajenos a las tendencias: la colección juega con el volumen, creando siluetas oversize que conjugan la fantasía propia de la marca con lo que se ha podido ver en las principales pasarelas para hombre de las capitales de la moda.
La firma sombrerera Tollentino, sevillana, completó los conjuntos con tocados adornados por plumas de faisán, de pato, de marabú. Una montería contemporánea.
El cierre de la presentación corrió a cargo, de nuevo, del modelo Pol Roig. Con un conjunto blanco inmaculado coronado con sombrero napoleónico.
Al igual que en lo demás, la presentación misma de The Hunting fue más comedida que la anterior. Si Hotel Palomo fue una fiesta liberadora, esta presentación en los salones del siglo XIX de la ópera madrileña - que abren gracias a Palomo Spain sus puertas a la moda por primera vez- se convirtió en un evento más moderado. Que no falto de la herencia show noventera del diseñador.
Si allí, en París, podían encontrarse entre las filas del desfile personalidades como la fotógrafa Ellen von Unwerth, la drag queen Violet Chachki y representantes de revistas de todo el globo, los invitados al desfile del teatro de la ópera madrileño están también a la altura.
Como en la edición anterior, la mezcla fue, cuanto menos, curiosa. De Almodóvar - devoto de la imaginería Palomo - a Pelayo Díaz, pasando por Cristina Cifuentes, Paco León...
O los integrantes de su troupe: Kito Muñoz, David del Valle, Aaliyah Rosales…
De nuevo, Palomo demuestra que su sello es inconfundible. Y que aquello que ha hecho de él una suerte de celebridad es indisociable de su talento, no solo como diseñador, sino también como creativo.
Aun adentrándose en lugares que en principio no se identificarían con lo que le ha hecho famoso, es ahí, en esa capacidad de tejer un nuevo mundo dentro de su universo personal, con retales de temas que se podrían considerar poco compatibles con su marca, donde se encuentra su magia. En relacionar, en absorber y en reescribir.
