80 años han pasado desde que Lacoste empezara su andadura. 80 años en los que el cocodrilo ha estado más omnipresente que el propio polo y, por tanto, 80 años que celebrar como dios manda. En este caso con el lanzamiento de una edición cápsula exclusiva, una pequeña colección de ropa que parece contar con sus prendas la historia de Lacoste y que a la vez las acerca al presente. La primera mitad de la colección muestra las prendas más clásicas, aquellas que nacieron con la marca en los años 30. Eso sí, con pequeños acabados y detalles que beben de las tendencias más actuales. Porque fue exactamente en 1933 cuando nació el primer polo de Lacoste, y el honor corre a cargo del tenista René Lacoste. Él era “el cocodrilo”, un mote que nació de una broma ente colegas en la Copa Davis debido a la fiereza del jugador. Tan popular se hizo su apodo que acabó incorporando el animalito bordado en la solapa de su chaqueta. Así comenzó la historia de uno de los logotipos más reconocibles mundialmente. Pero en esta colección el cocodrilo ha tenido que empequeñecer un poco su ego para dejarle espacio al número 80, porque le acompaña en todas las prendas. Algo especialmente notorio en la segunda mitad de la colección, esa que cuenta con la cifra diseñada por Peter Saville y cuyo espíritu es más fresco, juvenil y, como por casualidad, ochentero. Así que el número 80 es protagonista en las camisetas y en unos polos que se alargan hasta convertirse en vestidos y que aparecen en materiales tan llamativos como el cuero. El precio de las prendas de la colección será ligeramente superior a los de las colecciones habituales de Lacoste. Y la ropa está destinada al público joven y, en realidad, a todo aquel que se atreva, porque la edad ya no importa más. Que se lo digan a Lacoste, que cumple 80 y se muestra tan fresca como siempre y con ganas de dar más guerra que nunca. Andrés G. Menéndez