Este año huye del outfit con efecto “burbuja Freixenet” de paillettes doradas, jerseys con motivos de renos, guirnaldas y demás clichés típicos de las fechas. En su lugar, sustitúyelos por los materiales clave de la sostificación más extrema. La navidad este año está plagada de terciopelo, ante, piel, neopreno junto con algún brocado y metalizado,  para obtener el look con mayúsculas. No podía faltar el siempre fantástico y socorrido LBD, revisitado en -una opción súper favorecedora- neopreno estampado, símbolo emblema de la firma californiana Clover Canyon, y en clave mini con una ligera apertura frontal y botonadura dorada de Balmain. El siempre recurrente tuxedo aparece también en dos versiones: metalizada y firmada por Saint Laurent y de terciopelo en degradé por Roberto Cavalli. Como toque de color un versátil chaleco en delirante azul en pelo de Mongolia de Karl Donoghue listo para acompañar tu look de día y continuar hasta la noche. Una vez más, la clave son los accesorios. El  zapato salón de ante fucsia con candado al tobillo firmado por Tom Ford, al igual que el clutch de piel con cierre pulsera. Charlotte Olympia aporta el toque kitsch con unos salones y su característica plataforma adaptados, muy coherentemente, en terciopelo rojo con cascabeles que llevarán música allá a donde vayas. Para completar el look y tras el efecto causado por las tiaras en metal en el desfile ss 13 de Balenciaga, la firma israelí Mecori propone una en forma de espiga que está siendo un hit en Instagram. Mercedes Vázquez