7 vanidades: Tendencias que no deben volver
Riñoneras, collares que simulan tatuajes o peinados de rizo minúsculo son algunos de las tendencias erróneas que la moda ha cometido y que, como es su tradición, planea repetir. Los repasamos.
Riñoneras, collares que simulan tatuajes o peinados de rizo minúsculo son algunos de los errores que la moda ha cometido y que, como es su tradición, planea repetir. Los repasamos.
Que la moda es cíclica es algo que todos sabemos. Que a veces nos da una alegría que vuelvan a llevarse prendas que tenemos muertas de risa en el armario, también. Pero si de algo no hay duda es de las pesadillas, escalofríos, sudores y sofocos que nos provoca la vuelta de esas tendencias inexplicables del pasado que no regresar tienen más sentido. Para recopilar todo lo que ha hecho daño a nuestra vista (también a nuestro bolsillo si además de ser feo hemos pagado por ello) debería cambiar de nombre a mi sección y rebautizarla como "100 vanidades". Pero como eso me acarrearía problemas de contenido en próximas entregas, voy a seleccionar siete tendencias que no deberían volver y que ya están intentando hacerlo. Luchemos contra ellas.
1. ¿Qué serían los 90 sin los cuellos de las adolescentes decorados con collares simuladores de tatuajes de aires tribales? Nada. Ahora vemos las fotos de la época y una mezcla entre pena y risa se apodera de nosotros. Pero más triste es ver a las modelos de Carven luciendo las dichosas gargantillas-tatuaje en su colección primavera-verano 2014. Para más inri, tiendas como Topshop o Asos ya las comercializan. Ante esto (y tras descartar hacerme con todas las unidades para evitar desastres a gran escala) no nos queda otra opción que confiar en el sentido común de la humanidad y en la capacidad que tenemos de aprender de nuestros errores. La selección natural que diría el amigo Darwin.
zapatos feos que nos invade esta temporada, no podemos dejar de recordar las sandalias ‘planaforma’. En un momento en el que parece que las firmas se han cansado de los tacones (nuestros pies ya lo habían hecho antes), los diseñadores apuestan por dejarnos a ras de suelo o subirnos a las alturas ayudados por zapatos de aires feistas y ortopédicos. Esperemos que al menos sean tan cómodos como los pintan.
4. ¡Vuelve el estampado bandana! Todos tenemos en mente ese pañuelo multiusos que lo mismo nos servía de cinturón, que nos los poníamos a modo de diadema o nos sacaba del apuro en carnaval año tras año (que si me lo pongo al cuello y voy de cow boy, que si ahora en la cabeza y me creo un pirata…). El caso, es que DKNY ha ideado toda clase de prendas con este estampado. De nuevo las firmas de moda pronta se han apurado en replicar la idea y las trendsetters no dudan en adoptarla como su favorita. Se masca la tragedia al estilo Hitchcock, no esperéis un final feliz.
5. Claro que, antes de llevar el pelo como si hubiésemos metido los dedos en un enchufe o nos hubiésemos peleado cuerpo a cuerpo con un par de leones, es mejor tirar de pañoleta en la cabeza, tenga estampado bandana o floripondios del tamaño de la Catedral de Burgos. Sí, el pelo frito vuelve (o lo intenta). Esas trencitas minúsculas creadas con la plancha a más de 200° que dejan nuestro cabello con más volumen que el de un pelocho, lucha por regresar. Reem Acra, Viktor & Rolf o Chanel le facilitan el camino y se marcan un revival a medio camino entre Beyoncé y Christina Aguilera, que esperamos (sé que me apoyáis) que a ningún discípulo inconsciente de la moda le dé por seguir.
6. ¡Cuánto daño hacen las prendas de patrón incomprensible! Si es difícil comprender la funcionalidad de los chalecos de plumas tampoco es sencillo entender la necesidad de los pantalones piratas. A medio camino entre el ahorro de tejido de los ‘micro shorts’ y del desperdicio de tela de los pitillos para gigantas, los piratas se cuelan entre las tendencias de la temporada. Se llevan anchos y fluidos (son conocidos como ‘culottes’) y solo sientan bien a un puñado de elegidas. Cuidado con intentarlo en casa.
7. No sé si se puede considerar que las chanclas con calcetín alguna vez han sido tendencia como tal. Si bien ciertas combinaciones inesperadas de calcetines y zapatos (véase con sandalias de tacón cuadrado) pueden llegar a funcionar, su mezcla con las chanclas de piscina al más puro estilo guiri requemado no es fácil de ver (de hecho, no debería verlo nadie).
Clara Ferrero - @clara_ferrero
2. Si hay otro ‘artilugio fashion’ del siglo pasado que me pone los pelos de punta, esa es la riñonera. Chanel la elevó a la categoría de accesorio de lujo en los 80 y ha vuelto a hacerlo en su última colección de Alta Costura. Y no es la única firma que intenta colarnos esta (absurda) tendencia, ya que Emilio Pucci o Tory Burch también la han subido recientemente a la pasarela (chicos, gracias a Lanvin tampoco os libráis). Confiemos en que si no triunfaron los modelos de Louis Vuitton (2010) o Hermès (2011), tampoco lo consigan las nuevas propuestas.
3. Dentro de la oleada de