El Black Friday o Viernes Negro, tiene origen en Estados Unidos y comenzó en los años 70 cuando muchos comercios decidieron hacer algo especial para cerrar el año con ganancias. Desde entonces, ha ido popularizándose cada vez más, hasta ser ya un día señalado en el calendario mundial de los consumidores. En su momento se dedició celebrar el Black Friday el mismo día que Acción de Gracias, fiesta dedicada a dar las gracias a Dios por la cosecha del año, y hoy en día se mantiene la fecha como símbolo de tradición.

Pero... ¿cuál es la cara fea del Black Friday? Son varios los motivos por los que estas fechas hay que tomárselas con calma. Te los contamos:

1. Descuentos fraude

Debemos tener cuidado con los descuentos. Si bien es cierto que este problema llevamos arrastrándolo años, sobre todo en el período de rebajas, en el Viernes Negro también debemos tener cuidado, ya que algunas multinacionales aprovechan estas fechas para subir los precios los meses de antes y volver a dejarlo al precio inicial en el Black Friday, haciendo así creer al consumidor que se está haciendo una rebaja.

Por ello recomendamos tener los precios de las prensas que buscamos más o menos vigilados para que no te la juegen. 

2. Estrés 

Debido a la fecha del año en que cae este Black Friday, muy próxima a las Navidades, la necesidad de comprar parece hacer urgente en los consumidores, lo cual lleva muchas veces a comprar sin control, solo por aprovechar esas rebajas. 

La realidad es que el Black Friday incita al consumismo y al deseo en abundancia de comprar. Es más, muchas tiendas han decidido alargar este día y hacerlo semana llamándolo Black Week, hasta llegar al Cyber Monday. Pero, ¿cuáles son las consecuencias de esto? Que los consumidores tengan ansiedad o estrés por comprar rápido y cuanto antes para que no se acabe la oferta y se lleven la mejor ganga. 

Por eso desde Vanidad os animamos a un consumo responsable, a aprovechar descuentos sí, pero con cabeza, es decir, comprando lo que realmente se necesita o no haciéndolo si verdaderamente no se necesita nada.

3. Contaminación

Aunque parezca imposible, comprar ropa también contamina. La vida de la ropa de nuestro armario no suele llegar a los tres años en la mayoría de los casos, eso provoca un contante cambio de armario y por consiguiente una sobreproducción de ropa.

Para fabricar por ejemplo una camiseta de algodón en china se necesitan 2.500 litros de agua, un transportem a disposición de esa camiseta, lo cual generará emisiones nocivas al planeta, y además como el algodón es una fibra natural hay que sobreexplotar al suelo para poder producirla. Finalmente los productos químicos que se añaden al tejido contaminan en un 5%. 

Por ello, el simple acto de comprar una camiseta, ya tiene repercusiones para nuestro planeta. Muchas marcas han decidido hacer el White Friday o Green Friday para frenar el gran impulso del Black Friday, sin descuentos e incitando a la compra de pequeños comercios locales para reducir la huella de carbono.

Así que en conclusión, aprovechamos esta fecha para concienciar hacia un consumo responsable de la moda. Y tú, ¿estás a favor o en contra del Black Friday?

 

Raquel Sanz: @raquel_sanz_8

Imágenes: Archivo