Tributo a Óscar de la Renta
La primera exposición tras el fallecimiento del diseñador llega de la mano de André Leon Talley y el Savannah College of Art and Design.
“Junto a Óscar de la Renta te sentías como si vivieras en el sol. Amaba a su familia, y alimentaba al mundo con la belleza de sus jardines, de sus colecciones, con pintura y con música. Le encantaba cantar”. Estas palabras de absoluta veneración son las que le brinda André Leon Talley a la memoria del maestro con motivo de la exposición "Oscar de la Renta: His Legendary World of Style" (hasta el 3 de mayo), organizada en el Savannah College of Art and Design (SCAD) y comisariada por Talley.
La elección del SCAD no es casual, pues su vínculo con de la Renta se remonta a hace diez años, cuando el diseñador comenzó a ceder telas de su propio taller para que los estudiantes pudieran trabajar con ellas, además de ofrecerles el privilegio de realizar prácticas en su firma. Según explica Paula Wallace, presidenta del SCAD: “Óscar siempre se interesó de manera personal por nuestros estudiantes. Han aprendido mucho de él, y en el SCAD nos sentimos afortunados, por poder homenajear ese amor por nuestros estudiantes gracias a esta brillante exposición”. Pero el idilio no termina ahí, pues Oscar de la Renta fue el primer diseñador galardonado con el premio "André Leon Talley Lifetime Achievement", que se entregó en 2001 en el SCAD Fashion Show. De este modo, es natural que tanto la escuela como Talley hayan querido rendirle tributo sin perder un segundo.
Y es que estamos ante la primera exposición organizada tras la muerte del diseñador, una muestra que ha decidido situar el foco en la relación de Óscar con sus clientas. “Cada pieza de esta selección viene de los armarios de algunas de sus clientas más icónicas: Mrs. Mercedes T. Bass, Diana Taylor, así como de la mujer de Óscar, Annette de la Renta, y de su hijastra Eliza Bolen." Pero eso no es todo, ya que cuenta además con 70 diseños del creador, que en su día lucieron divas como Beyoncé, Nicole Kidman, Sarah Jessica Parker, Oprah Winfrey o Taylor Swift. Todas cayeron en su hechizo, porque él sabía qué conjuro pronunciar para hacerlas sentir como auténticas princesas: “Óscar de la Renta diseñaba prendas para mujeres que querían lucir y sentirse femeninas, sublimando su elegancia” afirma con cariño André Leon.
Cada diseño era especial, como si la tela se tornase en un lienzo en blanco, donde de la Renta volcaba sus conocimientos pictóricos -con 18 años abandonó su República Dominicana natal, para venir a España a estudiar pintura en la Real Academia de San Fernando, en Madrid-, que se transformaban en estampados en los que perderse. Durante su paso por España aprendió con el mejor: Cristóbal Balenciaga, para abandonar después el país siguiendo los pasos de Antonio Castillo, quien le llevó de la mano hasta los talleres de Lanvin. Pero fue en 1963 cuando el diseñador conquistó Nueva York, con sus creaciones para Elizabeth Arden. Dos años después, ya tenía su propia firma de ready to wear, construyendo los cimientos de una casa que creció y creció, hasta contar con una línea de novias, belleza, hogar, niños, accesorios y joyas, extendiéndose por todo el mundo – de Dubái a Riyahd-.
Hoy su legado, a nivel creativo, queda en manos de Peter Copping -quien fuera diseñador de Nina Ricci-, pero aún no es demasiado pronto para celebrar su memoria. Porque hay diseños que jamás se olvidan.
Arancha Gamo