Lo cierto es que todos teníamos nuestra propia quiniela sobre quién sería el afortunado que ocuparía el trono de la casa, sin embargo ésta nos ha sorprendido. Demna Gvasalia no es un nombre demasiado conocido, aunque ha cosechado una carrera apasionada y prometedora. Sus inicios en el mundo profesional están relacionados con la economía pero no tardó mucho tiempo en caer en la cuenta de que en sus sueños no había números, sino figurines. Siguiendo sus más íntimos impulsos decidió estudiar en la prestigiosa Real academia de Bellas Artes de Antwerp. Así tomó contacto con importantes empresas del sector y comenzó su andadura en la moda en la casa Margiela (2009), tres años después dio el salto a Louis Vuitton y su última etapa antes de Balenciaga la pasó en Vêtements (Firma poco conocida en general, pero con un público de "alta gama"). Fue en esta última marca donde realmente se desarrolló como creador, dando rienda suelta a un estilo normcore que conquistó al público con excéntricos diseños, desfiles y modelos. Aunque a veces la crítica se ha cebado con su estilo calificándolo de moda pasajera, Gvasalia ha llegado a lo más alto fichando por la célebre firma Balenciaga, fundada por el español Cristóbal Balenciaga en 1918 (San Sebastián).
Redacción Vanidad