Ocurre muy de vez en cuando - quizás cada vez menos -. De repente en la calle, en el metro, en la televisión, en una revista... nos cruzamos con esa mirada, con esa persona que sin saber por qué nos detiene por un momento. Nos hace pensar y sientes que es especial, que es diferente, tiene una magia de la que muy pocos pueden presumir - entre otras cosas porque si presumieran de tenerla la perderían por completo -. Una de esas personas es la top Erin Wasson. El mundo de la moda, por suerte, atesora un buen puñado de estas personalidades geniales capaces de quitar el hipo sólo con verlas en una fotografía. Y no hablamos de perfección, ni de belleza pulcra. Es carisma, es personalidad y carácter, como vulgarmente diríamos: “para parar un tren”. Erin Wasson es sin duda uno de esos torbellinos capaces de arrasar con todo lo que se pone a su paso. Ha recorrido las pasarelas de Chanel, Chloé, Gucci y Jean Paul Gaultier; ha sido la cara de Maybelline; ocupado las páginas satinadas de las revistas de todo el mundo y posado ante los mejores objetivos. Icono indiscutible de la moda, pero sobre todo del estilo personal, no sigue tendencias. No lo necesita, tiene instinto y estilo. Y eso no se imita ni se aprende. La creatividad y la inspiración corren por sus venas y el resultado ahora es la segunda colección de su línea de joyería. Piezas redondas, no sólo en la forma, sino en el concepto, con la perla como protagonista indiscutible. Nos gustan tanto que desde su lanzamiento ya se han ganado el título de "Objeto de deseo de la Semana". Pasado, presente y futuro en cada pieza, una pequeña muestra del genio que encierra su creadora.   Ana Horcajo - @anii_horcajo