Nunca exento de polémica, Hefner convirtió su revista, el concepto de la misma, en un gran imperio internacional. Desde su célebre mansión de Los Ángeles, por la que han pasado de actores a políticos, Hef controlaba un gran número de formatos en los que el conejo con pajarita era una garantía de diversión masculina.
El caballero tenía también sus espadas: un ejército de playmates (o conejitas Playboy), embajadoras de la marca Playboy, y normalmente indisociables de ese título una vez les era concedido.
Célebres conejitas
Kate Moss, Cindy Crawford, Debbie Harry, Charlize Theron, Joan Collins… Innumerables estrellas femeninas se han paseado antes o después por las páginas de la publicación, que en estos últimos años se renovó para adaptar su línea editorial a una expresión de la sexualidad femenina más respetuosa con la mujer y más abierta a nuevos públicos.
Dree Hemingway o Sky Ferreira han sido algunas de las musas de esta nueva Playboy.
Más allá de polémicas, es innegable que Hugh Hefner ha sido uno de los actores más importantes de la cultura popular del siglo pasado. Además de un empresario feroz y un ejemplo de éxito corporativo. El impacto del que fuera un visionario, un self-made man abarca todas las industrias culturales: cine, moda, videoclip… La sombra del conejito es alargada.
A su manera, ha de ser reconocido también que, a través de su publicación, Hef consiguió romper el tabú que, literalmente, cubría el cuerpo femenino. Entendido en su contexto social y temporal, el magnate fue una pieza clave en la conquista de una sexualidad libre. Pura provocación.
El siglo XX fue de Hefner.
Texto: Alberto Herrero – @HerreroAR Imágenes: Tumblr
