Esta semana, el eterno Príncipe de Bel Air, el actor Will Smith, ha sido noticia por compartir en Instagram una parodia del último videoclip de su hijo Jaden Smith, Icon, a modo de felicitación por haber pasado las 100 millones de reproducciones en Spotify.
Así, el famoso intérprete no solo ha aplaudido el éxito de su pequeño sino que ha conseguido que el vídeo en cuestión haya tomado un nuevo pico de popularidad. Jaden Smith, el primogénito de Will Smith y Jada Pinkett-Smith, que hoy tiene 19 años, debutó en el cine con ocho de la mano de su padre, en la película En busca de la felicidad (2006). En 2010, pasó a ser protagonista de una nueva versión de Karate Kid que produjeron, sí, el señor y la señora Smith, y en 2013 repitió como “hijo de” en el filme After Earth, un fracaso de crítica y público que fue acertadamente llamado Planeta nepotismo en los Premios Razzie (los anti-Oscars). Resulta lógico que Will Smith haya metido mano en la carrera musical de su heredero. Ahora el vídeo de Icon suma 400 millones de reproducciones.

Ser “hijo de” es un negocio cuanto menos rentable.

A la vista está, en la industria del entretenimiento sobre todo. Muchos descendientes de actores y cantantes viven al cobijo de su ilustre apellido. Es la situación de Scott Eastwood, el hijo del actor y director Clint Eastwood y Jacelyn Reeves, una azafata de vuelo. Eastwood Jr. intentó construir una carrera delante de las cámaras empleando el patronímico de su madre, poco significante, durante años. Sin embargo, terminó participando en las películas Gran Torino e Invictus bajo las órdenes de papá Eastwood y consiguió, por fin, cierto reconocimiento como intérprete.
Hasta la fecha Scott Eastwood ha logrado papeles menores en las películas Escuadrón suicida (2016) y Fast & Furious 8 (2017). Los vástagos de famosos reivindican contra viento y marea su talento. Al final, el tiempo actúa como juez implacable. En unos casos, los descendientes “matan” a los padres o llegan a rivalizar con ellos. En otros, no alcanzan su maestría y viven condenados por el legado familiar. La mayor de Melanie Griffith y Don Johnson, Dakota Johnson, ha estado rodeada de flashes desde que nació. La primera vez que la protagonista de la saga 50 sombras de Grey apareció en la gran pantalla fue cuando solo tenía 10 primaveras. Lo hizo en Locos en Alabama (1999), dirigida por Antonio Banderas y protagonizada por Griffith. Cómo no. En ella interpreta junto a su hermana Stella del Carmen a una de las hijas del personaje de Melanie. La suya es una de las caras más populares del globo hoy día. Marca dinástica.
Lily-Rose Depp tiene de su célebre padre, Johnny, el apellido. Sus rasgos faciales, en cambio, llevan el sello inconfundible de su madre, la cantante, actriz y modelo francesa Vanessa Paradis. Recién cumplida la mayoría de edad, la joven ya ha participado en tres películas y debutado sobre las pasarelas con Chanel.

 

 

Redacción Vanidad - @vanidad