Azealia Banks o lo que nos hemos perdido
Media España quedó devastada este fin de semana al conocer la noticia de que Azealia Banks cancelaba sus conciertos en Madrid y Barcelona. A pesar de la cantidad de detractores que la critican y la consideran un mega hype -cosa que no deja de ser cierta-, el concierto de Azealia era uno de los platos fuertes de la agenda cultural de este verano en España.
Según sus representantes, el motivo de la cancelación ha sido que la cantante quiere centrarse en terminar el que será su primer álbum de estudio y que tendrá como título "Broken with expensive taste". Y es que quizás sea ese, el hecho de que esté cosechando tal éxito sin tener ni un solo disco en el mercado, uno de los motivos que más ampollas levantan y que más credibilidad le restan a la cantante.
Todos recordamos cómo, hace pocos meses, se propagaba por la red el virus 212 de una manera imparable, con un vídeo de bajo presupuesto y un ritmo que se te metía por las venas. Lo que puede resultar un poco más sospechoso es el hecho de que tardara pocas semanas en convertirse en niña predilecta de Karl Lagerfeld y nos la encontráramos en los frontrows de todos los desfiles. Además, "Bambi", uno de sus temas menos conocidos, fue estrenado en un desfile de Thierry Mugler, imaginamos que a elección de Formichetti, que también le dio bastante bombo al 212 en su tumblr.
Parece ser que nos encontramos ante un nuevo modelo de promoción de estrellas -véase Lana del Rey- en el que internet y el vínculo con la moda son los ingredientes esenciales para la fórmula de la popularidad. La pregunta es, ¿qué y quién hay detrás de todo esto? ¿Debemos creernos que Karl Lagerfeld ve el vídeo de Azealia en su iPad, le gusta y la llama? ¿Y que a Formicheti le pasó lo mismo?
El caso es que a nosotros nos encanta Azealia y que estamos deseosos de escuchar el álbum que está preparando, así que miraremos la cancelación por el lado positivo y esperemos que este tiempo le sirva para hacernos un discazo.
Por Michael Oats