Marcela Gutiérrez. Mi vida en una acuarela
Se siente extranjera en casi cualquier lugar a pesar de haber vivido en algunas de las ciudades más bonitas del mundo. Marcela cautiva por su franca sonrisa y sus enormes ojos marrones. Ella es el amor al dibujo y al trabajo bien hecho, no en vano, ha colaborado con marcas tan potentes como Prada o McQueen. A Marcela la vida le sonríe.
De complexión menuda y con un suave acento que no deja muy clara su procedencia, Marcela Gutiérrez derrocha vitalidad. Ella es la primera de su familia en vivir del arte, y aunque la pasión por el dibujo siempre estuvo ahí, el aprendizaje fue un proceso inconsciente a través del método prueba y error. Ahora, su casa se ha transformado en un estudio en el que Marcela pinta hasta la madrugada, eso sí, con los tacones siempre puestos.
Hola Marcela ¿Cómo estás?
Hola, muy bien, muchas gracias.
¿Desde que rincón de tu casa respondes a esta entrevista?
Desde el comedor, me encuentro súper cómoda aquí.
Naciste en Florida, te criaste en Guatemala, estudiaste en Londres y vives en Barcelona ¿Dónde está tu hogar?
No lo sé, me he sentido extranjera toda mi vida y hoy en día la sensación no ha cambiado... Mi hogar está donde estoy en ese momento, pero tengo ganas de que mi hogar esté en varios sitios. No tengo la sensación de apego con ningún lugar en particular.
Si no vivieras en Barcelona ¿te gustaría regresar a Guatemala o a Florida?
Me gustaría regresar a Londres, a París o a Nueva York. Me encantó sobre todo vivir en Londres durante seis años y lo echo de menos muy a menudo.
¿Cómo era tu vida en Guatemala?
Viví en Guatemala cuando era todavía una niña, iba al colegio y vivía con mis hermanas y mis padres. Era una vida muy tranquila. Guatemala tiene unos paisajes increíbles, hay mucha riqueza cultural y el clima es perfecto todo el año, fue maravilloso poder vivir rodeada de todo esto durante algunos años.
¿Alguien más de tu familia es artista?
Mi padre fue arquitecto. Hacía unos dibujos en tinta preciosos que estaban colgados por toda la casa, mi madre de vez en cuando pintaba con acuarelas flores o pájaros, pero como afición.
¿Cómo es tu rutina diaria?
Me levanto, me preparo un buen desayuno, (esto es imprescindible, ¡soy obsesiva con los desayunos!). Hago una hora de ejercicios y luego me dedico a pintar el resto del día, hasta que llega la noche. Cuando tengo mucho trabajo me levanto a las seis de la mañana y puedo estar dibujando hasta la madrugada.
¿Recuerdas el primer dibujo que hiciste? ¿Cómo aprendiste a dibujar?
Mi primer recuerdo artístico es de cuando pasé una temporada en el colegio en Estados Unidos, era entonces muy pequeña. Tenía que escribir mi nombre en letras enormes y de colores. Desde entonces siempre tuve interés por dibujar y fui aprendiendo a lo largo de mi vida. En algunas de las universidades por las que pasé tuve clases de figura humana y de composición, pero no llegué a estudiar Bellas Artes ni pintura… ¡Lo he ido aprendiendo por medio de prueba y error!
¿Cómo es tu ambiente de trabajo? ¿Prefieres trabajar en silencio o sueles poner música?
¡Pongo música siempre! Va cambiando dependiendo del día y la hora… Puede ser desde diferentes bandas sonoras hasta música clásica si me he de concentrar o incluso a veces un poco de música de los 80. Aunque de repente puede sonar Nirvana, Guns N´Roses, The Strokes, The Kills… ¡de todo!
¿Cómo sueles vestirte para trabajar en casa?
Normalmente me gusta vestirme como si fuese a salir a la calle, con todo, incluyendo tacones y sombrero, pero hay momentos en los que tengo demasiado trabajo y me pongo cualquier cosa eso sí, ¡con tacones! A la hora de tener que salpicar con la pintura me pongo cualquier camiseta porque mancho todo lo que me rodea.
Estudiaste arquitectura, sin embargo te dedicas profesionalmente a la ilustración de moda ¿en qué momento decidiste que era lo tuyo?
Estudié arquitectura durante dos años, y también estudié un año de Diseño Gráfico. Creo que escogí ambas por razones equivocadas, simplemente buscaba una carrera que incluyera dibujo. Al final estudié la carrera de cinco años de diseño de moda en Saint Martins. La idea de la ilustración creo que nació cuando comencé trabajando en moda en el estudio de Alexander McQueen. Allí mi trabajo consistía en dibujar todo el día estampados y piezas únicas pintadas a mano para la pasarela. Construí mi primer portafolio de ilustración sin intenciones demasiado claras, pero no fue hasta años después cuando me di cuenta de que era posible dedicarme a la ilustración y a la pintura como carrera única. Con mucha paciencia, perseverancia y pasión comencé a ganarme la vida con lo que más me gusta.
Cada vez más, las grandes marcas y las más prestigiosas publicaciones recurren a ilustradores para los proyectos más variados, ¿está de moda la ilustración?
¡Ojala! A mí afortunadamente no me falta trabajo.
¿Quiénes son tus héroes?
Sin duda mi padre. Tenía un sentido del humor increíble y fue una de las personas más sabias, humildes y generosas que he conocido nunca.
¿Quién te ha dado el mejor consejo de tu vida?
Una vez más, mi padre. Me decía que poner mucho amor y esfuerzo en cualquier tarea, es la única manera de hacer que lo que hagas sea relevante.
Por Vanessa Santos
Fotografía Eudes de Santana
Si quieres leer el resto de la entrevista y conocer más cosas de Marcela, ¡corre al quiosco a comprar el número de junio de Vanidad!