La reina del pop revoluciona Moscú
Hace ya unos días que se empezaron a escuchar ciertos rumores sobre los conciertos que Madonna iba a dar en Moscú. Los rumores en cuestión hacían referencia al apoyo que la reina del pop quería mostrar a las minorías homosexuales rusas y al grupo de punk Pussy Riot, cuyas componentes fueron encarceladas hace cinco meses por referirse al presidente Vladimir Putin negativamente en uno de sus temas y, por si fuera poco para calentar a los altos cargos moscovitas, por cantar esta canción en el altar de la catedral del Cristo Salvador de Moscú.
Los conciertos dieron comienzo ayer en el estadio olímpico de la capital rusa y la ambición rubia no decepcionó. En uno de los momentos álgidos del espectáculo, Madonna reclamó la liberación de Masha, Katia y Nadia, las componentes de Pussy Riot diciendo: "No quiero ser irrespetuosa ni con la Iglesia ni con el Gobierno, pero esas tres chicas ya han pagado por lo que hicieron. Rezo por su libertad. Merecen el derecho a ser libres". Después de que la diva pronunciara estas palabras, la cosa se fue calentando al ponerse una de las caretas que el trío utiliza en sus conciertos y, con su nombre colgado a la espalda, se paseara por todo el escenario.
Parece que últimamente la polémica está servida en los conciertos de la cantante. No hay más que recordar el "incidente" que tuvo lugar en otro de los conciertos de su gira y que levantó la ira del líder del partido ultraderechista francés, que la amenazó con una flamante demanda judicial. (Si quieres recordar lo que pasó el 14 de julio, puedes verlo en este link)
Las represalias que las organizaciones nacionalistas y ortodoxas radicales piden a las autoridades rusas son, entre otras, la cancelación de los conciertos que quedan en el país -como el de mañana en San Petersburgo-, y otras medidas radicales como la quema de fotografías de la artista o incluso la penalización por propaganda homosexual, ya que el Gobierno ruso no permite legalmente las actitudes y comportamientos públicos de los homosexuales. En realidad, nada de esto es nuevo, la cantante ya había tenido sus más y sus menos con los altos cargos rusos durante la gira de su anterior trabajo, "Confessions".
Y sí, a pesar de todo la seguimos queriendo.
Por Paula Delgado