Para GANGES, colaborar es como irse de excursión con amigas o mantener un partido de ping-pong musical constante. Y es que es trabajando rodeada de gente enriquecedora, donde la santanderina encuentra su lugar seguro para afinar el disparo, apuntar a su audiencia y dar en el blanco.
Choker y slippers de Maison Gracen, bailarinas de Niño Rata Archive, vestido lencero de CUT3 CUTR3 y camisón, falda y medias de Evade House
GANGES. Dar en el blanco
GANGES es el proyecto musical de Teresa Gutiérrez. A día de hoy, ¿cuánta distancia hay entre una y otra? ¿En algún momento no lo has sentido así?
Distancia, hay poca. Pero hay cosas de mí que siento que no pintan nada en mi proyecto y las dejo fuera de forma natural. Sí que hubo un momento donde sentía que mi música proyectaba mi lado de «sad girl» de manera exagerada. No estaba tan «sad» ni tampoco era seria así que, discos más tarde, me animé y me volví más cercana. También son fases, igual en el futuro me apetece hacer canciones sobre el nacimiento del río Ebro (risas).
En alguna entrevista hablas de tu deseo por formar una audiencia más definida, enfatizando las cualidades del proyecto para diferenciarlo de otros. ¿Qué crees que es lo que hace especial a GANGES?
Es tan difícil responder yo misma a esa pregunta… Supongo que sí podría decir lo que creo que le puede interesar a alguien que escucha mi música, que es el combo de varios campos: producción, composición, estética artística y moda. Me gusta pensar que no es solo una cosa, sino que el proyecto genera interés en varias y que un interés alimenta al otro.
Corsé y pantalón de EMEERREE, vestido custom y zapatos de Niño Rata Archive
Hace unos meses lanzaste «Un llavero», el primer adelanto de lo que será «SORA», tu nuevo álbum. ¿Por qué «SORA»?
Como en el caso de GANGES, me gusta escoger los nombres, en primer lugar, por cómo quedan escritos. También me parece bonito que sea un nombre que no aparezca en ninguna canción (algo que no había hecho antes). Es como un lazo externo que acuña todos los conceptos que habitan en el disco.
SORA es un nombre japonés unisex. El momento andrógino me interesa porque también lo aprovecho dibujando personajes masculinos/femeninos indistintamente en el diseño y todos son SORA. Significa «cielo» (el color azul es el más presente en toda la parte visual del disco) y «vacío» (he intentado vaciar las producciones para meter solo las capas esenciales, a diferencia de lo que hacía antes). Y en definitiva, al tener mucha presencia el mundo anime en el LP, tenía sentido.
En algún momento se me ocurrió hacer un disco con canciones que funcionasen como «openings» de anime, pero que yo escucharía personalmente. Es que me pasa que, aunque vea anime, las canciones que abren las series me parecen, en su mayoría, unas buenas horteradas. Las escucho y las disfruto, pero porque me recuerdan a la serie, no lo haría por la canción en sí misma. ¿Cómo sería si encima las intros fueran de mi gusto? Sonarían a SORA.
Tú misma afirmabas que este tema representa bastante bien lo que va a ser el disco. ¿Dirías que, con este álbum, definitivamente has encontrado tu sonido?
Digamos que he encontrado un sonido que me representa con mis influencias y relaciones en este momento vital. Pero «Dime Algo (bonito)», el disco que saqué en 2020, era tanto mi sonido como lo es ahora «SORA».
También creo que este disco me va ayudar más a afinar el disparo a la hora de apuntar a mi audiencia. Es verdad que desde hace un tiempo sentía que estaba acomodada en un sonido muy 2020 y que necesitaba estrujarme y exigirme un poco para refrescar mi modo de hacer canciones, así que por ese lado, SORA pretende ser un glow up de todo lo que he publicado hasta ahora.
Las líneas de voz híper melódicas a las que nos tienes acostumbrados se combinan aquí con estribillos magnéticos que no son tan familiares dentro de tu proyecto… ¿Por qué decides recurrir a ellos?
El tema de intentar hacer buenos estribillos y melodías es algo a lo que le doy vueltas… Me hace ilusión que las melodías tengan el grado de complejidad justo para que se puedan recordar, cantar fácilmente y, a la vez, resulten interesantes al melómano medio (risas).
¿Cuál es tu estribillo favorito?
Supongo que «ahora… que eres perfecto, ya no te quiero». Ya es un clásico, al menos en mi casa (risas).
Corsé y pantalón de EMEERREE, vestido custom y zapatos de Niño Rata Archive
Volviendo a «Un llavero», si no me equivoco el single está producido en tres etapas. Primero por ti misma -algo que también hiciste con tu último álbum-, luego por Daniel Belenguer (Bearoid) y finalmente por Pau Paredes (Pau Corea), con quien has capitaneado toda la dirección musical del disco. A propósito, ¿qué crees que os caracteriza a la nueva escena de creativos como vosotros?
Justo en este caso, somos una generación que ha vivido un cambio en la música y es guay porque podemos comparar la situación actual, llena de proyectos pequeños y no tan pequeños, interesantes y vivos que se integran en la escena desde su casa a través de las redes; con lo que había antes, en mi opinión, menos accesible, más encasillado en determinados géneros y retraído.
Algunas de tus máximas influencias son Sega Bodega, Yaeji o shy girl. Pero ¿y a nivel nacional?
Me gusta mucho Nina Emocional, Rey lobo… La gente de Rusiaidk siempre está ahí haciendo cosas interesantes…
Aparte de producir y componer para otros artistas, te has recorrido la geografía española junto a Natalia Lacunza, formando una de las «girl-bands» más aplaudidas e inspiradoras. ¿Qué es lo que más te gusta de colaborar?
Lo primero, que a nivel personal estoy inmensamente cómoda, porque al final es un círculo de gente muy cercana. Siempre digo que tiene un punto de salir de excursión con tus amigas. A nivel profesional, siempre me he sentido muy valorada e incluida en todas las aristas del proyecto de Natalia. Como si fuera un poco mío.
¿Alguna vez te has replanteado dejarlo para céntrate al 100% en tu proyecto en solitario o viceversa?
Supongo que ocurrirá lo que tenga que ocurrir. Siempre estaría genuinamente triste de dejarlo porque, como te decía, lo siento irremediablemente parte de mí. Pero, si todo va bien, es natural que en un punto nos enfoquemos cada una en nuestro proyecto.
Corsé, pantalón y gabardina de EMEERREE, vestido custom y zapatos de Niño Rata Archive
Como me decías, la imagen tiene un peso muy importante en tu proyecto. ¿Cómo logras cuidar de tu contenido estético?
Juanjo Marbai, con el que trabajo mano a mano desde prácticamente el Pleistoceno, es el que ha ido tomando decisiones conjuntamente conmigo sobre toda la parte artística del proyecto. Siempre digo que GANGES es tan suyo como mío y que muy pocas decisiones las tomo (más allá del nivel estético), sin consultárselas. Además de compartir gustos estéticos y musicales, tiene mucho sentido común, que siempre ayuda.
Las fotos que acompañan esta entrevista son una muestra fehaciente de que trabajar con él es, además de un gusto, nuestro día a día.
Ahora que términos como «otaku», se han apoderado de nuestras conversaciones gracias a iconos como Rosalía, ¿crees que existe cierto intrusismo o apropiación cultural de todo lo relacionado con Japón?
Lo de la apropiación cultural me parece, hablando claro y argentino, una boludez. Creo que compartir y nutrirnos de otras culturas nos hace más interesantes, plenos, libres, abiertos y 20 adjetivos más. Yo me imagino a una señora japonesa (llamémosla Satoko) apasionada del flamenco ¡y me parece tan chulo! ¿Qué clase de impedimento de superioridad moral se aplica a esta pobre señora para que no pueda interesarse por el flamenco?
Sin embargo, si hablamos del típico caso en el que cuando algo se pone de moda, la gente se sube al carro de manera poco genuina, entiendo que pueda llegar a ser irritante y casi se te escape un: «yo veía Sailor Moon cuando hacerlo era motivo de bullying», pero no hace falta enfadarse porque todo cae por su propio peso... La gente no es tonta.
A raíz de lo que hablamos, hay algo que dices en una entrevista que me interesa mucho. «Ahora ser español es lo más cool del mundo. Rosalía es la tía más guay del planeta y resulta más fácil cantar en español». ¿Cómo recuerdas la primera canción que escribiste en tu idioma?
Dejando a un lado que, por alguna razón, leer mi propia frase me da un pequeño ataque de cringe, no quita que sea la verdad...
Rosalía, al margen de todos los premios, números, etc, ha conseguido algo superior, algo que antes era imposible: quitarnos los complejos de encima. Ha puesto de moda cantar en español en España con una generación que solo se sentía guay cuando escuchaba Radiohead (y yo formaba parte de ese movimiento proanglosajón que se vio obligado a quitarse las capitas de prejuicios a fuerza de verse arrastrado por la moda gracias a gente como ella)...
¿Fue un proceso fácil, natural, buscado…?
Hubo un momento de presionarme a mí misma para hacerlo porque estaba claro que tenía cierta lógica «probar». Igual que he dicho antes que para los «indies con aspiraciones», la combinación molar/cantar en español era solo apta para algunos afortunados como Vetusta Morla (por ejemplo), por otro lado, la industria «mainstream» tenía una fuerza de tracción a cantar en un idioma que los oyentes de Los 40 Principales (y el resto del país) entendiesen.
Así que, como imagino que le ha pasado a tantos otros proyectos de mi generación, al principio fue una metamorfosis un poco dolorosa. Me forcé un poco a buscar mi lugar en el idioma, a no sonar a lo que temía sonar… Supongo que el hecho de que la gente respondiese mucho más y conectase con las canciones en español, facilitó mucho abrazar el cambio.
Corsé y pantalón de EMEERREE, vestido custom y zapatos de Niño Rata Archive
He leído por allí que tu primer trabajo fue como becaria de la edición digital de Vogue y que utilizaste ese primer sueldo para pagar tu primer EP. ¡Quiero saber más!
La vida da tantas vueltas… Es curioso porque ahora veo a mis antiguas jefas y compañeras en los eventos (en los que en alguno incluso me han invitado a tocar). En mi vida profesional he tocado varios palos (también he trabajado como creativa en una agencia de publicidad) pero siempre he ido lenta probando. Cuando veo a gente con 18 años con sus discos hechos y dando conciertos, glitcheo. ¡Es tan fuerte que la gente lo tenga tan claro desde el principio!
Dicho esto, tampoco es que me arrepienta de haber tanteado varios campos, todo te nutre, todo tiene valor. Los japoneses son fans de ser megaespecializados en algo concreto porque creen que es la única manera de poder llegar a la excelencia. Y, aunque supongo que tienen razón, opino que es más importante tener una vida lo más completa posible a ser extremadamente bueno en algo, así que no lo recomiendo…
Ahora que puedes decir que has conseguido poder vivir de la música, ¿cuáles son los próximos pasos de GANGES?
Ahora mismo estoy poniendo toda la carne en el asador con «SORA». He dejado correr mi ambición y mi ilusión aprovechando que creo que este disco es el trabajo adecuado para hacerlo. Luego, tengo una pequeña (o no tan pequeña) lista de los Reyes Magos de cosas que deseo conseguir, una especie de checklist que no voy a decir porque me pasa un poco como con los deseos de apagar las velas de tu cumple: que si los cuentas, luego no se cumplen…
Y con el disco a la vuelta de la esquina, ¿habrá gira?
Habrá gira y seguramente llegue a México, lo cual me hace especial ilusión, sobre todo por ponerme fina a mole poblano (risas). De momento, hay algunas fechas ya confirmadas, como el Festival Cruïlla. Iré actualizando en redes.
Corsé, pantalón y gabardina de EMEERREE, vestido custom
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Texto: Anna Alarcón @_annalarcon
Fotografía: Juanjo Martín Baidez @juanjomarbai
Estilismo: Lucía García Martín @luccigarcia__
Maquillaje: Sofía Rubistein @sofirub
Peluquería: Marta Alonso @martaalonso_98
Asistente de iluminación: Juankar Gibson @juankargibson