Las ceremonias de investidura en Estados Unidos son lo más parecido a un concierto de rock que puede haber un distrito lleno de políticos calculadores como es Washington. Congregan cientos de miles de personas para aclamar aunque sea de lejos a una super estrella, que en el de caso de ayer fue alguien con un magnetismo tan de rockero y celebrity como Barack Obama acompañado de  invitados como James Taylor o Beyoncé, que se enfrentó a una prueba de fuego: cantar el himno nacional con cero fallos. [youtube]https://www.youtube.com/watch?v=OtUQVSLhVSg[/youtube] Muchos medios aseguran que la intervención de B no fue tan conmovedora como la de Whitney Houston en la Super Bowl de 1991 o tan cool  como la de Marvin Gaye en el All Star de la NBA en 1983, pero eso no quita que no estuviera cargada de solemnidad y complicidad por partes iguales. Los gorgoritos arrancaron una gran sonrisa a los presentes -atención al aparentemente guasón Joe Biden-,  menos a los marines, que se mantendrían serios hasta viendo "Saturday Night Live". La artista sedujo mirando fijamente a cámara. Bienvenidos a los Estados Unidos de Beyoncé. María Clara Montoya